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La victoria de UGT en las elecciones sindicales en Ayesa AT vislumbra el fin de años de conflicto entre comité de empresa y dirección

Instalaciones de Ayesa.

Olga Granado

Las elecciones sindicales en Ayesa AT, que con su central en Sevilla y más de 1.200 trabajadores es una de las empresas de referencia en Andalucía, integrada en el grupo Ayesa, han decantado los resultados este jueves a favor de UGT, que se hace con la mayoría del comité de empresa tras años de dominio de Coordinadora Sindical de Clase (CSC) en la que es la antigua Sadiel, empresa pública de la la Junta de Andalucía, que todavía tiene un 22% del accionariado.

De este modo, los resultados de estas elecciones sindicales, sobre las que todavía pesa la sombra de la invalidación por las múltiples impugnaciones, han otorgado 10 delegados a UGT, en una candidatura encabezada por Miguel Marín, mientras que CSC ha pasado de 12 a siete, y CCOO se ha quedado como tercera fuerza con seis. Pese a que UGT no tiene la mayoría absoluta de los 23 integrantes del comité de empresa, es cierto que con CCOO la suma, lo cual no es baladí en una empresa en la que los dos sindicatos habían formado un tándem contra CSC.

Este último sindicato controlaba hasta el momento el comité de empresa de Ayesa AT, integrada en una de las ingenierías más importantes del mundo pero lastrada por un conflicto sindical que se remonta a antes de que en 2011 la Junta de Andalucía vendiera Sadiel. El fuerte aparato sindical heredado por Ayesa con esta compra fue complicado de gestionar por el grupo, hasta el punto de que los últimos años la negociación con el comité de empresa controlado por CSC ha sido prácticamente nula.

Una de las consecuencias más importantes de esto ha sido el bloqueo del plan de igualdad, obligado para empresas de más de 250 trabajadores, y tumbado por los tribunales, por primera vez en España, por su imposición unilateral desde la dirección. Esa misma semana, ha habido juicio en la Audiencia Nacional porque CSC se negaba a que la empresa obligase a sus delegados a sentarse en la mesa de negociación del plan de igualdad, entre otras cosas porque el presidente del comité de empresa, Francisco Barjas, fue despedido en 2015, poco después de ganar en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía una sentencia por “vulneración de los derechos fundamentales y contra la libertad sindical”.

CSC insiste en que su negativa a firmar propuestas que suponen una reducción de los derechos laborales está detrás del enfrentamiento contra la dirección, a la vez que acusa a UGT y CCOO de haberse convertido en “sindicatos amarillos” dispuestos a “tragar” con imposiciones desde la empresa.

El proceso, en cualquier caso, está marcado por 20 impugnaciones, por lo que el CMAC (Centro de Mediación y Arbitraje) ha citado a las partes el 14 de diciembre. Entre las mismas, una de CSC que pretendía que el presidente del comité de empresa pudiera encabezar su candidatura dado que su despido está pendiente del pronunciamiento del Juzgado de lo Social número 5 de Sevilla. Según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional (TC), no puede perder este derecho. Si las impugnaciones prosperan, podría invalidarse el proceso.

De momento, los resultados son los que son. Para Ayesa, estas elecciones sindicales no eran cualquier cosa, dado que los más de 1.200 trabajadores de Ayesa AT suponen la cuarta parte de un grupo con presencia ya en más de 50 países y que figura en el top 100 de las ingenierías del mundo. Que durante más de cinco años la plantilla en Sevilla se haya visto inmersa en una guerra sindical sin cuartel no era algo que pudiera pasar desapercibido para el grupo liderado por José Luis Manzanares.

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