Pintadas de “putos rojos” sobre los nombres de víctimas del franquismo en un monumento de un pueblo de Sevilla

Fermín Cabanillas

Seis meses después de que los vecinos de San Juan de Aznalfarache se levantasen viendo atacado su recién inaugurado monumento a las mujeres represaliadas en la Guerra Civil y posguerra, otro municipio sevillano se ha encontrado con un ataque a la defensa de su memoria histórica tras sufrir unas pintadas por parte de desconocidos: Coria del Río.

Este monumento, según denunció el PSOE de la localidad en sus redes sociales, fue atacado con pintadas con distintas frases en cada uno de sus cuatro lados. Aparentemente, todas las pintadas fueron realizadas por la misma persona, como puede desprenderse de la caligrafía de las mismas.

Entre otras frases que se podían leer en el monumento, la frase “putos rojos” tapaba algunos de los hombres a los que rinde homenaje el monolito. Una diana fascista en otro de sus lados también fue dejada por quien realizó las pintadas.

El PSOE coriano ha lamentado que “este es el trato que los intolerantes, anti demócratas o vándalos dispensan a un monumento que solo representa el recuerdo de buenas personas a las que arrebataron la vida”, preguntándose el mismo partido “hasta cuándo” se van a producir situaciones como esta.

El monumento se encuentra en el paseo fluvial junto al río Guadalquivir, donde fue ubicado en 2015, tras ser inaugurado oficialmente el 28 de noviembre de 2009. Es obra de la escultora sevillana Ángeles de la Torre Bravo y salió adelante mediante la iniciativa del Ayuntamiento y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Coria del Río (Asremehco).

El conjunto cuenta con una base de planta rectangular de piedra blanca, de caras rectas y de mediana altura, en cuyo frente se inscribe una leyenda relativa al objeto para el que fue concebido que sirve como base a la obra escultórica realizada en bronce, que representa a un grupo de personas que aparecen distribuidas alrededor de una barca.

El Ayuntamiento de Coria fue avisado durante el fin de semana por los vecinos del ataque sufrido por la obra. El alcalde, Modesto González, confirmó a eldiario.es Andalucía a través de su oficina de prensa que avisó inmediatamente a los servicios municipales de limpieza, que en la mañana del lunes se tomaron como un trabajo prioritario que las pintadas desapareciesen por completo, con el fin de devolver a esta obra de arte solidaria el aspecto que tenía hasta la pasada semana.

Ahora, una vez devuelto el aspecto original al monumento, se busca a los presuntos autores del ataque a la obra.

Precedente en San Juan de Aznalfarache

El ataque al monumento coreano tuvo un precedente muy cerca geográficamente el pasado 25 de octubre. El Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache denunció a la Policía Nacional el ataque sufrido la madrugada anterior por el monolito dedicado a 15 mujeres de la localidad asesinadas en 1936, que no llevaba en pie ni 24 horas.

El monumento fue encontrado con todos sus azulejos arrancados, sin tener pistas de las personas que pudieron cometer este acto. Tampoco se dispuso de imágenes de cámaras de seguridad, al estar ubicado en una zona apartada de viviendas y locales comerciales.

En torno a este monolito se vivió cierta polémica en días anteriores, toda vez que el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, pidió al Ayuntamiento una ubicación distinta. Las protagonistas del monolito pasaron a sustituir al de la calle Cardenal Pedro Segura (Carazo -Burgos, 1880-Madrid, 1957), que desde aquel día se llama oficialmente “Paseo de las 9 aceituneras”.

Segura manifestaba “su pesar y su disgusto por una medida adoptada a toda prisa, con poca reflexión e información, a todas luces injusta y que revela un profundo desconocimiento de la biografía del Cardenal y de la historia reciente de la Archidiócesis de Sevilla”.

El Ayuntamiento, no obstante, mantuvo su intención e inauguró el paseo en homenaje a las mujeres asesinadas en octubre de 1936, cuyos cuerpos fueron arrojados a una fosa común del cementerio de Sevilla.

La iniciativa del cambio de nombre de la calle fue planteada meses atrás por la Plataforma de la Memoria Histórica de San Juan de Aznalfarache. Dos semanas después del ataque al monumento, el Ayuntamiento repuso los azulejos arrancados, y desde entonces no ha sufrido nuevos problemas.

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