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“Para que estemos en igualdad de condiciones, necesitamos que ellos pierdan privilegios”

Final de la manifestación del 8 de marzo de 2017 en la plaza del Pilar.

Óscar F. Civieta

Zaragoza —

Josefina Musulén es la portavoz de la Coordinadora de Organizaciones Feministas de Zaragoza. Llevan meses trabajando con la mirada puesta en el 8M. Antes de llegar, ya afirma que ha sido un éxito: “Hemos conseguido llevar a primera plana noticias que antes no pasaban de ser un breve”. Pero sabe que el 9M habrá que seguir luchando (y el 10 y el 11). Cree que sobran los motivos para hacer esta huelga y destaca que se hace “contra el heteropatriarcado normativo”

¿Cuáles son los principales motivos para hacer esta huelga que, a la vez, son los principales problemas con los que se encuentran las mujeres por el mero hecho de serlo?

La violencia machista tiene que ir en primer lugar. Esas mil mujeres que nos faltan desde que empezó a funcionar la Ley de Violencia Machista. Todo lo que significa la violencia de género, las que están siendo maltratadas (aunque no las hayan asesinado), las que sufren violencia psicológica, todas. Queda mucho trabajo y solamente un cambio social radical nos permitirá acabar con estos comportamientos.

La desigualdad salarial, en Aragón estamos por encima del 25 % de brecha salarial, en España sobre el 30 %. Es una brecha que no disminuye, va aumentando. Somos las reinas del trabajo precario, la pobreza tiene nombre de mujer. La feminización de la pobreza es muy preocupante.

Las mujeres salen de las universidades con excelente preparación, con medias de resultados académicos por encima de sus compañeros. Después llega el momento de entrar a trabajar: al principio hay una igualdad salarial razonable, pero cuando entramos en la década de los 30, y hay mujeres que deciden ser madres, todo cambia. Parece que hay muchas medidas para ayudar a la maternidad, pero la realidad es que la maternidad penaliza. Te hace parar, tus compañeros siguen teniendo posibilidades de crecimiento, de mayor sueldo, de mayor perspectiva de opciones. Y en cuanto a cuidados de los hijos, sigue recayendo la decisión de coger tiempo parcial en las mujeres.

Hay mucho que cambiar, política y socialmente, para que esa igualdad llegue. Esta huelga hace mucho hincapié en el ámbito de cuidados. No son solo las mamás que cuidan a niños, también hijas responsables del cuidado de sus padres. Es algo invisibilizado. En Aragón se está haciendo un esfuerzo en dependencia, pero el Estado central ha pasado olímpicamente de la ley de dependencia

Creo que lo motivos sobran.

Y el feminismo es transversal. No es solo cuestión de las mujeres blancas del primer mundo, que estamos privilegiadas. El feminismo, como diría Simone de Beauvoir, se vive individualmente, pero se lucha colectivamente.

¿Pensaba que esta huelga iba a llegar a donde ha llegado?

El año pasado ya fue una sorpresa, porque fue un impulso de las compañeras de Argentina y ese grito de “¡Vivas nos queremos!”. Pusieron en marcha el tsunami y nos fuimos sumando movimientos feministas desde varios países. Desde ese momento, teníamos claro en las reuniones de la Coordinadora de Organizaciones Feministas que uno de los puntos del día era el 8M, porque sabíamos que había que empujar y que nuestra obligación es que fuera un éxito mayor que el pasado. Y el año que viene querremos un éxito mayor.

Esto era un sueño. Pero yo, Josefina, ya antes de empezar considero que ha sido un éxito. Hemos conseguido que se hable de feminismo en todos los espacios. No imaginábamos que el feminismo ocupara tanto espacio mediático como está ocupando. Hemos conseguido llevar a primera plana noticias que antes no pasaban de ser un breve.

¿Esperaba mejor respuesta de las instituciones?

No. No espero. El presidente del Gobierno de Aragón creo que se vino un poco arriba y dijo que iban a hacer huelga tras una pregunta de Patricia Luquin (IU). No sé si referirá a huelga de todo el día o a paros de dos horas. Hay distintas instituciones que a nivel político la van a secundar, pero habrá que esperar al día 8.

¿Y qué le parece la respuesta de los sindicatos?

No voy a juzgar. Dentro de la Coordinadora está CGT, que convoca las 24 horas –al igual que ISTA–, se necesitaba que un sindicato convocara 24 horas para que hubiera esta huelga. CCOO y UGT han decidido convocar paros de dos horas. Tanto los sindicatos como los partidos son organizaciones muy masculinizadas y entiendo que tiene que haber cierta dificultad. Máximo respeto a las decisiones de unos y otros.

¿Cuánto de educación, de trabajo que ha de hacer cada familia en cada casa, hay en el camino de acabar con el machismo?

