Flores, cirios y bandas: los otros damnificados de la Semana Santa de Sevilla

Sevilla aguarda su "semana grande"

Carmen Ibáñez

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Y al final, la Semana Santa de Sevilla se suspendió, y con ella, una parte importante del sustento anual de pequeños comercios y actividades auxiliares de las hermandades, sin incluir aquí el sector de la hostelería. No existen cifras concretas y actualizadas del impacto económico de la Semana Santa en Sevilla. Un estudio académico de la Universidad de Sevilla de hace cinco años lo cifra en 240 millones de euros en el comercio de la ciudad. El pasado año, el Ayuntamiento lo cifró en unos 400 millones de euros, pero son datos que abarcan también el dinero dejado por el turismo en la temporada alta de Sevilla. 

Aquí, hablamos de las flores que adornan los 140 pasos, los cirios y candelería que portan los más de 65.600 nazarenos que pisan las calles en esos siete días, sus túnicas, los cordones, sandalias o las bandas de música que acompañan a las imágenes. Hablamos del aspecto más sensorial de una representación, la Semana Santa, que al margen de cuestiones espirituales y de fe para gran parte del público asistente, es eminentemente un espectáculo para los sentidos, con una puesta en escena cuidada al milímetro como en pocos rincones del país.   

 

Hace ya medio mes que el avance del COVID 19 en España hizo inevitable cancelar las procesiones de Semana Santa. La Semana de Pasión se iba al traste y con ella un porcentaje importante de los ingresos anuales de pequeños comercios, negocios y actividades tradicionales y casi artesanales que acompañan a las hermandades en su estación de penitencia cada primavera. 

Actividades como el bordado de mantos, de orfebrería o restauración no son necesariamente actualizadas cada año, pero la música, las flores y los cirios, los elementos más efímeros, son indispensables cada año. El acompañamiento musical de una hermandad puede rondar los 7.000 euros; el gasto en cerería para una de gran tamaño, según el estudio de la US, se aproxima a los 5.000 euros; mientras que la media del gasto en flores está en 6.000 euros. 

Las bandas de música cofrade, un año perdido

Las bandas de música son quizás el sector más golpeado por la suspensión de las procesiones, pues la razón de ser de casi todas ellas es, precisamente, el acompañamiento de los pasos de la Semana Santa, de donde obtienen cerca del 90% de su financiación, según explica el presidente del Consejo de Bandas de Música Procesional de Sevilla, Manuel Esteban Martín. Aún no está claro si esta suspensión supondrá que dejen de percibir lo estipulado en los contratos que tienen contraídos con las hermandades y cofradías de Sevilla.

A falta de una cantidad auditada, Esteban cifra en aproximadamente 600.000 euros el impacto en las pérdidas de las 22 bandas que forman este consejo. Hay bandas con 150 componentes, con 100 o con 80. De los 140 pasos que procesionan en Sevilla, 120 llevan acompañamiento musical, explica Esteban. La media estimada de cada contrato oscila entre los 3.000 y los 4.000 euros por paso, si bien, hay contratos que ascienden a 8.000 euros. Con el dinero que recaudan de la Semana Santa, las bandas financian sus gastos ordinarios: locales de ensayo, uniformes, profesores, instrumentos, seguros, gestorías. Dedican el año entero a ensayar.

Hace unos días, el Consejo de Bandas emitió un comunicado el que expresaban su comprensión ante la magnitud de esta pandemia y sus consecuencias, pero daban la voz de alarma. Si se quedan sin cobrar, su futuro está en peligro y algunas bandas podrían incluso desaparecer. Recelan de la actitud sugerida por “algunas hermandades” orientada a “evadir los compromisos adquiridos”. “Algunas hermandades nos han dicho que no van a pagar”, lamenta Esteban. 

Los contratos de las hermandades y cofradías con las bandas se firman con un año o más de antelación y el cobro se realiza en muchos casos, después de la actuación. El presidente del Consejo de Bandas apuesta por sentarse a negociar cuando pase toda esta vorágine. Algunas hermandades, como Santa Genoveva, comparten este planteamiento relativo a realizar, si no el pago completo, sí al menos una parte importante.

Impacto “brutal” también en el negocio de las flores 

El negocio de los pequeños comercios locales dedicados a la floristería en la ciudad va a resentirse este año también con la cancelación de las procesiones. Son aproximadamente una decena de negocios, la mayoría familiares y con pocos trabajadores. Uno de ellos, ubicado en la calle Sagasta, abastece a las hermandades de Amargura, Trinidad, Calvario y Montserrat. Las hermandades y cofradías de Sevilla, explican, representa en torno al 40% de su negocio, no sólo en Semana Santa. 

