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Se presenta a unas prácticas de mecánica en instalaciones mineras y le ofrecen prácticas como limpiadora

Entrada principal a la Cámara de Comercio de Sevilla

Fermín Cabanillas

Se presentó a una plaza de formación de mecánica industrial pero finalmente le ofrecieron hacer prácticas de limpiadora. Ana Muñoz, una vecina de Gerena (Sevilla), ha denunciado que fue discriminada a la hora de acceder a unas prácticas convocadas por la Cámara de Comercio de Sevilla y patrocinadas por la Fundación Cobre las Cruces (CLC), que depende de la mina que funciona en su localidad.

Se trataba de la convocatoria de un curso de mantenedor de instalaciones mineras, apoyado por la Escuela Industrial de CLC en su quinta edición. En esencia, la mina mantiene una fundación que, por Ley, devuelve parte de sus beneficios a las localidades en las que excava para extraer -Gerena, Salteras, Guillena y La Algaba. De esos cuatro pueblos procedían los 20 aspirantes, de los que sólo una era una mujer, que se enfrentaron a 200 horas teóricas “que hicimos sin problemas”, pero los problemas llegaron cuando comenzó la gestión de las prácticas en las empresas.

Ana Muñoz ha explicado a eldiario.es/andalucia, que a su vez lo ha confirmado de fuentes de CLC, que le ofrecieron inicialmente prácticas en una empresa de Salteras, “donde me dijeron que ellos ya tenían mecánicos suficientes, pero que me harían un hueco en la plantilla de alguna forma, pero para algo que no tenía que ver con lo que tenía que hacer”, de modo que renunció a esa empresa. Antes que ella habían renunciado dos compañeros a esa misma fábrica.

Una semana después, acudía a una empresa del Puerto de Sevilla, pero afirma que en la Cámara de Comercio le dijeron que tenía que compartir su coche para ir todos los días a a las prácticas, “algo que no entendí y a lo que me negué, porque la mina pagaba los desplazamientos a todos, así que no era lógico que tuviese que compartir mi coche”.

Todo ello se lo comunicó a la Cámara de Comercio, donde asegura, como cita en una carta que ha enviado a este organismo y ha remitido a esta redacción, que le dijeron que “que yo qué quería”, en base a su curriculum. No obstante, recuerda que había una serie de aptitudes que había que certificar para hacer el curso, pero si la aceptaron con las suyas propias para el teórico, entiende que lo mismo debía pasar con las clases prácticas.

“Me ofrecen limpiar un almacén”

Con todo, a esta mujer de 44 años y madre soltera lo que mas indigna es la respuesta de la tercera empresa a la que la enviaron, después de mandarle desde la Cámara una carta de renuncia a las prácticas que no aceptó. Allí -en la empresa “ni entré, me recibió un hombre en la puerta y me dijo que me pondría a limpiar el almacén, que ese sería mi trabajo. En ese momento me fui. Lógicamente, no acepté”.

Nuevamente, como explica en la carta, consultó con la organizadora de los cursos, y entonces le dijeron que quería entrar “en un mundo muy machista y las empresas no quieren mujeres”.

Sin embargo, un compañero estuvo en esa misma empresa de Guillena, y lo que le ofrecieron fue trabajar en labores de albañilería, no de limpieza. No obstante, renunció a los dos días.

La carta finaliza reclamando “que se cumpla todo lo prometido el primer día, donde representantes de la Cámara de Comercio y la mina prometieron que todos íbamos a ser igualmente tratados, ya que todos empezábamos de cero”.

De los que comenzaron con ella el curso, dos han renunciado por no recibir ofertas adecuadas, pero a ninguno le han ofrecido limpiar un almacén. Dos completan su formación en una empresa aeronáutica, uno en una mina en Villanueva, siete en la propia Cobre las Cruces, otro en una siderurgia o alguno más en un taller de coches en Alcalá de Guadaíra.

Oferta formativa en la mina

El curso al que Ana no quiere renunciar forma parte de la oferta formativa de Cobre las Cruces, que lo promociona en su web citando textualmente que “se basa en las necesidades detectadas en las empresas del sector industrial y contempla acciones de formación con prácticas en empresas, facilitando con ello la empleabilidad y el emprendimiento”.

Fuentes de la empresa minera, que han facilitado a eldiario.es/andalucia datos concretos sobre este caso, explicaron que conocen el caso concreto de esta alumna, con la premisa de que “tuvimos información de que parte de su labor formativa podría estar relacionada con las tareas de limpieza de un almacén”, pero subrayan que la labor de la Fundación Cobre las Cruces se ciñe a becar a los alumnos, mientras que la Cámara de Comercio es la que lleva a cabo la elección de las empresas.

La versión de la Cámara, por su parte, indica que la mina es la organizadora de los cursos, y desde allí se canaliza la información que la propia mina les transmite. Esta redacción ha hablado con la persona a la que Ana dirige la carta en la que le pide ayuda para solucionar este caso, que indica que “en absoluto se la ha discriminado, es incierto”, para indicar que CLC, en todo caso, tendría más capacidad organizativa de los cursos que este organismo en concreto.

Con todo, Ana Muñoz asegura que confía en que el asunto se solucione, y pueda formarse definitivamente en el “mundo machista” en el que quiere trabajar “y para el que me estoy formando”.

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