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La “zona cero” de Huelva y Cádiz pide ayuda tras la catástrofe

Imagen aérea de la primera línea de costa de La Antilla, con el agua ocupando todo el sitio de la arena.

Fermín Cabanillas

“Podemos haber perdido 60.000 euros por hectárea”. Es el cálculo, por encima, de uno de los agricultores freseros de Lepe que este domingo vio como pasaba por su campo un tornado que en cuestión de minutos se llevó por delante parte de su cosecha y las infraestructuras que la sostiene. El tornado que arrasó campos y hasta señales de tráfico es la prueba evidente de que en Andalucía Occidental ha llovido sobre mojado, tras una semana de temporal con olas de hasta cinco metros que se han llevado por delante chiringuitos, pasarelas y tramos enteros de paseos marítimos.

No hay valoración aún, en lo que al campo onubense se refiere, sobre las pérdidas, aunque desde el sector frescor se apunta que hay unas 60 hectáreas que se han perdido, y unas 200 que se han quedado sin sus plásticos protectores y los hierros que los sustentan. Y eso, cuando la fresa está, igual que la campaña de recogida, en su momento más álgido.

Ramas, techumbres y chapas, objetos u plásticos de invernadero salían literalmente volando el cielo de Ayamonte, Lepe, Isla Cristina, Punta Umbría, Huelva capital y Trigueros.

Por razones que los técnicos no se explican, el tornado no causó daños en ninguna localidad del Condado onubense, pasó por encima del Golfo de Cádiz y llegó, todavía con fuerza al puerto deportivo de Puerto Sherry, ubicado en El Puerto de Santa María (Cádiz), provocando graves destrozos en coches, barcos y locales comerciales situados en esta zona náutica. Las primeras imágenes difundidas mostraban vehículos volcados y encaramados unos encima de los otros, además de graves daños en la zona hostelera, con cristaleras reventadas y mesas y sillas que han salido volando.

Y no es la primera vez. Aunque no es algo agradable, tornados como estos suelen registrarse varias veces al año, aunque de forma más desapercibida, ya que, en esta ocasión, a los fuertes vientos los acompañó la típica imagen espiral, captada por los teléfonos móviles de los que se toparon con ella de frente.

Técnicos de la Agencia Estatal de Meteorología analizaron este lunes los daños ocasionados y recogieron testimonios sobre cómo se produjo el fenómeno. La primera conclusión es que los fenómenos ocurridos en Huelva y El Puerto de Santa María fueron independientes: En el litoral de Huelva y Cádiz todos los años hay varios, puede ser que tres o hasta diez o quince. Muchos pasan desapercibidos“, explican fuentes de Aemet.

“Me estoy mentalizando en no trabajar este verano”

Aparte de los tornados, la “zona cero” en la que se ha convertido la costa occidental de Huelva preocupa, y mucho, para el turismo que la debería llenar desde la próxima Semana Santa todos sus rincones. Esa fecha se considera en el litoral “el ensayo general con vestuario para el verano”, pero habrá que pelear mucho para que chiringuitos como el de Manuel Dacosta Suárez en La Antilla, uno de los emblemas turísticos de esta playa desde 1963.

El viernes, olas de cinco metros pasaron por encima de un negocio que da trabajo a casi 20 personas en verano, y que siempre abre sus puertas con la llegada del Día del Padre.

“Con todo el dolor de mi corazón y de mi familia, comunicaros que el chiringuito, lo que queda de él, permanecerá cerrado hasta nuevo aviso”, reza un mensaje en sus redes sociales, que completa, en conversación con el diario.es/andalucia, pidiendo a las administraciones “que me dejen trabajar, que me dejen arreglar los papeles pronto, y que en tres meses como mucho mi chiringuito esté en pie otra vez”.

Consciente de que abrir las puertas en Semana Santa es casi un milagro, lamenta que “hasta nuevo aviso sólo nos queda rezar y que nos ayuden a volver a levantar un negocio que ha conocido a tres generaciones y podamos seguir disfrutando de ello, así que nos queda esperar y cargar con esta impotencia tan grande que nos ahoga”.

Desde el sector hotelero lamentan lo que puede venir por delante: “en el puente del Día de Andalucía nos cancelaron reservas desde toda España, cuando vieron el mal tiempo que hacía, porque todo el mundo hoy tiene acceso a toda la información. O nos arreglan esto pronto o en verano sólo vendrá la gente que tiene apartamentos en la playa”.

Unidad de acción política

Manuel, desde los restos de su chiringuito, pedía ayer por la mañana que los políticos se unan y le ayuden a él y a todos los afectados “sin retrasos y sin peleas”. No habían pasado más de un par de horas de su petición cuando, a pocos metros de su chiringuito, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, anunciaba que se va a crear un grupo de trabajo interadministrativo para “poder actuar” frente a los daños ocasionados por el temporal, tanto de manera urgente, como a medio y largo plazo.

Lo hizo después de mantener una reunión de trabajo con representantes de distintos sectores económicos y alcaldes de los municipios de la costa afectados. Báñez, en nombre del Gobierno central, explicó que el Gobierno “lo primero que ha hecho es trabajar para evaluar los daños y para, a corto plazo, poder restablecer los daños registrados tanto en viviendas como en infraestructuras, tanto viarias como de caminos, y en explotaciones agrícolas”.

La visita de la ministra onubense de Empleo se había programado el sábado anterior. El domingo Susana Díaz y Maríano Rajoy hablaron por teléfono y acordaron una unidad de acción casi sin precedentes. A las cinco de la tarde de ayer se bajaban de sus coches oficiales en La Antilla, donde podían andar a duras penas entre la arena levantada y los trozos de material desplazados por las olas.

Allí, Rajoy garantizaba que las distintas administraciones trabajarán “juntas e intensamente” para “intentar que las cosas vuelvan a la normalidad a la mayor celeridad posible” en aquellas zonas de Andalucía afectadas por el temporal de los últimos días. Por encima de peleas políticas, Rajoy sostenía que “ahora lo que importa es trabajar”, mientras que la presidenta de la Junta de Andalucía consideraba que la costa “tiene que recuperarse, porque a nivel turístico nos puede impactar, y de una manera elevada en un año que tiene que ser bueno”. Por ello, entiende que “estamos ante una situación que necesita de colaboración, de cooperación y yo creo que hay un buen ejemplo previo, el que se dio en el incendio de Doñana; espero que esa colaboración que todos tuvimos entonces se tenga en la recuperación del litoral”.

De momento, se van a recopilar los daños, se van a hacer cuentas, se van a forzar los seguros agrarios para los que les puedan cubrir estos sucesos. Se trabajará contra el reloj, pero es una batalla que se espera ganar.

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