El exorno floral de los pasos es una de las últimas tareas artesanales en la preparación de una imagen antes de salir a la calle. Al haberse cancelado las procesiones tres semanas antes, estos negocios aún no habían realizado sus pedidos, no han contraído compromisos de compra, y por tanto, no han gastado en mercancía. “El impacto es brutal. Nos estropea todo el año, porque la primavera es lo que nos salva los muebles a las floristerías. La Semana Santa y la Feria dan de comer a muchos negocios en Sevilla. Es una cadena muy grande”, comenta el gestor de este negocio. 

Otro comercio tradicional y asociado a la Semana Santa es la Cerería El Salvador. Las ventas para estos siete días del año suponen entre un 60 y un 70 por ciento de su facturación. La tienda está cerrada desde el fin de semana del 14 de marzo, día en el que se anunció el Estado de Alarma y en el que se cancelaron las procesiones en Sevilla. En ese momento estaban ultimando pedidos con la previsión de repartir pedidos hasta el Miércoles Santo. 

Desde ese día, algunas hermandades empezaron a anular los pedidos y los portes. La cera puede guardarse, por lo que aquellas cofradías que ya habían abonado y recibido sus pedidos, no lo harán el próximo año. Los cirios y el resto de candelería que se haya quedado en tienda se podrá sacar a la venta al próximo año, y no tendrán necesidad de producir nueva. En todo caso, es un año de parón en un porcentaje importante de su producción.

Daños colaterales en las tintorerías  

Las tintorerías son también un sector muy afectado por la cancelación de las fiestas de primavera, no sólo la Semana Santa. Sobre todo afecta a aquellas ubicadas en zonas de ámbito de influencia de las hermandades, como en el barrio de Triana, o en determinados puntos del centro histórico. 

En un establecimiento con tres trabajadores ubicado en la calle Evangelista, del distrito sevillano de Triana, su propietario calcula unas pérdidas anuales del 30%. “Es tremendo, ya me han venido a anular planchados, desde el viernes 13 de marzo tenía más de 100 túnicas para limpiar y planchar que me han retirado”, comentaba a este periódico su dueño dos días después de decretarse el confinamiento. Cada año lava y plancha más de 400 túnicas, más trajes de chaqueta y vestidos para el Domingo de Ramos. Sus principales clientes son La Estrella, San Gonzalo, La Esperanza de Triana, La O.

Mantillas y peinetas

La suspensión de las procesiones ha golpeado también a un negocio tradicional de la ciudad, con 97 años de vida y 20 trabajadores, dedicado a las mantillas y las peinetas, Juan Foronda. Sus dueños admiten en declaraciones a este periódico estar muy preocupados por la incertidumbre, por saber cuánto tiempo durará finalmente el confinamiento. El 40% de su negocio se factura en primavera, explican.  

El presidente de la patronal del pequeño comercio de Sevilla, Aprocom, Tomás González, confirmaba lo evidente: “La valoración y las consecuencias son muy graves. Las consecuencias van a ser nefastas. Sevilla, con sus dos fiestas de primavera, daba muchos puestos de trabajo. Coinciden además estas fiestas con el comienzo de campañas del hogar, de ropa y calzado que también se van a ver afectadas”. González confía en que el traslado de la semana de feria al mes de septiembre compense la catástrofe de la primavera. En este sentido, destaca la relevancia del negocio que supone para la ciudad la feria taurina, en la que los clientes son de un elevado poder adquisitivo, por lo que el gasto en la ciudad es mayor.  

Quién paga los platos rotos con las sillas y palcos

Está aún pendiente la decisión a tomar sobre el dinero abonado por las sillas y palcos de la carrera oficial, después de que algunas hermandades hayan manifestado públicamente su opinión favorable a reembolsar ese gasto a los abonados. La recaudación por este concepto asciende a 3,8 millones de euros, según estimaciones del sector, y es la principal fuente de ingresos para la mayor parte de las hermandades y cofradías. 

Todos los asientos están ya vendidos desde enero; este año además, un 21% más caros al aplicarse por primera vez el IVA que el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla ha de declarar a la Agencia Tributaria este mes de abril. De momento, este órgano ha dejado en manos de las hermandades la decisión sobre si se devuelve ese dinero a los abonados en una  reunión a celebrar una vez terminado el estado de alarma. 

Esta decisión se ha tomado después de que la organización de usuarios Facua exigiera la devolución del dinero de los abonados, al entender que es una actividad que encaja en la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de Andalucía. Sin embargo, en el otro lado, hay quien considera como una donación o incluso una subvención el gasto en un palco o en una silla de la carrera oficial. Como tantas cosas, cuando el final del confinamiento lo permita, ésta se resolverá.    

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