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'Reverberadas': una historia de amor entre arte y ciencia

'Data Drops', ciencia interactiva en 'Reverberadas'.

Óscar Senar Canalís

Zaragoza —

Un columpio que ejerce como tecla de un piano instalado en Linz (Austria). Sonidos generados a partir de bases de datos de agencias espaciales y universidades de todo el mundo. Un robot espacial marciano construido en Muel. Son solo tres de las propuestas de Reverberadas, una muestra que bajo el subtítulo de Exploraciones sobre arte digital y ciencia podrá verse hasta el próximo 18 de septiembre en Etopia, el Centro de Arte y Tecnología de Zaragoza.

Reverberadas es la primera muestra que la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento organiza como socio de la Red Europea de Arte Digital y Ciencia. La colaboración va más allá, y también están implicadas en este proyecto importantes instituciones científicas como el CERN (siglas en inglés de la Organización Europea para la Investigación Nuclear) o la ESA (Agencia Espacial Europea). ¿El objetivo? “Animar al público a que se inspire y busque en los nuevos caminos que se abren de la confluencia de disciplinas artísticas y ramas científicas”, explica Fermín Serrano, comisario de la exposición.

Adentrarse en Reverberadas es cruzar un portal hacia el futuro. Recibe al visitante Encuentros, de María Edwards, la primera obra elegida para crearse en residencia en el Observatorio Europeo de Austral, en Chile. Una parte de este proyecto llega aquí en forma de columpio, cuyo movimiento se convierte en sonido en un piano que se encuentra en la ciudad austriaca de Linz. Frente a esta instalación, ejemplo de colaboración internacional en red, un lienzo local. El zaragozano Óscar Sanmartín firma Composición Digital 3, un cuadro elaborado con técnicas digitales que sin embargo aparenta estar dibujado a lápiz.

Constellation, de Edu Comelles y Andrea Pazos, es una instalación audiovisual en la que flujos de datos y fragmentos de bandas sonoras de películas de ciencia ficción se transforman en sonidos que acompañan la proyección de una constelación inventada. Atravesar una cortina plástica sitúa al espectador ante Deep Rife, una obra de Guillermo Casado y Azucena Giganto inspirada en la observación de microorganismos. 5th Column, de Jaime de los Ríos, invita a reflexionar sobre el poder creativo de las máquinas con imágenes desarrolladas de manera infinita por un software.

El prêt-à-porter también ha llegado al arte y la tecnología. Cosmic Bitcasting, de Afrodita Psarra (artista) y Cécile Lapoire (física), es una chaqueta que detecta rayos cósmicos, de manera que permite al espectador hacerse a la idea de cuántas partículas atraviesan su cuerpo sin ni siquiera darse cuenta. Otra propuesta que incita a la participación es Data Drops, de Mar Canet y Varvara Guljajeva, donde las emociones de las personas, recogidas en este formulario, se convierten en microesculturas realizadas en vivo en un pequeño laboratorio instalado en la propia sala.

Hasta el infinito y más allá, pero con los pies en el terruño. Sobre la superficie de Marte trabaja en estos momentos el robot de la NASA Curiosity, pero en Etopia está el OpenCuriosity, una versión realizada en Aragón por Carlos Sicilia y otros colaboradores por puro amor a la ciencia. El Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón, en Javalambre, está captando imágenes del cosmos para realizar un cartografiado 3D, y aquí una pantalla muestra algunas de esas galaxias y nebulosas que constituyen auténticas obras de arte.

Completan la propuesta Metrysym, una manzana colgada hacia arriba con la que Jürgen Ropp y Marta Pérez invitan a reflexionar sobre la antigravedad, una reproducción a pequeña escala de los experimentos con antimateria que se realizan en el CERN y E6, una sucesión de acordes generados a partir de moléculas del ADN humano sintetizadas por Santiago Latorre.

Un amor a primera vista

¿Este matrimonio entre ciencia y arte es por amor o conveniencia? Para Fermín Serrano, “es una confluencia que surge de forma natural, cada parte tiene sus motivaciones y urgencias, pero las ganas de enriquecerse y crear híbridos están ahí”. La filosofía de Reverberadas entronca con la de la “ciencia ciudadana”, explica el comisario, un movimiento que busca “sacar la investigación de los laboratorios y grandes centros científicos y demostrar que gracias a las nuevas tecnologías todos podemos hacer contribuciones más o menos elaboradas; el algo parecido a lo que ocurre con el arte participativo”.

Reverberadas podrá visitarse en Etopia (frente a Estación de Delicias) hasta el próximo 18 de septiembre, con entrada gratuita y en horario de lunes a viernes de 17:00 a 21:00 y sábados de 10:00 a 14:00. La exposición ha estado acompañada de un simposio celebrado los pasados 19 y 20 de mayo, y a lo largo de la muestra está previsto que se realicen talleres participativos abiertos.

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