Recurre al Defensor del Pueblo para que su perra no le impida vivir de alquiler social

Ana, junto su perra, "Nía", el "impedimento" para tener una vivienda en alquiler social.

Fermín Cabanillas

Ana Camacho (Sevilla, 1986) creyó haber encontrado la solución a su búsqueda de vivienda en los alquileres sociales de la Junta de Andalucía, pero ha tenido que recurrir al Defensor del Pueblo para que el Gobierno andaluz le permita tener una casa alquilada en la que vivir ella... y su perra.

Su sueldo de maestra interina no le daba para una vivienda, de modo que tuvo que recurrir a una ayuda concreta, la que plantea la Junta para personas que, como ella, se quieren emancipar y no tienen recursos para ello.

Ana ha recurrido esta decisión ante la propia Junta, e incluso el partido PACMA ha presentado un recurso paralelo, pero por ahora no tiene respuesta. “El Defensor del Pueblo me han contestado diciendo que se está tramitando, pero nada más”. Ella cumple todos los condicionantes para tener una vivienda en alquiler social, y no parece dispuesta a separarse de su perra para conseguirlo.

Con toda la ilusión de quién busca su primera casa echó todos los papeles solicitados, pero cuando la Junta le contestó le comunicaron que había un problema: “Nía”, una preciosa mezcla de labrador y mastín. Su perra. La Junta no le deja acceder a una vivienda por tener perro.

En el escrito de recurso paralelo, PACMA pide a la Junta que modifique el punto en el que se reflejan “las condiciones para acceder a una vivienda de alquiler de la Junta de Andalucía a través de EPSA-AVRA, con respecto a la prohibición de tener perros”, al afectar a esta joven que intenta alquilar una vivienda en la calle Mata Carrizo de Sevilla, sin que se lo estén permitiendo. 

PACMA entiende que “la comunicación de esta prohibición no se hizo en las condiciones para la solicitud de la vivienda, y se le hace seis años después, cuando se le comunica que ha sido seleccionado como demandante principal para acceder a un Alojamiento Protegido de Alquiler en Renta Básica”.

Sin respuesta a los recursos

“Básicamente, como muchos jóvenes terminé la carrera y empecé a trabajar y quería emanciparme porque he sido siempre bastante independiente. Evidentemente, con el tipo de trabajo que tenía si no era de Protección Oficial, poca cosa me podría permitir. Eché los papeles para registrarme con demandante de vivienda tanto de alquiler cómo compra, pero esta ha sido la respuesta”, lamenta en declaraciones a eldiario.es/andalucia.

En el escrito de recurso, PACMA lamenta “la disparidad y falta de criterio al prohibir la tenencia solo de perros, pero sobre todo nos asombra la poca sensibilidad de la Junta al pretender separar a personas y animales. Aprovechar la necesidad de vivienda de estas personas y ponerlas en una encrucijada sentimental de elegir entre vivienda o 'familia', teniendo en cuenta que muchas personas tienen a esos animales como único apoyo moral”.

Apunta el mismo recurso que es de destacar también “esta actitud en un momento en el que se está sensibilizando a las personas para evitar los abandonos de animales, la concienciación de que merecen respeto y de que también tienen derecho a una vida digna”.

El escrito, fundado en que pueden ocasionar destrozos o molestias con los vecinos “son argumentos con poca base, ya que los destrozos o molestias que puedan causar los animales son responsabilidad de sus dueños, igual que los causados por los niños la responsabilidad es de sus padres, o las que uno mismo cause que serán su responsabilidad”, termina el recurso.

Por ello, pide que se retire esta condición, “y los afortunados electos de una vivienda, no tengan que abandonar a su amigo fiel, o en el mayor de los casos no tengan que dejar la vivienda solicitada después de tantos años por no abandonar a su compañero”.

De momento, Ana aguarda a que el recurso presentado surta efecto, aunque seis años después de comenzar su lucha, parece que aún le quedan capítulos por vivir de esta novela de la que no esperaba ser protagonista.

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