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Las BRIF rechazan la propuesta del Servicio de Mediación y mantienen el aplazamiento de la huelga

Pancartas de protesta a las puertas de Tragsa.

Óscar F. Civieta

Zaragoza —

De momento, la huelga de las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales se quedará en 105 días. Pero no porque hayan llegado a un acuerdo con la empresa. Hoy, tras someterlo a votación en cada una de las bases, los trabajadores han decidido no aceptar la propuesta que les había hecho el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA).

Aun así, la huelga continuará aplazada. No desconvocada, aclaran. El parón, que se inició el pasado 27 de julio, se paralizó el 9 de noviembre tras recibir la primera propuesta del SIMA, “y vista la situación económica de la gente”, como apunta Diego Cover, miembro de la BRIF de Daroca.

Tras este último capítulo (seguro que no será el último) continuarán trabajando y en futuras reuniones decidirán cuáles son los siguientes pasos a dar. Ahora, dice Cover, “se abre un nuevo punto de partida y tendremos que hacer una hoja de ruta”.

Las precarias condiciones de trabajo estipuladas por la empresa, Tragsa, fueron las que llevaron a estos bomberos a tomar la decisión de ir a la huelga. Tres eran sus principales reivindicaciones: que se les reconociera la categoría profesional de bomberos forestales, ya que actualmente se les considera peones especialistas; una mejora salarial, ahora cobrarían 16.000 euros anuales brutos si trabajaran 12 meses, aunque normalmente suelen ser algunos menos; y que se busque una segunda actividad para aquellos bomberos que “llevan muchos años apagando incendios y su cuerpo ya no da para más”.

La propuesta del SIMA no alcanzaba, ni mucho menos, sus pretensiones. No les reconocían como bomberos, sino como Brigadistas de Prevención y Extinción de Incendios Forestales. Una figura “que ni siquiera existe”, apunta Cover: “Alegaban que iban a intentar que el organismo competente la reconociera”.

Respecto a la mejora salarial, esta ascendía a 18.000 euros al año, que recibirían a lo largo de la anualidad en forma de pluses. Una subida “mínima” que, por añadidura, “no venía acompañada de otras mejoras laborales de consideración”.

Por último, en el asunto de la segunda ocupación, les propusieron abrir, a partir del año que viene, dos plazas de segunda actividad en cada base. Subiendo hasta cinco, a razón de una cada año, y, posteriormente, volver a negociar: “Un parche, un arreglo rápido cogido con pinzas que no supone una solución”.

Y por eso han decidido rechazar el acuerdo, “porque hemos preferido quedarnos como estábamos antes que firmar algo que no está a la altura de las expectativas”.

Hicieron ‘cajas de resistencia’ para que todos cobraran

Han sido 105 días de protestas, negociaciones y, sobre todo, lucha. En un principio, recuerdan desde la BRIF de Daroca, comenzaron con unos servicios mínimos del 75 % y se decidía por sorteo a quién le tocaba trabajar. Por eso decidieron crear unas ‘cajas de resistencia’ en las que, grosso modo, acumulaban lo que cobraban todos y se repartía a partes iguales.

En octubre la situación se complicó cuando los servicios mínimos bajaron al 50 %. Y el futuro oscureció del todo a partir del 15 del mismo mes porque se redujeron cero. En esa época, explica Cover, se hace la campaña de prevención, “trabajo selvícola y quemas controladas”. Pero este año no se ha hecho nada. Una vez más, recuerda, “la prevención no es importante”. “Siempre se dice que los incendios se apagan en invierno, pero la empresa y el Ministerio no terminan de entenderlo” .

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