Todo. Salvo las últimas generaciones, todas nos hemos educado en el machismo más absoluto, que era, entre comillas, “lo normal”. Toca desaprender, deseducar, construir… Hay que acabar con el sistema patriarcal. Esta es una huelga contra el heteropatriarcado normativo. No solo se educa en la escuela o en casa; a través de las pantallas, nuestros hijos e hijas reciben continuamente información que les sirve para formarles. Y ahí las mujeres siguen siendo sumisas, el amor romántico sigue siendo guay. Queda mucho trabajo y los medios de comunicación tienen que ser vitales.

Cuando hablamos de que las mujeres nos tenemos que empoderar, es porque alguien se tiene que desempoderar. Para que estemos en igualdad de condiciones, necesitamos que ellos pierdan privilegios. El 52 % de la sociedad está marginada.

España tiene un presidente que cuando le preguntan por igualar salarios dice que mejor pasar a otro tema, ¿indica eso lo lejos que se está de lograrlo?

Yo le pido al resto de la ciudadanía que pase de él. Las mujeres tenemos que pasar de él. Hemos oído al PP estos días decir barbaridades una detrás de otra: hablar de feminismo como una élite, cuando la élite son ellos, no tiene ningún sentido. Nunca han penado en las mujeres reales: que van desde las kellys hasta las mujeres que no están en los consejos de administración del Ibex 35.

¿Cómo se ataca la brecha salarial?

En algunos países por ley. Se me ocurre que sería una buena opción. Hay veces que cambiamos muy rápido la Constitución para cosas que poco tienen que ver con apoyar a la ciudadanía. Para esto la cosa es urgente. Como derecho constitucional, que haya un reconocimiento en la Constitución a esa igualdad de salarios. Creo que es la única forma de conseguirlo.

Cuando se habla de abuso sexual, es a la mujer a la primera que se cuestiona siempre, ¿Por qué?

Estamos ante la cultura de la violación y tiene su propio comportamiento. Lo primero que se hace cuando hay una violación, hay juezas que preguntan si había cerrado las piernas y jueces que dicen que la falda que llevaba era muy corta. Desde el patriarcado, la mirada en las violaciones no va al violador, sino a la violada. Se ha hablado mucho del caso de “La Manada”, pero no es un caso exclusivo. Este tipo de violación en grupo tiene mucho que ver con gente joven que ha aprendido el sexo a través de la pornografía. Hay imágenes que quedan marcadas como dentro de la normalidad. El problema de esto es que sigamos pensando que un violador puede ser un maravilloso hijo, hermano o persona, es un violador. Mientras no se ponga en el acento en ellos y se siga juzgando a la mujer, como sociedad lo estamos haciendo mal.

¿Se echa de menos que en las concentraciones o manifestaciones haya más hombres?

En las concentraciones cada vez hay más. Más hombres feministas. Lo organizamos todo para que nos puedan acompañar, para que puedan estar, para que quieran estar sin ser los protagonistas.

¿La situación es peor que hace, por ejemplo, una década?

No estamos mejor, desde luego. La brecha salarial cada vez es más grande y es una brecha social que perece irresoluble. En algunas edades, en algunos momentos de las vidas de las mujeres, estamos llegando a la feminización de la pobreza.

¿Qué responde a quien repite eso de “ni machismo ni feminismo, igualdad”?

Es que no tiene nada que ver. Basta dar una vuelta por la RAE, aunque tampoco sea muy feminista. No puedes decir “no soy ni machista ni feminista”, porque significa que no sabes de lo que estás hablando. El patriarcado ha hecho un gran trabajo para desprestigiar al feminismo. Esas mujeres que dicen que no son feministas, seguramente si te pones a hablar con ellas, quizás no tengan una cultura feminista, sin embargo, defienden lo mismo que tú, pero el concepto les raspa. Y esto pasa por el magnífico trabajo que ha hecho el patriarcado. Y nosotras un magnífico trabajo para todo lo contrario.

¿Se conseguirá, a corto plazo, esa igualdad?

Iremos consiguiendo pequeñas cosas como hasta ahora. Pero hace falta un cambio mayor y, posiblemente, habrá un cambio generacional que posibilite un cambio mayor. Queda camino, pero lo bueno de ver tantas mujeres jóvenes participando en este 8M es que nos están demostrando que queda camino, pero hay camino.

¿Se ve crecer entre las jóvenes el movimiento feminista?

Sin duda, el gran cambio es que los movimientos feministas se nutren extraordinariamente de personas muy jóvenes.

Llega al 9M, ¿y ahora qué?

Seguiremos igual, desde los colectivos, asociaciones feministas, dese las coordinadoras, seguiremos dando pasaos para conseguir ese cambio social. Es bueno echar la vista atrás y ver qué hicieron otras mujeres. Nosotras no luchamos por unos derechos para nosotras mismas, sino para las generaciones futuras. Ese lema de “porque fueron somos, porque somos, serán”, tiene más sentido que nunca.

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