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La investigación contra el cáncer infantil se abre paso en Aragón y busca financiación para los ensayos clínicos

Equipo del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón.

Marta Salguero

Zaragoza —

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Aunque cueste creerlo, el cáncer infantil no se ha investigado en Aragón hasta el 2019 pese a que cada año se detectan entre 35 y 45 nuevos casos y entre 8 y 12 niños mueren debido a esta enfermedad en la Comunidad.

Una tasa de supervivencia elevada, en torno a un 80 %, podría explicar esa falta de investigación, aunque el porcentaje restante es todavía alto para una población que tiene toda la vida por delante. Ahora un grupo de investigación aragonés se ha propuesto reducirlo de la mano de la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón (Aspanoa) y busca financiación para adquirir un equipamiento necesario para los ensayos clínicos previstos para el 2023.

Esta investigación biomédica y pionera se centra en la leucemia y el neuroblastoma, ya que estos tumores concentran el 40% de los casos en la población infantil, y, en sus variantes más letales, llegan a un 75% de mortalidad.

Julián Pardo, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (ISS Aragón), lidera este proyecto con una duración de cinco años, en colaboración con Aspanoa. Participan también la unidad de Oncopediatría del hospital Miguel Servet de Zaragoza, el hospital infantil de La Paz de Madrid y los servicios de microbiología del Hospital Miguel Servet y del Ramón y Cajal de Madrid.

El objetivo es buscar tratamientos exitosos mediante la investigación de las células asesinas naturales (NK), capaces de reconocer y atacar a las células tumorales.

Pero estas células NK (“natural killer”, en inglés) pueden dejar de funcionar bien porque el tumor aprende a “esconderse” de ellas, bien por el efecto del tratamiento con quimioterapia.

Detectar las causas de ese fallo para después corregirlo en el laboratorio es lo que busca la primera fase de este trabajo de investigación. El siguiente paso será introducir en el organismo las células alteradas como parte de un tratamiento contra la enfermedad.

“Lo que estamos haciendo es buscar en estos niños si sus células naturales asesinas funcionan bien o mal para intentar ver qué falla y repararlo”, señala Pardo.

Por ahora han analizado el estado de las células de 23 niños ingresados en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, en el momento del diagnóstico y después del primer ciclo de quimoterapia. En total, el estudio incluirá el análisis de cien casos a lo largo de cinco años.

Las primeras investigaciones de este tratamiento en adultos están dando resultados prometedores, pero apenas hay estudios sobre el éxito de esta terapia en niños.

El proyecto contempla realizar los ensayos clínicos en pacientes a partir de 2023. Pero para ello el grupo de investigación necesitará adquirir antes un equipamiento específico, para el que ya ha conseguido el 50 % de la financiación mediante una convocatoria de ayudas del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad. Ahora falta la otra mitad, y por ello, desde el ISS han llamado a la puerta de distintos organismos, entre ellos el Gobierno de Aragón, para conseguir ese montante, que alcanza los 125.000 euros.

Diagnóstico precoz contra la aspergilosis

Al mismo tiempo, este grupo de investigación trabaja también en la prevención y en el diagnóstico precoz contra la aspergilosis, una infección relacionada con el cáncer infantil. El aspiergillus es un hongo común que en una persona sana es eliminado por el propio sistema inmune, pero que en el caso de los pacientes inmunodeprimidos puede provocar la muerte. Es una infección con una tasa de mortalidad del 80 % si está avanzada y muy difícil de diagnosticar. En el Hospital Miguel Servet de Zaragoza suele haber unos cinco casos al año, y se registran brotes sobre todo cuando hay obras o remodelaciones en el interior del centro.

El biomarcador que ha desarrollado este grupo de investigación ha ayudado este año a salvar la vida de dos niños afectados por aspergilosis, a los que no se les había detectado la infección con los marcadores habituales.

“Hasta ahora sólo había una prueba bioquímica y muchas veces falla”, resalta Pardo.

Tras comprobar que funciona, el Hospital Miguel Servet de Zaragoza lo ha incorporado al diagnóstico, y podría extenderse también a otros hospitales del país.

Todo esto ha sido posible gracias a la aportación de 200.000 euros de Aspanoa, una cantidad que incluso supera a las partidas que los grupos reciben mediante las convocatorias del Gobierno de España.

Sobre esta falta de financiación reflexiona Julián Pardo, quien explica que la inversión en ciencia debería ser una cuestión de Estado liderada por la Administración. Las asociaciones deberían acompañar o aportar pequeñas cantidades, indica. Sin embargo, ahora mismo en Aragón sucede lo contrario.

Principal causa de muerte por enfermedad en menores

En España se detectan al año 1.400 nuevos casos de cáncer infantil en edades comprendidas entre los 0 y 18 años. La incidencia en Aragón está dentro de la media, con 35 y 45 nuevos casos al año. Aunque tiene una prevelancia baja (un caso por cada 7.500 niños) sigue siendo la principal causa de muerte por enfermedad en menores de edad.

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