'Al día' y 'Un tema Al día' son el boletín y el podcast de elDiario.es para mantenerte informado con las claves de actualidad cada mañana. Con Juanlu Sánchez, subdirector de eldiario.es, y las aportaciones de toda la redacción.
Hoy toca edición especial dedicada a la investidura, que da para mucho y deja poco tiempo para lo demás. Café y al lío.
Duro y previsible a la vez
Era la primera vez que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo debatían cara a cara en el Congreso y ha sido nada menos que en una sesión de investidura, con manifestaciones en la puerta y con un conato de crisis institucional.
Ha habido tensión en el ambiente, pero no sorpresas. El candidato ha intentado que la sesión no fuera un monográfico sobre la amnistía. Ha anunciado varias medidas económicas del futuro gobierno. Pero Feijóo iba a lo que iba. A machacar una y otra vez la idea de que Pedro Sánchez está dispuesto a cualquier cosa, incluso mentir y faltar a su palabra, con tal de seguir gobernando. Por su parte, Sánchez también tenía claro que su plan era conservar la complicidad de sus votantes planteando el dilema de otra manera: no es que el PSOE quiera gobernar a toda costa, es que hay que evitar que gobierne la ultraderecha, aunque sea a cambio de una amnistía, que por otro lado a la larga será positiva, a pesar de lo que él mismo dijo en su momento. Y entre esos dos puntos de partida se movieron los argumentos.
Lo que pasa es que el tono de uno y otro fue bastante diferente. Sánchez trata siempre de ser irónico, sarcástico, en su menosprecio a las capacidades de Feijóo. El tono del presidente del PP es mucho más explícito, usando no solo descalificativos personales sino términos que deslizan el peligroso argumento de que el Gobierno no es legítimo o, peor, es antidemocrático. Hemos oído “fraude electoral” y “corrupción política” entre sus palabras. Y como siempre la acusación de la cercanía a ETA: Feijóo ha llegado a decir que Sánchez “pacta con los encapuchados” en el mismo día que firma tres acuerdos con Bildu.
Ignacio Escolar escribe: “Hay argumentos racionales para oponerse a la ley de amnistía. También para criticar a Pedro Sánchez por respaldar esta medida a la que tantas veces se opuso y que hoy asume, forzado por el resultado de las urnas. No es necesario dinamitar los cimientos del edificio constitucional para criticar al Gobierno”.
La síntesis de todo eso se vio en una escena muy concreta: Pedro Sánchez acusó a Feijóo de tapar un caso de corrupción de Ayuso (las mascarillas de su hermano) para derrocar a Casado y acceder a la presidencia del PP. Ayuso, desde la grada del Congreso, soltó un “qué hijo de puta” que captaron las cámaras y que luego el PP salió a justificar.
Con todo, los momentos más broncos los protagonizó Santiago Abascal. ¿Podía ir más allá que el PP? La ultraderecha siempre puede ir más allá, ese es el problema de seguirles la corriente: habló de “golpe de Estado”, dijo que el Congreso no tenía la facultad legal de investir a este presidente, al que comparó con Hitler y con Nerón. Barra libre.
A pesar de toda esta inflamación en los discursos, en la calle todo estaba más tranquilo de lo esperado. Las convocatorias frente al Congreso y Ferraz reunieron a menos gente que otros días.
Cuando la tarde ya languidecía, llegó un amago de sorpresa de la parte menos esperada. ERC y Junts se han mostrado muy molestos por cómo Pedro Sánchez ha justificado la amnistía en el hemiciclo, en plan “perdonavidas”, ha dicho Junts. “No se la juegue”, ha amenazado Gabriel Rufián desde ERC. Pero que no cunda el pánico: sus votos no están en peligro para la izquierda.
Así que hoy, salvo apocalipsis, Pedro Sánchez será investido presidente con el voto de todos los grupos parlamentarios salvo PP y Vox. En total, 179 escaños, tres más de la cifra que marca la mayoría absoluta. De nuevo, Pedro Sánchez ha conseguido sus objetivos a pesar de que parecía tenerlo todo en contra. Hoy en el podcast, hacemos un repaso de todo lo que ha pasado desde el día en el que decidió convocar elecciones anticipadas.
Hoy tendremos más, pero ayer la sesión dio también para otros momentos:
Feijóo cuéntame otra vez. El presidente del PP ha tenido otro de sus míticos lapsus, confundiendo una cita de Machado con otra del cantautor Ismael Serrano. Sánchez se ha reído a gusto otra vez de él. Para intentar arreglarlo, Feijóo ha acabado citando otra canción de Ismael Serrano que básicamente habla de masturbación. Eh, no le juzgo. Yo me la sabía de memoria cuando era adolescente.
Yolanda Díaz ha aprovechado su discurso para algo que se hace poco: recordar que ya desde 2017 había gente de izquierdas no independentista que estaba en contra del 155 o de la judicialización del procés. Para esa gente, esta amnistía no supone un cambio de opinión ni una contradicción.
La sonrisa de Irene Montero. Feijóo ha ido a meter el dedo en llaga de la división en la izquierda y le ha funcionado. Le ha dicho a Sánchez que presume mucho de gobierno feminista pero que ha decidido “cesar” a la ministra de Igualdad. Irene Montero e Ione Belarra han sonreído, asintiendo con la cabeza. Aquí el vídeo.
Corrillos, cafetería, quinielas. Las investiduras dan para mucho más de lo que se ve sobre la tribuna. Aquí Andrés Gil nos hace la contracrónica de lo que realmente protagonizaba los corrillos y chascarrillos en los pasillos del Congreso.
Hoy les toca votar. Hoy saldrá elegido Pedro Sánchez como presidente de una legislatura aún más convulsa que las anteriores. Mañana volveremos por aquí para contarlo.
Hasta aquí llegamos por hoy.
Un abrazo,
Juanlu.
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