Los robos en los bares del centro de Sevilla suman “intranquilidad” a los hosteleros: “Con la situación que vivimos, estamos perdiendo dinero, y encima te roban”

Daños en la entrada del bar La Casa Azul

Javier Domínguez Reguero

Sevilla —

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“¿Has visto las noticias de una violación a dos niñas en el Alameda? Ayer (por 3 de septiembre) le pegaron una paliza a una pareja de portugueses”, dice Nicolás Aguirre, que tiene en su móvil un listado de los distintos actos vandálicos que en las últimas semanas se ha producido en el entorno de la Alameda de Hércules, en el casco histórico de Sevilla. Aguirre, socio del bar Hops & Dreams, ha hecho su propio parte de incidencias en los que también registra los robos a establecimientos hosteleros y comercios. Todo un documento para refrendar el aumento de la inseguridad en la zona.

“Es un cúmulo de todo”, dice. Los delitos coinciden con las restricciones del ocio nocturno debido a la crisis sanitaria y las escapadas veraniegas de los sevillanos. A algunos incidentes de principios de agosto le siguieron 4 jornadas consecutivas con “mínimo un robo diario”. Es el periodo entre el 16 y el 22 del pasado mes.

El horario de cierre de los bares y restaurantes a la 1 de la mañana hace que poco después “no haya nadie en la calle”, dice la vecina Miriam Gómez que lleva unos días alarmada. Así, unos 40 empresarios firmaron un comunicado conjunto para manifestar “su preocupación ante el grave aumento de actos delictivos que se están produciendo en esta demarcación de la ciudad”. Sin embargo, el Ayuntamiento y la Policía Nacional aseguran que no tienen constancia de este incremento.

“Y encima te roban”

Esta situación se produce mientras la hostelería local tirita debido a las consecuencias económicas de la crisis sanitaria. La actividad no se ha recuperado y la Asociación de Hosteleros de Sevilla estima que 500 bares no volverán a abrir.

A la merma de ingresos se le suma ahora esta “intranquilidad por la amenaza de robos en establecimientos que, en estas circunstancias, se encuentran cerrados durante muchas más horas al día y por tanto están en el objetivo de los delincuentes”. “Nuestra jefa nos advirtió que estuviéramos más atentos”, dice Beatriz Candil, empleada de la pizzería La Piazza. “Estamos algo agobiados con el tema de cerrar a la 1 y que la plaza esté a tope de gente haciendo botellonas, aparte de los grupos chungos que están alerta para robar”, dice Aurora Romero, trabajadora en el bar La Casa Azul. “Cuando todo cierra se quedan los cuatro o cinco de siempre en la plaza y aprovechan la situación”, complementa Aguirre.

Hokman Joma, dueño de Alcázar Andalusí Tapas, pide un mayor número de patrullas. Y no sólo para la Alameda de Hércules sino para toda la ciudad. “La Policía debería identificar a la gente que se queda en la plaza cuando ya no hay nada abierto”, dice Joma, víctima de un robo poco después de las 6 de la mañana del 19 de agosto. Los daños producidos por la pareja de delincuentes ronda los 2000€.

“Con la situación que vivimos, que estamos perdiendo dinero, y encima te roban”, lanza. Los comerciantes piden a las autoridades competentes una mayor presencia policial para velar por sus establecimientos. Aguirre culpa a la Covid-19. “No hay trabajo y hay más necesidad”. Esto provoca que en la Alameda haya “problemas a casi todas horas. Las peleas son a diario”. La pandemia ha agravado la precaria realidad de muchas de estas personas “que siempre han estado aquí, pero nunca se había llegado a esto”, dice Miguel Muñoz, propietario de La Casa Azul.

Su local sufrió un intento de allanamiento el pasado viernes 21 de agosto. El delincuente forzó la cerradura y utilizó una maceta para romper el cristal de la entrada al local. Muñoz, que vive en el edificio, actúo rápidamente para evitar mayores perjuicios. “Estos robos no son de bandas organizadas. El que entró aquí es un drogadicto habitual de la Alameda”, dice.

Los empresarios se quejan de que la presencia policial ha ido disminuyendo. “Es una oleada. Estamos volviendo a los tiempos de antes de la Expo”, apunta Gómez. Por su lado, el portavoz del Partido Popular, Beltrán Pérez, criticó la actuación del Ayuntamiento dirigido por el socialista Juan Espadas. “La inseguridad va a peor y si el alcalde sigue negando el problema y no actúa se va a recrudecer en los próximos meses a tenor de la emergencia social”. Aguirre entiende que hay muchas calles para patrullar en Sevilla y “la Policía no puede estar en todos lados”. Sin embargo explica que la actitud de los funcionarios policiales de guardia de la Comisaría del Distrito Centro es “más que criticable”. Tras su incidente, Muñoz anduvo los 300 metros que separan su local de la comisaría para poner la denuncia. El trato no fue el esperado. “Estamos aquí para casos urgentes y no para tonterías”, le contestó el agente de servicio, según la versión de Muñoz. El propietario de La Casa Azul tuvo que volver a la mañana siguiente.

Otros negocios

No sólo bares y restaurantes sufren las consecuencias del aumento de la inseguridad. La Alameda de Hércules es el epicentro de unas acciones que se expanden por áreas colindantes como la calle Feria o el barrio de San Lorenzo. El pasado 29 de agosto unos ladrones entraron en la tienda especializada en equipación y accesorios para motoristas, aSaco. “Partieron el escaparate y se llevaron todo lo que tenían a mano antes de que un operario de LIPASAM (Empresa de Limpieza Pública) los espantara”, dice el cofundador del establecimiento, Pedro Bové. También apunta a que la vecina joyería Planeta Relojes ha sufrido recientemente un par de robos.

Este comerciante teme el diagnóstico de la perito que visitó su local. “Cuanto peor sea la crisis, más delitos habrá”. En aSaco se preparan para “un invierno duro” y expresan que la situación económica derivada de la covid-19 no justifica los robos. “Pagamos suficientes impuestos para no tener seguridad. Por las noches, no puede haber 4 patrullas para toda Sevilla”.

 

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