La Universidad de Sevilla guarda “sigilo” ante un posible caso de plagio denunciado hace dos años

Rectorado de la Universidad de Sevilla

Javier Ramajo

La Universidad de Sevilla guarda “sigilo” ante un posible caso de plagio denunciado hace ya dos años por el Departamento de Historia de América de la Hispalense. Un grupo de cuatro catedráticos y cuatro profesores de dicho departamento ha manifestado en un comunicado su “preocupación” como docentes e investigadores “por la lentitud para abordar el tema del plagio en universidades e instituciones”. Su posición surge a raíz de las noticias en torno al plagio académico de las que viene informando eldiario.es pero también, en el caso particular de dicho departamento, por las denuncias que pesan sobre una integrante del mismo desde hace ya dos años por parte de otros historiadores. Fuentes oficiales de la Universidad dicen que tienen “obligación de sigilo” y no pueden decir siquiera si están o no investigando a esta persona.

El profesor de la Universidad de Buenos Aires Jorge Gelman avisó a finales de 2014 en un correo dirigido a este departamento de la Universidad de Sevilla de que una profesora doctora había copiado dos de sus trabajos. El departamento trasladó el asunto al Vicerrectorado de Investigación en enero de 2015, según informaban redientemente El País y El Mundo, y confirman a este medio fuentes del propio departamento.

La normativa, dicen los catedráticos y profesores firmantes del comunicado, “lamentablemente impone el silencio institucional lo que, unido a lo dilatado de los procedimientos, ha generado situaciones muy delicadas y complejas en el seno de nuestro departamento”, dicen en su misiva dirigida a la comunidad universitaria.

El departamento no cita nombres ni casos concretos pero defiende que su proceder “nunca ha estado guiado por la pasividad o el 'dar la espalda' a esta gravísima falta académica sino mas bien todo lo contrario” y se sienten “agraviados ante el desprestigio que este caso nos pudiera suponer a título individual y como institución frente al resto de la comunidad educativa”.

“Son temas delicados”

La Hispalense, preguntada por este periódico sobre el caso de esta profesora, viene a corroborar ese “silencio” al que alude el departamento dos años después de denunciar los hechos. Señala al respecto que “tenemos obligación de sigilo hasta para informar de si existe o no expediente (son temas delicados)”, indicando que por el momento se carece de un protocolo específico antiplagio pero “se está elaborando” y lo darán a conocer “en breve cuando sea aprobado por el Consejo de Gobierno”.

Desde el propio Departamento de Historia de América indican a eldiario.es Andalucía que, en este caso en particular, la Universidad ha escuchado, es consciente del asunto en concreto, ha recibido las “evidencias” y el tema se ha abordado, si bien tampoco pueden confirmar si existe expediente sobre ello. “El proceso es así de secreto y de garantista, aunque lo ideal sería que se tomara alguna decisión al respecto, porque llevamos así dos años”, señala en conversación con este periódico uno de los catedráticos del departamento.

El profesor presuntamente plagiado, Jorge Gelman, señala por correo electrónico a este periódico que “hasta el momento no me consta que la Universidad haya tomado medida alguna con esta profesora que me ha plagiado a mí y a otros historiadores”. “Me consta que al menos la historiadora Sara Mata, de la Universidad de Salta, de mi país, también denunció a la de Sevilla que la misma profesora le había plagiado textos. Es la Universidad quien debería informar lo que han hecho o no sobre ello. Yo sólo me limité a explicarles lo que esta profesora había hecho con mis trabajos” explica el profesor.

Desautorizacion de una revista del CSIC

Además de las denuncias de estos investigadores argentinos, existe un artículo de esta profesora que fue desautorizado por el consejo de redacción de la revista Anuario de Estudios Americanos, una publicación periódica de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla (CSIC) desde 1944. En esta ocasión fue retirado por ser “en su mayor parte una duplicación de otro de la misma autora”. El Anuario pidió incluso “disculpas a sus lectores”, según aquella nota editorial que ha comprobado eldiario.es Andalucía, sin dar validez a lo alegado en su momento por la profesora, quien dijo que no sabía que el artículo se había publicado previamente. La revista no creyó esta versión ya que dicho artículo figuraba en la lista de publicaciones presentes en la solapa de un libro suyo de 2006.

Otras fuentes del mismo departamento señalan que la profesora no ha recibido en todo este tiempo “ninguna sanción” y “sigue ejerciendo todas sus funciones, dirigiendo tesis doctorales, etc.”, añadiendo que al Rectorado de la Universidad “le constan abundantísimas evidencias” de los supuestos plagios que se han ido aportando “progresivamente” a lo largo de estos dos años, no sólo con la primera denuncia. Recalcan que el ambiente e incluso los estudiantes también se están viendo afectados por estas circunstancias que rodean al departamento desde hace más de dos años, de ahí que lamenten la “lentitud” en tomar alguna decisión.

La directamente afectada por las acusaciones de su propio departamento y de los referidos historiadores prefiere guardar silencio. “De existir cualquier procedimiento en curso que afectara negativamente a mi persona o mi actividad docente o científica, es en sede administrativa o jurisdiccional donde me corresponde ejercitar mis derechos y realizar mi defensa, como haré en caso de que fuese necesario”, responde por correo electrónico a una consulta de este periódico.

Decían los docentes e investigadores del Departamento de Historia de América en el comunicado citado al principio de esta información, citando un artículo de los también profesores de la Hispalense Sebastián Martín y Bartolomé Clavero, que “las evidencias contrastadas de malas prácticas deberían ser suficientes para que las administraciones públicas afectadas, incluidas las universidades, actuasen con rapidez y diligencia”, instando a que las administraciones del Estado actúen “de oficio ante contrastados méritos falsos”.

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