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La nueva liga de superhéroes viene de San Fernando, son gays y gordos

La nueva liga de superhéroes de Daniel Mainé

Jorge Garret

Mientras el director Zach Snyder devuelve a Superman a las pantallas con El hombre de acero, una producción gaditana mucho más modesta da un vuelco a los estereotipos de los superhéroes de la historia del cómic. Es la saga Beartoncity, obra de Daniel Mainé (San Fernando, 1981), que narra las aventuras de un grupo de superhéroes gordos y homosexuales en un mundo en el que la población gay es mayoritaria y vive en armonía con heterosexuales y osos de peluche, lo último, literal. La idea partió de unos trazos sobre un papel hace ya tres años. Ahora, con el segundo tomo de Beartoncity en el mercado, Mainé está desplegando un amplio universo escrutado por numerosos seguidores.

El dibujante está afanado en la promoción de su “criatura” de la mano de Diábolo Ediciones. Recuerda cuando, hace unos tres años, lápiz en mano, acabó con las abdominales de Flash y con los bíceps musculados de Batman y Robin. “Mis conocidos no son personas delgadas, así que fui recortando brazos, piernas, cuellos y poniéndolos a todos regordetes. Funcionaba”.

De aquellas parodias surgió la idea de crear una liga de superhéroes extraordinarios. Serían homosexuales, algo que no es novedad en la historia del cómic, pero también serían rollizos y velludos, “osos”, en el argot gay, cuestión que “sí suponía un cambio en los conceptos”, relata Mainé. “Nunca los superhéroes gordos habían sido protagonistas, al menos que yo supiera. En el cómic actual, hay que dibujar a superhéroes musculados, fibrosos. Los protagonistas rara vez son gente normal. Las chicas, igual: son exuberantemente exóticas en cualquier circunstancia, aunque a Supergirl le estén dando una paliza sigue siendo espectacular”, bromea. No se lo plantea como un alegato a la tolerancia pero lo cierto es que la ruptura de estereotipos es parte del atractivo de Beartoncity.

Surgió la Iniciativa Bearton, un grupo en lucha por el bien y la justicia con protagonistas que parodian a los mitos de las gigantes Marvel y DC. En la academia figura, entre numerosos héroes, Vicent Schwarz o Ironbear, alter egos de Tony Stark e Ironman, con la peculiaridad de que el primero es propietario de un emporio mundial de juguetes sexuales en lugar de las industrias armamentísticas que posee el magnate de Marvel. Bhor es un grandullón exiliado de Nasgard, ciudad pija de la costa, cuna de la estética y la moda, donde él no encajaba muy bien. Y Green Lighter, único heterosexual del grupo, porta el mechero verde como arma letal.

La primera hazaña de la Iniciativa Bearton fue ayudar a su autor a salir del pozo del desempleo. Mainé, diplomado en Turismo en Jerez, recuerda que, tras perder trabajó, pasó meses presentando “20, 30, 50 currículum al día” y que “no había manera de trabajar de nada, ni de administrativo, que es lo que había hecho hasta entonces, ni de friegaplatos”. “Ni mintiendo sobre las cosas que sabía hacer... Un desastre”, enfatiza.

En 2011, presentó el proyecto Beartoncity a varias editoriales en el Set del Cómic de Lleida. La originalidad de los personajes y de los mundos alternativos planteados, el humor y la parodia que trufaban las viñetas, y el fondo homosexual de la historia convencieron al editor Lorenzo Pascual, de Diábolo Ediciones, que encargó al dibujante su primer libro: Beartoncity, El abominable hombre del cuarto oscuro. En él, los héroes trabajaban contrarreloj para descubrir a un misterioso asesino ante la inminente inauguración de la sauna más grande del mundo, Marica'dor.

El éxito de las aventuras de los beartonianos animó a la editorial a publicar el segundo tomo de la saga, Crisis en tierras del cruising, que lleva a los lectores a Heteronia, república independiente en la que viven heterosexuales. Diábolo ha impreso alrededor de un millar de ejemplares de la obra dirigida a un público adulto, “independientemente de su orientación sexual”, señala el autor. “En Estados Unidos una editorial pequeña edita 50.000 ejemplares de un cómic, en Francia... 20.000, o 15.000. Aquí es muy distinto. No existe un mercado del cómic español. Hay editoriales que están trabajando mucho y hay buenos autores, pero no hay un mercado español del cómic como tal, así que estoy emocionado con cómo me están yendo las cosas. He tenido la suerte de publicar mi historia a la primera. No vivo del cómic pero me ha abierto muchas puertas”, subraya el dibujante gaditano.

Diábolo está traduciendo al alemán las historias de Beartoncity. Mientras, Mainé ultima The Thinkerbell, “una especie de callejeros viajeros” a través de los mundos de Beartoncity que recopila material que ha ido publicando en Internet en varios idiomas para mantener a los seguidores “enganchados” a su disparatado universo. El dibujante asegura que sus trazos no pretenden convertirse en un alegato a favor de la tolerancia. Sugiere enfrentarse a su tarea con “normalidad”, para echar un buen rato, “como el que se sienta a ver una peli de verano”.

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