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“Los procesos participativos generan polémica porque implican perder poder”

Elena Giner. Foto: Juan Manzanara.

Óscar F. Civieta

Zaragoza —

Elena Giner (Zaragoza, 1977) es consejera de  Participación, Transparencia y Gobierno Abierto del Ayuntamiento de Zaragoza. De su área nace una apuesta clara del equipo de gobierno de Zaragoza en Común, la de impulsar las consultas ciudadanas. Que la gente participe de manera directa en la gestión de la ciudad. Y sobre la mesa dos cuestiones principales: presupuestos participativos y el tranvía.

¿Por qué generan tanta polémica los procesos participativos en el Ayuntamiento de Zaragoza?

Porque nunca se ha hecho. Llevamos una apuesta de transformación grande de un área de Participación que ha estado muy centrada en la regulación de los órganos de participación territoriales y la participación sectorial, pero tenía como tarea pendiente abrirse a poder preguntar directamente a la gente, sin esos canales de mediación. Anteriores gobiernos lo anunciaban, pero nunca llegó a materializarse, salvo en pequeñas iniciativas de gobierno abierto en las que se preguntaban cosas muy puntuales. Supone un cambio muy sustancial en la forma de gobernar y de relacionarte con la ciudadanía.

También genera polémica porque abrir la participación siempre implica perder poder. Primero por parte del Gobierno, pero también de los grupos políticos y del Ayuntamiento como tal. Supone que decisiones que hasta ahora podían tomarse en esos órganos, si las abres a la participación, la primera pregunta que siempre surge es ‘¿y los grupos políticos cuándo vamos a participar?’; dicen, ‘si ya está el Pleno, y nosotros ya representamos a la gente, ¿por qué hay que abrirlo a la ciudadanía?’. 

¿Algún resultado sorprendente en votaciones que han tenido lugar en el mundo en los últimos tiempos podría hacer dudar de estos procesos?

Por mucho que se diga que hay cuestiones que luego no salen cómo se esperaba, todos los grupos políticos aceptan que hay que preguntar. En eso ya hay un cambio cualitativo desde el 15M. Luego ya el si se regula o no, o el papel que tiene la democracia representativa, sí suscita debate, pero nadie se atreve ahora a cuestionar que hay que preguntar a la gente.

Tiene encima de la mesa los presupuestos participativos y también el tranvía, ¿serán los dos temas de consulta principales de este mandato?

Pueden aparecer más, pero en estos momentos son dos grandes temas de consulta. Eran apuestas, sobre todo la de presupuestos participativos, que llevábamos en el programa y es un ejemplo que permite demostrar cómo entendemos la participación. Decidir dónde va el dinero es la mejor forma de incidir en la gestión de una ciudad y en la forma de gobernar. Es lo que ejemplifica lo que era nuestra apuesta en participación.

Y en la consulta del tranvía, es importante combinarlo con todo el estudio técnico que ha habido. Porque un debate importante es si se participa teniendo información o sin tenerla. Si se hace desde una posición muy polarizada no es participación, es pelearte entre grupos y, en ese caso, no se está decidiendo el contenido, sino quién está a favor y en contra.

Creemos que en el trazado es importante ya contar con la participación de los vecinos y vecinas. Puede ser que el trazado que mejor valorado salga técnicamente, luego sea el que más rechazo provoca en la ciudadanía. Poder implicar a los ciudadanos y ciudadanas desde el primer momento es importante.

En el caso de los presupuestos, ¿qué pasa si lo que vota la ciudadanía luego no se apoya desde el Ayuntamiento?

Primero lo que tiene que pasar es que esa partida se apruebe en el presupuesto. Ahí se dirá el dinero que se le da a los distritos. Eso es lo que tiene que aprobarse en el Pleno. Después, al igual que con cualquier otra partida, el Pleno no aprueba exactamente a qué obras va destinada esa partida. Tenemos el apoyo, a través de una moción que presentamos, de PSOE y de CHA de destinar esos 5 millones a presupuestos participativos y lo que hemos oído del PP y Ciudadanos son cuestionamientos al proceso, pero no a que se lleve a cabo. Entendemos, por tanto, que no habrá un ‘no apoyo’ a esas partidas.

¿Perciben que a la gente, en los barrios, le gusta que esto se haga así?

Sí, y con el tema de los presupuestos participativos es claro. Ha habido reuniones, hemos adaptado mucho el proyecto inicial para que todo el mundo pudiera sentir que era su proceso, hemos recogido las aportaciones que nos hacían para dar a las juntas de distrito un papel más relevante; pero siempre garantizando que, en el distrito, una persona es un voto, no va haber más peso de nadie.

¿Cómo se está decidiendo la forma de votar, el plazo, etcétera?

Desde el área hicimos una propuesta y la hemos debatido con los grupos políticos, la hemos presentado en entidades y grandes federaciones, hemos recogido aportaciones y se debatió en el Consejo de Ciudad, donde se aprobó. Esa es la base del documento de presupuestos participativos.

¿Qué opina de la propuesta del PP de controlar estas consultas ciudadanas?

Estoy esperando a que digan algo en concreto. Desde marzo dicen que tienen una ordenanza de participación que regule los procesos. Nosotros, basándonos en lo que hay, que es el Reglamento de Participación –que estamos ahora haciendo un proceso para reformarlo- y la Instrucción de Encuestas Ciudadanas –que se aprobó ya en la anterior legislatura- hemos hecho un documento de bases de procesos participativos, donde se regula cómo va a ser la participación.

