El Gobierno defiende una clase de toros en un colegio público por su “enfoque educativo nada cercano a promocionar el maltrato animal”

El Gobierno de Aragón ha respondido a una pregunta parlamentaria de Izquierda Unida en la que se pedían explicaciones por permitir que se diera una clase de toros en un colegio rural público de Zaragoza. Desde el Ejecutivo autonómico argumentan, entre otras cuestiones, que fue una temática elegida por el alumnado y que se trató “desde un enfoque educativo no taurino para nada cercano a la promoción del maltrato animal”.

Se refiere IU en su consulta a la visita, el pasado 3 de diciembre de 2017, del torero aragonés Imanol Sánchez al Colegio Rural Agrupado (CRA) El Mirador de Villalengua. El diestro departió con niños y niñas de Infantil y Primaria sobre los orígenes históricos de la tauromaquia y resaltó la, a su entender, relación entre el toreo y la cultura.

También destacó los valores de “sacrificio, constancia, actitud, pasión y esfuerzo que implican su profesión”, tal y como se apuntaba en esta información de cope.es que, además, incluía unas declaraciones de una de las profesoras apuntando que “en el patio del colegio están constantemente jugando a toros”, y, por ello, “decidimos programar esta actividad”. El propio torero subió imágenes de su visita en sus cuentas de Twitter y Facebook, con el hashtag #TorosEnElCole.

“No había razones para no hacerlo, teniendo clara la perspectiva didáctica”

En la pregunta de IU se cuestiona quién autorizó la actividad y si se exigirán explicaciones al centro. Desde el Departamento de Educación del Gobierno autónomo se señala que se ha solicitado a la Inspección Educativo un informe al respecto y se ha recabado información de la comunidad educativa de Villalengua.

El resultado, explican, es que la visita formaba parte de un proyecto de trabajo, llamado ‘Coarne’, que fue escogido por el alumnado, y que trata distintos contenidos a partir del toro. “Se hizo una lluvia de ideas”, dicen, y el tema fue elegido “por mayoría absoluta por el alumnado de Infantil, no fue ni siquiera necesario someterlo a votación”.

Además, continúa la respuesta, “se consultó con el equipo docente y se acordó con el equipo directivo poder iniciar el proyecto con este tema buscando los contenidos educativos del mismo (al margen de la controversia de una de las secciones de las profesiones vinculadas al animal escogido)”.

Indican que se pensó en organizar la visita de una persona relacionada con las profesiones que tuvieran que ver con el proyecto, “no obteniendo ninguna opción de veterinario ni ganadero”, por lo que “se valoró que no había razones para no desarrollarlo teniendo clara la perspectiva didáctica”.

Las familias, anotan, estaban informadas de todo, incluida la visita del torero, “y no hubo ninguna queja al respecto: en el planteamiento inicial del proyecto las familias no manifestaron ningún tipo de objeción y dieron su visto bueno a lo que se pretendía trabajar. Del mismo modo, y una vez finalizada la actividad de la visita, con la polémica suscitada, todas las familias del alumnado manifestaron unánimemente su apoyo tanto al equipo docente como a la dirección del centro escolar, conocedoras de que en ningún momento se fomentó el maltrato animal”.

Destacan que la visita “de una de las profesiones del centro de interés del proyecto no ha tenido como finalidad educativa ensalzar las proezas del torero y se ha analizado objetivamente con el grupo la controversia del tema, en concreto el sufrimiento del toro en las corridas desde una postura de respeto”.

En definitiva, finaliza la respuesta del Ejecutivo, “se ha trabajado de manera transversal la educación en valores, concretamente el respeto y cuidado de los animales. A su vez, se ha trabajado la educación emocional, el amor (con objeto de empatizar con seres vivos como el toro). Consideramos así mismo que se ha descontextualizado el planteamiento de la pregunta basada en la visión desvirtuada de una actividad aislada dentro de un proyecto cuyos objetivos educativos distan mucho del maltrato animal”.