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Tras las huellas de la Guerra Civil en Aragón: una ruta por el Frente de los Monegros

Una de las trincheras aún existentes en la Ruta Orwell

Miguel Barluenga

Huesca —

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Si se quiere seguir las huellas de la Guerra Civil en Aragón hay que dejarse llevar por los escenarios que todavía conservan evidencias de su paso. Para poner al alcance de todos estos itinerarios, la dirección general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ha iniciado el procedimiento para declarar como primera ruta de memoria democrática el denominado Frente de los Monegros, un recorrido por los municipios oscenses de Robres y Alcubierre y las localidades zaragozanas de Leciñena, Perdiguera, Villamayor de Gállego, Farlete y Monegrillo. La Ley de Memoria Democrática de Aragón promueve el impulso y la creación de lugares y rutas de la memoria como elementos singulares y sustantivos del patrimonio cultural aragonés.

La ruta constituye un recorrido por la historia, paisaje y restos que salpican buena parte de la extensa geografía del territorio de los Monegros y que componen uno de los más relevantes itinerarios para comprender la realidad y el alcance de la contienda tanto en el frente como en las retaguardias. Tras el golpe de estado de 1936, las tres capitales de provincia quedaron sometidas al control de los militares sublevados. Esta circunstancia y la ocupación de localidades bajo su influencia determinó la marcha en dirección a Aragón de columnas de milicianos organizadas en Cataluña y Levante con el propósito de recuperar para la legalidad republicana el territorio conquistado por los insurgentes.

En los primeros compases del conflicto, la práctica totalidad de las poblaciones monegrinas se mantuvieron leales al gobierno de la República. Durante dos años, la brecha bélica atravesó la Sierra de Alcubierre, espina dorsal de Los Monegros y frontera de las provincias de Huesca y Zaragoza. Frente a la V División integrada por distintas unidades de carros, requetés y voluntarios de primera hora enviados desde Zaragoza, se hicieron fuertes milicias socialistas y comunistas de la columna Carlos Marx, centurias anarquistas lideradas por el carismático dirigente de la CNT Buenaventura Durruti, nacionalistas catalanes integrados en la Columna Macià-Companys y fuerzas agrupadas por el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM).

La presencia en Los Monegros de miles de contendientes a lo largo de casi dos años en un frente prácticamente estable propició la construcción de todo tipo de fortificaciones y pertrechos en la compleja orografía de la zona. Por este motivo, esta primera ruta de la memoria restaura el valor histórico y emocional de diversos vestigios de la vida en el frente o la resistencia en la retaguardia.

Robres permaneció en la zona leal al gobierno republicano hasta la caída del frente de Aragón y sufrió varios bombardeos de la aviación sublevada; el más cruento de ellos, con el ametrallamiento de la población civil que abandonaba el lugar, se produjo el 25 de marzo de 1938, precisamente como prólogo de la entrada de las tropas insurgentes en su incontenible avance en dirección a Cataluña. Así, se podrán visitar el refugio antiaéreo bajo la iglesia, los refugios y trincheras en La Pajera y el Centro de interpretación de la Guerra Civil en Aragón.

La inmediatez con la línea del frente hace de la Sierra de Alcubierre un imprescindible y concurrido lugar de paso para las milicias y posteriormente Ejército Popular de la República, desde el comienzo mismo del conflicto hasta la caída del frente de Aragón en marzo de 1938. Leciñena, en los primeros días de la contienda, quedó en manos militares insurgentes con el apoyo de elementos falangistas. La aviación republicana bombardeó la localidad para facilitar la recuperación por las fuerzas leales los días 1 y 2 de agosto, aunque no causó graves desperfectos. No obstante, hubo un repliegue del ejército faccioso que llegó a abandonar la localidad.

El día 6, a pesar de que en el pueblo no había tropas de ningún bando, se produjo otro bombardeo a las dos de la tarde, en este caso de mayores proporciones, protagonizado por la aviación franquista, dejando muerto al vecino Inocencio Albero, que en aquel momento trillaba en la era. Las milicias del POUM tomaron la localidad al día siguiente comandadas por Manuel Grossi, un minero nacido en Oviedo que había sido un héroe de la revolución de Asturias de 1934. La ruta comprende vestigios en el cementerio, un pozo en el patio del ayuntamiento y un búnker o pozo de tirador en el Santuario de la Virgen de Magallón.

La localidad de Perdiguera se mantuvo siempre en poder del ejército sublevado, desde el inicio mismo de la contienda, albergando tropas franquistas que fortificaron la posición como punto de contención frente al avance leal en su intento de tomar Zaragoza. En los primeros días de la guerra, las tropas insurrectas extendían sus dominios hasta Leciñena, pero con el retorno de esta localidad a manos republicanas el 7 de agosto de 1936, la línea del frente quedó establecida en el inmediato entorno urbano de Perdiguera. Hacia finales de agosto, el POUM desde Leciñena intentó la toma, si bien el esfuerzo resultó baldío. En este ataque intervino el célebre poeta inglés John Cornford, que resultó herido leve.

Los Petrusos conforman un conjunto de fortificaciones realizadas por las tropas insurgentes con el fin de paralizar las incursiones de las milicias en su propósito de tomar la ciudad de Zaragoza. En agosto de 1937, en la gran ofensiva sobre Zaragoza que acabó con la dominación de Belchite, las líneas fueron rebasadas, aunque el ataque fue frenado en Villamayor. Farlete cayó en poder del ejército franquista en marzo de 1938 el día 25 y hasta esa fecha, a pesar de la proximidad de los sublevados al pueblo, se mantuvo en zona republicana. En Monegrillo se asentaron milicias republicanas y fue objetivo para la aviación del ejército sublevado.

Fonz sigue la Línea del Cinca

La posición defensiva construida por el ejército de la República durante la Guerra Civil en Fonz y que constituyó uno de los principales enclaves artilleros de la Línea del Cinca ya se puede recorrer prácticamente en su totalidad. La ruta creada por el Ayuntamiento de Fonz en 2018 sobre estos vestigios recuperados como atractivo turístico ha sumado un nuevo elemento: la visita a una de las dos casamatas de la sección norte (la otra se encuentra en terreno privado), donde se ubicaría uno de los cañones que controlaba el acceso de la carretera de Barbastro a Monzón, así como la creación de caminos para llegar a este emplazamiento y a las dos casamatas de la zona sur. Además se ha abierto un nuevo sendero para facilitar las visitas a este enclave, que ya forma parte de la oferta turística y red de senderos del municipio.

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