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La Generalitat catalana dilata en los juzgados la devolución a las parroquias aragonesas de 111 piezas de arte sacro

Frontal de San Vicente de Tresserra.

ElDiarioAragón

Zaragoza —

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El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbastro (Huesca) ha admitido a trámite el conflicto jurisdiccional planteado por la Generalitat de Catalunya por el proceso judicial que se sigue sobre los 111 bienes de las parroquias de la Diócesis de Barbastro-Monzón. De esta manera, queda paralizada la devolución inmediata de las piezas de arte sacro, tal como falló este mismo juzgado el pasado mes de diciembre.

Así, el juzgado ya había dado por acreditada la propiedad de esas obras por parte de las parroquias de la Diócesis de Barbastro-Monzón -representadas en este proceso por el Obispado- y había ordenado su devolución inmediata al Museo Diocesano y Comarcal de Lleida, donde se encuentran. Ahora, al quedar admitido el conflicto jurisdiccional planteado por el Ejecutivo catalán, acuerda la “suspensión del procedimiento”.

Con este movimiento, la Generalitat se asegura la dilatación del proceso, ya que, tras las alegaciones de las partes, lo previsible es que el juzgado de Barbastro eleve el conflicto juridisccional al Tribunal de Conflictos del Tribunal Supremo. Allí la decisión puede demorarse durante varios meses, si bien la parte aragonesa cuenta a su favor con el antecedente de los bienes de Sijena. En aquella ocasión, el organismo acabó por desestimar el conflicto jurisdiccional.

El 'otro' Sijena

El caso de los 111 bienes de las parroquias de la diócesis de Barbastro-Monzón recuerda mucho al de las obras de arte sacro del Monasterio de Sijena, que acabaron por retornar a cenobio en diciembre de 2017 tras un largo proceso judicial, del que los distintos Ejecutivos aragoneses habían hecho bandera identitaria. En un giro de guion inesperado, la sentencia de devolución se ejecutó gracias a la aplicación del artículo 155.

En este caso el conflicto se remonta a la creación de la diócesis de Barbastro-Monzón en 1995, por la cual 40 parroquias del Aragón oriental se segregaron de la diócesis de Lleida y pasaron a su nueva demarcación eclesiástica.  El traspaso incluía también los bienes sacros de las iglesias y monasterios, pero desde entonces Lleida se ha negado a ello y ha evitado entregarlos, a pesar de que los tribunales vaticanos dieron la razón a la parte aragonesa ya en 2007.

Buena parte de esas piezas de arte sacro se encuentran depositadas o expuestas en el Museu de Lleida Diocesà i Comarcal. Entre esas obras (catalogadas como aragonesas por parte del Gobierno de Aragón) están piezas destacadas como el frontal del altar mayor de Tresserra o la tabla del Calvario de Tamarite de Litera.

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