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Cómo conseguir que alquilar la ropa sea mejor para el medio ambiente que comprarla

Oferta de alquiler de ropa online

Sara Acosta

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Empiezan a surgir marcas de ropa en España que ofrecen alquilar ropa mediante un modelo de suscripción. Están inspiradas en Rent the runway, creada en 2009 en Estados Unidos. El argumento detrás de esta propuesta es que pasar de comprar prendas a que varias personas las usen varias veces puede reducir de forma drástica el impacto ambiental de una industria que ha pasado de fabricar 50.000 millones de prendas en todo el mundo a 100.000 millones en solo 15 años.

¿Hasta dónde esto es así? “En la moda convencional, se producen 10.000 piezas de una misma prenda para convertirla en tendencia. Sin embargo, si esa misma prenda la usan diez personas, entonces solo se producirán 1.000 piezas. El modelo de alquiler es muy interesante, pero solo si se hace bien, hay que medir: ¿Cómo la envuelvo, cada pieza en una bolsa de plástico? ¿Es un servicio solo online y esto me obliga a transportar un vestido de Madrid a Barcelona, o a Cádiz?”, analiza Gema Gómez, diseñadora y fundadora de Slow Fashion Next, una plataforma que promueve la moda sostenible en España.

Para esta especialista, se necesita analizar caso por caso, pues los impactos dependen de muchos factores. Los problemas ambientales que crea el actual ritmo brutal de rotación de ropa nueva y desechable, a la que han empujado las grandes marcas de moda, ya son tan potentes que la Agencia Europea de Medio Ambiente ha colocado la industria textil como la quinta más contaminante en Europa en emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los hogares, segunda si nos referimos al uso de suelo y cuarta en consumo de agua.

Para Gómez, el modelo del alquiler funciona si se trata de ropa más duradera, y esto depende de los materiales.

En el mundo de los que intentan devolver el sentido común al consumo de ropa está la Fundación Ellen McArthur, que también plantea crear una nueva economía de la ropa que tenga en cuenta alternativas a la compra, como el alquiler, aunque no solo. Que la ropa dure mucho más tiempo y usar prendas de segunda mano también sería una manera de romper el dictado de las marcas de ropa 'fast-fashion', que sacan continuamente nuevas colecciones al mercado con ropa de dudosa calidad pero muy barata.

La marca SKFK, antes Skunk Funk, una empresa que nació hace 20 años en el País Vasco, ofrece alquilar ropa desde el pasado mes de mayo para toda España. En su caso, después de dar varios pasos para hacer moda más sostenible, midieron las emisiones de CO de la ropa que venden en todo su ciclo de vida y vieron que la fabricación supone el 70%. Muy por debajo le seguía el transporte, con el 3%, la distribución (2,2%) o el fin de vida (3%).

“Intentábamos responder a la pregunta de si es posible competir como compañía de moda reduciendo los niveles de consumo, que es el problema número uno, y alargando la vida útil del producto”, explica Jon Curuchet, responsable de medio ambiente de la marca. En el caso de esta empresa, que fabrica en Europa y en Asia en factorías que no superen los 300 kilómetros de distancia de donde se recoge la materia prima, solo se utiliza algodón orgánico, con un menor impacto en emisiones (no necesita la energía que requiere usar pesticidas), fibras recicladas y lyocell, un material alternativo a la viscosa fabricado a partir de pulpa de madera.

Otras de estas marcas que están probando el alquiler, como Ecodicta, ya han nacido con este modelo como su principal actividad.

Para Curuchet, en esta línea de alquiler, en la que invertirán dos años hasta ver si efectivamente funciona para los consumidores, la principal desventaja “son las idas y venidas del transporte, la logística”. Pero esto podría solucionarse si, como incide Gómez, existieran tiendas físicas, que tuvieran cerca los centros de mantenimiento o limpieza de la ropa. En La Modateca, en Zaragoza, las entregas e intercambios se realizan en sus instalaciones.

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