Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Cuando la pandemia golpea un pueblo: tasa de contagios disparada y caída en picado de la movilidad

Labores de desinfección en las calles de Biescas.

Miguel Barluenga

Huesca —

0

El envejecimiento de la población, sobre todo en el medio rural, es un mal imposible de desligar de la COVID-19. También en la España vacía se sufre el coronavirus. Con especial virulencia en las residencias de mayores y en núcleos de población a menudo alejados de las grandes ciudades. En la provincia de Huesca se cumple paso por paso esta tendencia y localidades como Biescas, Sabiñánigo o Sariñena, todas ellas por debajo de los 10.000 habitantes, han sufrido los achaques de la pandemia a menudo con mayor impacto estadístico que en la capital. A la vez, la acción vecinal ha contribuido a tejer redes de solidaridad en el Aragón olvidado.

La provincia de Huesca, con cerca de 600 casos detectados, ha lamentado hasta la fecha el fallecimiento de 86 personas por coronavirus y tras una cierta estacionalización de las cifras en los últimos días. La situación mejora a ojos vista. También en las residencias de ancianos, foco continuo de contagios. En la capital, 13 de los algo más de medio centenar de usuarios del centro privado Los Olivos han muerto desde el mes pasado. En Sabiñánigo la cifra se ha detenido en los 16 en la residencia Alto Gállego. Y en Sariñena se ha aislado su espacio municipal puesto en cuarentena hace un mes después del deceso de siete de sus internos.

En Yéqueda, el Gobierno de Aragón impulsó el primero de los centros de la Comunidad Autónoma para la acogida de mayores con la enfermedad, y Castejón de Sos o Laspaúles, otros pequeños núcleos rurales, también se han visto afectados. La población en la que se ha expresado con más dureza la pandemia ha sido Biescas. De hecho, multiplica por ocho la media aragonesa de contagios. De un total de 3.381 personas en la zona se han detectado 170 registros, una tasa de 5.028 por cada 100.000 habitantes. Le mejor noticia, que no se ha producido ningún fallecimiento más desde el pasado 7 de abril y casos como el de la anciana de 101 años dada de alta el pasado 1 de abril en el Hospital San Jorge de Huesca.

El caso de Biescas también ha sido objeto de estudio por parte de las autoridades no solo sanitarias. Según un informe del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana elaborado a partir de los datos de diez millones de teléfonos móviles y citado por El País, Biescas es la localidad donde sus vecinos se mueven menos de casa de toda España. El 85% de su población no hace ningún viaje para trabajar, comprar, visitar al médico o a un familiar y solo el 5% realiza más de dos. Un funeral a comienzos del mes de marzo y un viaje del Imserso a Benidorm se cifran como las principales causas de la virulencia de la pandemia en esta localidad del valle de Tena.

La cara solidaria

Mientras, se multiplican las acciones solidarias. Los residentes de varios centros de mayores de Barbastro degustaron un menú a base de cordero por cortesía de Javier Puyal, propietario del Restaurante Tres Caminos de El Grado, y de Reyes Pueyo, de Carnicería Isabel de Naval. Ambos pensaron en hacer en algo destinado a las personas mayores del territorio y el resultado fue un menú a base de cordero de Naval preparado en las cocinas de Tres Caminos. A la iniciativa se sumaron otras empresas de El Grado y Naval.

En Tolva, municipio de la Ribagorza, Carmen Cano y Daniel Gómez, de Casa Canseró, se encargaron de entregar la Mona de Pascua a todos los vecinos para mantener una de las tradiciones de la Semana Santa en un núcleo con 38 casas habitadas. Cada huevo iba envuelto con un mensaje de apoyo a los tolvenses, en los que se les animaba a seguir en casa. El reparto llegó incluso a las masías más apartadas, la de La Corona y la de Fals, donde se erige la torre del castillo que protege el precioso congosto del río Cajigar, que en estas fechas se llena de turistas y por donde ahora solo transitan corzos y jabalíes. Carmen y Daniel regentan una chocolatería artesanal desde hace mas de diez años. Disponen de una puesto de venta en la Plaza del Pi de Barcelona, además de rotar por diferentes ferias de Huesca y Cataluña.

Etiquetas
stats