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“Está totalmente comprobado que el calentamiento global depende de la acción humana”

Rafael Requena. Foto: Juan Manzanara

Óscar Senar Canalís / Óscar Senar

Zaragoza —

Rafael Requena (Madrid, 1959) es el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Aragón. Nos recibe en su despacho de la sede del organismo en Zaragoza, y allí descubrimos que es un apasionado de su trabajo: sigue minuto a minuto los datos en la pantalla de su ordenador, y comparte lo más relevante en la cuenta de Twitter de la agencia. Aunque lleva en su actual puesto desde 2014, llegó a Aragón por primera vez hace 25 años, así que es un buen conocedor de fenómenos como el cierzo. 

Antes de responder a la entrevista, realiza una pequeña visita guiada por la terraza del edificio, donde se encuentran el termómetro, el anemómetro, el sensor de ozono... En el cielo, nubes de tormenta.

Es obvio que en verano siempre ha hecho calor, pero... ¿Tanto como el que padecemos este año?

Hay umbrales que determinan si estamos por encima de lo normal. Los días más calurosos del verano suelen situarse entre el 15 de julio y el 15 de agosto. Sin embargo, este año ya en junio, e incluso durante varios días de mayo, se alcanzaron temperaturas verdaderamente veraniegas. Hubo hasta 17 capitales de provincia que batieron su récord de temperatura máxima absoluta para un mes de mayo. En junio, aunque es más normal, se alcanzaron con facilidad temperaturas por encima de 40º C. Y en julio se está llegando a esos 40º C muchos días. En el caso de Zaragoza, el 7 de julio se registraron en la oficina metereológica del aeropuerto 44,5º C, que es la temperatura más alta medida en la estación del aeropuerto de Zaragoza, donde se llevan tomando datos desde 1951.

En grandes ciudades como Zaragoza, se une el fenómeno de la isla de calor urbano.

Sí, en ciudades grandes puede que la temperatura ya no sea la misma que antes porque ha cambiado el entorno donde se tomaban los registros, con más edificios e industrias. Pero es algo que se tiene en cuenta en las mediciones.

Nos solemos fijar en las temperaturas máximas, pero también están las mínimas...

Es algo muy significativo de este episodio de calor. Se suele hablar de “noche tropical” en el momento en que las temperaturas no bajan de 20º C por la noche. Pero aquí llevamos por encima de esa cifra muchos días. Lo más sorprendente fue lo ocurrido en la madrugada del 7 de julio, donde varias localidades de Teruel no bajaron de 28º C, algo que no había pasado nunca desde que hay registros. En Andorra estuvieron 3º C por encima del valor mínimo más alto registrado nunca... Y no está nada claro que el calor vaya a desaparecer pronto, porque todas las capas de la atmósfera están muy calientes y secas.

¿Los datos muestran una tendencia hacia un calentamiento global?

No hay dudas sobre ese fenómeno, está comprobado...

Siempre hay escépticos...

Los escépticos, que los hay incluso dentro de este gremio, no niegan el calentamiento, porque es una realidad contrastable, pero le restan importancia y no lo atribuyen al factor humano. Sin embargo, está totalmente comprobado que el calentamiento global depende de la acción humana; está relacionado con el consumo de gases de efecto invernadero. La temperatura va en ascenso desde principios del siglo XX, y el problema no es que siga aumentando, sino que se ha acelerado desde la segunda mitad del siglo XX y se ha situado en un ritmo de dos grados por siglo. Así, si en un siglo hemos pasado de 14 a 15º C de temperatura media en el planeta, en el siguiente podríamos pasar de 15 a 17º C de media

¿Lo de este verano se explica por el cambio climático?

Un episodio concreto no tiene nada que ver con una tendencia más amplia, para hablar de clima hace falta tomar series de datos durante años. Y estas nos muestran que no tenemos ni un solo año que no haya sido cálido desde hace unos 15 o 20 años. Ninguno de estos últimos años ha sido frío, todos han tenido una anomalía positiva. Incluso aunque luego en invierno haya fenómenos extremos de temperaturas muy bajas, siguen entrando dentro de la lógica del cambio climático, que tiene como una de sus características los episodios intensos tanto de calor como de frío. En Estados Unidos ha habido en los dos últimos años grandes nevadas, por ejemplo, pero si analizas todas las variables del hemisferio norte ves que ha sido un episodio concreto. Lo mismo ocurre si amplías el análisis temporal: aunque haya meses fríos, cada vez son periodos más cortos y la media de todo el año arroja temperaturas positivas. Donde más se está notando el cambio es en la primavera, que ya está siempre por encima de los valores de temperatura que eran habituales.

Uno de los cometidos de AEMET es realizar proyecciones para escenarios de cambio climático... ¿Qué futuro nos aguarda en Aragón?

La regionalización de un fenómeno global como el cambio climático exige bajar de escala, y es complicado. Los escenarios para Aragón en cuanto a temperaturas son claros: van a ir al alza. En el caso de las precipitaciones es más difícil regionalizar. 

¿No se puede aventurar nada respecto a las lluvias?

Las precipitaciones se van a convertir en sucesos extremos, habrá desde inundaciones a periodos largos de sequía, y se producirán en un mismo espacio y separados por intervalos de tiempo no muy grandes. Un ejemplo representativo de esto es lo que ya está ocurriendo en Australia.

Aunque no sois biólogos... ¿Qué efecto tendrá todo esto sobre la flora y fauna, incluidos los seres humanos?

El impacto ya se está viendo con la aparición de especies en lugares donde hasta ahora era impensable que estuvieran. Hay especies tropicales cada vez más al norte, aves migratorias que han dejado de moverse... En el ámbito de los cultivos, se ve por ejemplo en las plantaciones de vid en las Islas Británicas, algo hasta hace poco impensable. Otro aspecto a tener en cuenta son las enfermedades hasta ahora vistas como exóticas, que pueden extenderse a nuevas áreas.

¿Hay alguna manera de frenar el cambio climático?

Solo podemos aspirar a que no vaya a más. El problema es que los objetivos que se fijan en las cumbres sobre el clima no se cumplen, o lo hacen a medias. La pretensión es que la temperatura media del planeta no suba más de 2º C, porque si sube 4 o 5º C será desastroso. Hay que tener en cuenta que, aunque el planeta suba 2º C de media, no será una incremento uniforme, y en algunas zonas se producirán aumentos de 4, 5 o 6 º C.

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