La bandera de la UE ondea a media asta en el Ayuntamiento de Zaragoza en repulsa al preacuerdo con Turquía
La bandera de la Unión Europea ondea desde esta mañana a media asta en el balcón del Ayuntamiento de Zaragoza. Una medida simbólica con la que el Ejecutivo municipal (Zaragoza en Común) muestra su absoluta repulsa al preacuerdo alcanzado con Turquía y, por ende, al trato que se le está dispensando a los más de 60 millones de refugiados que huyen de las bombas.
Muy cerca del Consistorio de la capital aragonesa, frente a la Delegación del Gobierno en Aragón, tendrá lugar esta tarde, a partir de las 18:30, una concentración por los derechos de los refugiados. Todas las fuerzas políticas, excepto PP, Ciudadanos y PAR han confirmado su presencia. La convocatoria parte de la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS), UGT, CCOO, Podemos, Chunta Aragonesista e IU. También se llevarán a cabo protestas en Huesca (plaza de Navarra a las 18:30 horas) y Teruel, en la plaza del Torico a la misma hora.
La decisión de que la bandera europea ondeé a media asta es simplemente un gesto. El Consistorio zaragozano, empero, ha sido uno de los más activos a la hora de prepararse para esa acogida de refugiados que nunca parece llegar, a pesar de las imágenes repletas de crueldad que cada día se ven en algunos informativos.
Entre las medidas más destacadas que se han tomado desde la Administración municipal está la de destinar una partida de 200.000 euros en el presupuesto para afrontar cualquier contingencia. La firma de un convenio con Accem, por el que Zaragoza Vivienda (sociedad dependiente del Ayuntamiento) alquila cuatro pisos por un año de duración, prorrogable hasta tres, para que los 18 refugiados que, en teoría, llegarán a la ciudad en tres semanas tengan “un lugar digno” en el que subsistir.
En la misma línea, el Pleno aprobó, el pasado 26 de febrero, un moción para adherirse a la convocatoria ciudadana de apoyo a los refugiados que, bajo el lema 'Pasaje seguro y derechos para todos', se celebró el pasado 27 de febrero en Zaragoza. En ella, el equipo de gobierno mostró “su repulsa y preocupación por la nefasta gestión de esta crisis humanitaria (la mayor desde la II Guerra Mundial) por parte de los Gobiernos europeos”.
