Los nervios del PP embarran el debate sobre el triple asesinato de Teruel

Mañana de transistores en las Cortes de Aragón. Los auriculares que portaban varios diputados (incluido el presidente del PP aragonés, Luis María Beamonte) eran buena muestra de que su presencia en el Parlamento autonómico era solo física. Y la tensión salió a relucir en el segundo punto del día, el que trataba sobre el triple asesinato sucedido en la provincia de Teruel en diciembre del pasado año.

Presentaba Podemos una propuesta para crear una Comisión de Investigación “sobre las actuaciones, acciones y gestiones políticas realizadas entre los días 5 y 14 de diciembre de 2017, días en los que se produjo el tiroteo que hirió a dos vecinos de Albalate del Arzobispo, y concluyó con el triple homicidio acontecido en la provincia de Teruel el 14 de diciembre del año pasado”.

Finalmente, los morados retiraron la proposición, su secretario general, Nacho Escartín, argumentó que lo hacían “porque la moción de censura que se debate contra Rajoy abre una ventana de oportunidad para que esta comisión se desarrolle en el lugar donde puede tener más visos de resultados efectivos”. Señaló, además, que su intención primera era que se hubiera presentado, directamente, en el Congreso de los Diputados, pero que tanto Pablo Iglesias como Irene Montero le aseguraron que “con los vetos del PP y el cuello de botella en iniciativas parlamentarias, era imposible tramitar esta comisión en Madrid en esta legislatura”.

A pesar de que la propuesta había sido retirada, Escartín agotó su tiempo y también usaron su turno el resto de partidos. El ambiente se caldeó cuando el diputado popular Antonio Suárez acusó a Podemos de querer “alentar a la sociedad aragonesa de que ha podido haber actuaciones del delegado del Gobierno, el subdelegado o el ministro que pudieran haber tenido influencia en el asesinato de tres personas”. Y fue a más: “Quieren dejar esa mierda en la sociedad aragonesa” (hasta tres veces lo repitió).

Suárez continúo in crescendo: “¿Qué les hubiera parecido a ustedes si el PP hubiera pedido una comisión de investigación para saber la relación suya y la de Podemos con el presunto asesino de Victor Laínez?”. El PP no juega a eso, indicó, “sobre todo cuando hay mucho dolor de gente”.

Cada vez más alejado del debate, espetó a la bancada morada que “cuando el alcalde de Zaragoza se va de viaje y deja aquí las riadas, ustedes llegan aquí a intentar dar la vuelta. Y no voy a hablar de los viajes a Chile, ni a Nueva York, ni de las cotizaciones a la Seguridad Social”. Alentado por los suyos, tiro de clásicos para terminar –con el aplauso irónico del Grupo de Podemos como respuesta–: “Y tampoco voy a hablar de la casa de la pradera, ni de Maduro”.

Mucho más comedida, y asegurando que hubieran apoyado la Comisión, la diputada del PAR Berta Zapater señaló que “no se puede jugar con el dolor de las personas”, y, con esta propuesta, “Podemos lo ha hecho”.

Actuación política

La sombra de la duda sobre la actuación, sobre todo, del Gobierno de España, sobrevuela el caso. La propia viuda del ganadero asesinado, José Luis Iranzo, señaló que el Ministerio del Interior ocultó la peligrosidad del presunto asesino, Igor el Ruso. Criticó la falta de medios y la ausencia de información tras el tiroteo del 5 de marzo.

También los amigos de Iranzo mostraron su desconfianza: “Que nos digan la verdad”, pidieron, “¿Cómo es posible que hayamos estado nueve días a expensas de un asesino?, ¿cómo pueden permitir que hayamos puesto a nuestros hijos, padres, madres, amigos en un inmenso peligro?”.

Incluso el sindicato al que pertenecía el ganadero aseguró que hubo “negligencia” por parte de la Guardia Civil: “Los Cuerpos de Seguridad del Estado, así como los responsables políticos, debían haber pensado en la seguridad de los ciudadanos cuando ocurrió el primer tiroteo el 5 de diciembre, y quizá no habría pasado lo del día 14”.