Quiero creer que su propuesta será para mejorar la participación ciudadana, y no para controlar los procesos, pero tengo un poco la sospecha de que va a ir por ahí.

Abrir a la participación siempre va a ser algo positivo, pero de ahí a que, por ejemplo, tenga que ser el Pleno y los grupos políticos los que decidan qué se abre y qué no y de qué manera… Pues eso haría inabarcable e insostenible la participación. Pero seguro que en la propuesta del PP hay cosas interesantes, igual que hemos incorporado cosas suyas en los presupuestos participativos, que han enriquecido el proceso.

¿Su pretensión es que estas consultas se hagan prácticamente sin filtros o condicionamientos previos?

Claro, tenemos un Reglamento de Participación casi inédito y sin estrenar en muchas cuestiones. Los criterios y requisitos que existen para llevar a cabo una iniciativa ciudadana son irrealizables, por eso nadie se ha planteado llevarlo a cabo. Nuestra apuesta siempre ha sido reformar el Reglamento, pero no podemos centrarnos en sentarnos en una mesa a reformarlo, tenemos que experimentar, hacer procesos, y de ahí aprenderemos y asumiremos errores.

Por ejemplo, el porcentaje  mínimo de ciudadanos que tienen que participar para que el proceso sea válido… Hablan de un 5 % y, en la vida de todos los procesos que ha habido en Zaragoza (a través de la Plataforma de Gobierno Abierto) o procesos superexitosos como el de presupuestos participativos de Madrid, no se llega ni de lejos al 5 %, y eso no quiere decir que no sea un éxito.

Pero es que nos medimos en otros parámetros, no es un referéndum, esto es otra cosa. Es una participación consultiva en la que tú abres a las personas que quieran participar y aportar; no puedes obligar y, desde luego, tiene que haber un mínimo de motivación para implicarse en esas cuestiones. Si antes de hacer un proceso regulamos y decimos que el 5 %, pues habremos hecho una regulación muy detallada, pero no podremos hacer ningún proceso de participación. Nuestra apuesta siempre es hacerlo y, sobre la práctica, regularlo.

Respecto al tranvía, ¿se está planteando la propuesta del PP de hacer antes una consulta de tranvía sí o no? ¿O la del PSOE de incluir la pregunta de sí o no junto con la del trazado?

Ahora estamos con el estudio, que estaba encargado desde la anterior legislatura, y que concluirá cuál es el mejor trazado.  Una vez que esté hecho, se podrán tomar otras decisiones, pero ahora mismo no tiene sentido mezclarlo con el debate de tranvía sí o no.

Si el trazado más votado por los ciudadanos, finalmente no es el que se lleva a cabo, ¿puede provocar desilusión para futuras consultas?

La participación tiene mucho que ver con la expectativa y esta, además del alcance de participación, es una de las cosas que tratamos de marcar claramente. Decirle a la gente en qué va a participar y qué pasará cuando participe. Si desde el primer momento se establecen las reglas del juego, y la gente sabe que su opinión contará un 30 %, nadie se sentirá engañado.

¿Y si la gente piensa que ese 30 % es poco?

El 30 % es el porcentaje mayor de todos los criterios técnicos que hay, y creo que la gente tiene claro que es un proceso en el que las cuestiones técnicas tienen un peso importante. No creo que nadie defienda que en este proceso solo se tenga en cuenta la participación ciudadana.

¿Cuándo estará el nuevo diseño de la Policía Local?

Esta cuestión, que es muy sensible, hay que trabajarla de manera que no se convierta en un polo abierto de confrontación ni con los grupos políticos, ni con la propia Policía, ni con los sindicatos. Tenemos una serie de propuestas desarrolladas, con los grupos hemos ido hablando, pero se tiene que dar el contexto y el momento para que se aborde entendiendo que es apostar por unos cambios que van a mejorar la Policía y en los que todos podemos estar de acuerdo.

¿Y la UAPO?

Va dentro de todo este paquete. No podemos afrontar una medida concreta sin plantearnos toda una serie de cambios en el modelo policial.

Se ha pasado ya el primer debate sobre el estado de la ciudad, eran nuevos dirigiendo una institución, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención de estar en esta posición?

Al principio lo que más me llamó la atención, y sobre lo que he necesitado recolocarme, ha sido que aquí solo una parte va de 'tenemos un proyecto y vamos a desarrollarlo'. Esto no tiene que ver solo con lo que pongas encima de la mesa, sino con otras muchas cosas: está todo lo que hay alrededor, la labor de oposición (constructiva en muy pocos casos), no se debate sobre el fondo de las cuestiones, sino sobre si nos interesa ahora, si es el momento político de apoyarte o no.

¿Esperaban más apoyo del PSOE?

Sí. Es una situación rara y esquizofrénica, sobre todo, después de apoyar la investidura. Yo apuesto siempre por negociar cada cosa concreta, en el momento en el que toca e independientemente de cómo esté el clima. Creo que para ellos es un descoloque porque nunca había habido un grupo gobernando a la izquierda del PSOE y consideran que este era su puesto, no se han recolocado y no sé si lo harán.

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