Las pequeñas empresas de servicios en Sevilla: “Nuestra perspectiva es aguantar”

Barcos de la empresa Guadaluxe

Carmen Ibáñez

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Sevilla es la provincia española donde más ha subido el paro el pasado mes de marzo (casi 32.000 personas), si bien, en Andalucía estos datos abarcan a aquellos trabajadores que se han acogido a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, ERTE, por causas de fuerza mayor, decretado por el Gobierno en este Estado de Alarma que cumple ya tres semanas. Detrás de estas cifras hay nombres y apellidos, historias y perspectivas, proyectos temporalmente congelados por este confinamiento y mucha incertidumbre ante una situación inédita.

Esa incertidumbre está en la mente de muchos pequeños empresarios o emprendedores que han sufrido una parada en seco de su actividad desde el mismo día 14 de marzo, cuando se anunció el Estado de Alarma, y no han visto otra salida que aplicar un ERTE. En el caso de las numerosas empresas o negocios dedicados al sector servicios y al turismo en Sevilla esa opción les puede permitir salir del paso en este momento, pero se preguntan cómo mantendrán los empleos de todos sus trabajadores si la actividad no se recupera a los niveles anteriores al estallido de la crisis tras los seis meses de vigencia de esta medida excepcional.

Es el caso de Pablo Salcedo, gerente de Guadaluxe, una pequeña empresa local de cruceros turísticos por el río Guadalquivir en embarcaciones ecológicas para pequeños grupos. Hasta el pasado 14 de marzo, esta empresa contaba con nueve trabajadores, incluidos los dos socios fundadores, dos barcos pequeños y un catamarán de mayor tamaño. “El día 14 trabajamos sólo medio día. A partir de ese momento se nos cayeron todas las reservas en cascada y desde ese sábado no hemos vuelto a operar. Ha sido un parón en seco, entre el 85 y el 90% de las reservas se han cancelado y el resto se han canjeado por bonos sin caducidad”, comenta Salcedo.

Guadaluxe aplicó un ERTE a toda su plantilla y la respuesta de los trabajadores ha sido positiva, según explica su gerente. Sin embargo, este emprendedor se pregunta si, tal como establecen los requisitos fijados por el Gobierno, su pequeña empresa tendrá capacidad de volver a contratar a los empleados en las mismas condiciones transcurridos los seis meses establecidos. Porque todo dependerá de la actividad. “Está todo conectado”, reflexiona Salcedo, al señalar que aunque en España el avance del virus esté controlado, es posible que en otros países, de donde proceden muchos de sus clientes, no lo esté.

Este escenario ya ha sido reconocido desde el Ministerio de Trabajo, que el pasado viernes avanzó que cuando se levante el Estado de Alarma habrá empresas que puedan negociar estos ERTES, respondiendo así a una alerta de la patronal CEOE en la que señalaba sobre todo al sector turístico.

El papel del Estado y el silencio del Consorcio de Turismo

“Las ayudas del Estado son muy importantes en este momento, aunque las arcas son las arcas y no hay dinero para todo”, dice el gerente de Guadaluxe. Sus gastos fijos para el mantenimiento de su empresa no han variado a excepción de los costes laborales: sigue pagando un crédito con el que adquirió su tercera embarcación, y comienzan a tirar de ahorros de la empresa para hacerlo. Sigue pagando un alquiler de una nave a razón de 1.000 euros mensuales a su propietario, con el que ha contactado apelando a su “solidaridad”. Aún esperan su respuesta. Además han de enfrentar el coste del amarre de las tres embarcaciones que ronda también los 1.000 euros entre Club Náutico y la vigilancia.

Preguntado por si han recibido algún tipo de llamada por parte del Ayuntamiento o alguna otra institución, la respuesta es negativa: ni del Consorcio de Turismo, al que pertenecen, ni de Capitanía Marítima. “Percibo muy poca coordinación entre las entidades relacionadas con nuestro sector”, comenta.

¿Cómo ve el futuro a medio plazo? “Nuestra perspectiva es aguantar, tenemos las cuentas saneadas. Soy patológicamente positivo”, resume Pablo Salcedo, cuyo perfil encaja con el de un pequeño emprendedor que pone sus ahorros al servicio de una idea que en poco tiempo funciona, crece y crea empleo. Vaticina que cuando las cosas retomen cierta normalidad subirá el mercado nacional en su negocio, cuya gestión le ha hecho escapar de la tradicional estacionalidad de las empresas exclusivamente turísticas. “Aunque esto es difícil de prever, creo que la economía está preparada para arrancar rápido”, confía.

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