Todo comenzó con un simple ‘caso Koldo’. Ahora, una semana escasa después, ya es el ‘caso Sánchez-Gómez’. Se lo contamos, pero es tal el aluvión de informaciones, verdaderas y falsas, pequeñas anotaciones, chascarrillos, repeticiones ad nauseam, opiniones groseras o aun más groseras, que el catavenenos, pobre, se limitará a un somero resumen. Y aun así, tela. Pero es tal el volumen de la montaña mágica, que hoy variaremos un poco, sólo un poco, el método de trabajo. Ya verán.
Ahorrémonos los preámbulos y entremos a saco. Libertad Digital, Luis Herrero: “José Luis Ábalos eligió como edecán a un gorila prostibulario que se comportó como tal cuando le dio las llaves del ministerio”. Abc. Julián Quirós: “Ábalos, cada vez que habla y se pronuncia, mejora sus posiciones y empeora las de su ex partido. Lo que nos lleva a la pregunta de quién debe temer más al otro, ¿Ábalos al PSOE o el PSOE a Ábalos? Uno, vistas las reacciones de Ferraz, se inclina más por la segunda opción”. Alguna colaboradora. Isabel San Sebastián: “El presidente es responsable del caso Ábalos por acción o por omisión, pero en todo caso con conocimiento”. O sea, editorial de El Debate: “Sánchez, váyase ya. España no puede soportar más un Gobierno inmoral, ilegítimo e indecente, que deberá someterse al juicio legal e institucional que se merece”. Siempre hay algún miembro de la alegre muchachada que supera la apuesta. Vozpópuli, Miquel Giménez: “Es el caso Sánchez, idiotas. Si queremos hablar con propiedad, debemos dejarnos de puñetas y llamar a cualquier caso de corrupción del tipo que sea el caso Sánchez. Porque es el epicentro de este sin Dios en el que estamos instalados. Es el punto en el que convergen todos los sinsentidos, ilegalidades, nepotismos, humillaciones, servidumbres e ineptitudes. Es Sánchez, repítanselo tantas veces como sea preciso hasta comprender que ese es el objetivo y no otro”.
Ahí queríamos llegar. La cosa ha ido engordando. De las mascarillas a Air Europa. A saltos y con las mejores tácticas de la prensa amarilla. Título de El Confidencial: “El comisionista del ministerio y Javier Hidalgo se reunieron con la mujer de Sánchez para presentarle negocios”. ¿Se reunieron en La Moncloa, en algún despacho oculto? “Uno de los encuentros ocurrió durante la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo en 2019, y posteriormente hubo más eventos con la presencia de Begoña Gómez e Hidalgo, incluyendo una entrega de premios y una reunión en la Feria Internacional del Turismo en Madrid”. O sea, encuentros en lugares oficiales, que no reuniones. Bien. Y la información sigue: “Hidalgo presentó a Begoña Gómez al intermediario del caso Koldo”. Esto es, que fue uno de los empresarios más ricos de España el que actuó de intermediario con Begoña Gómez, que desconocía a ese tercero.
Ya puestos, vamos a seguir con las mismas tácticas de embarrar el campo de juego, esas muestras que tanto conocemos de cuando el periodismo se vuelve sucio, tipo extensión mancha de aceite y por las bravas. Julián Quirós, director de Abc: “Queda por saberse casi todo: quién propició en Canarias y Baleares el chanchullo de Koldo, qué aflorará en los ministerios de Illa y Marlaska, cómo le llega el chivatazo al asesor de Ábalos, cuánto sabe Puente…”. O Ignacio Camacho en el mismo diario centenario: “Quedan por contestar numerosos interrogantes. Entre otros el de qué pudo saber –y cuándo supo– el presidente Sánchez, y el de qué pintaba su esposa reunida con intermediarios poco recomendables de una empresa beneficiada con una cuantiosa inyección financiera de rescate”. Pero Carlos Herrera explica con detalle la táctica que guía el ataque sincronizado de la fiel infantería: “Hay mucha tarea antes de llegar a Sánchez, y conviene no tener prisa. La estrategia puede ser clara: acabar con el sanchismo merced a este escándalo de corrupción que va asomando por entregas; pero la táctica debe establecerse por pasos. Armengol para empezar (…) Torres y Marlaska deben ser los siguientes. Uno a uno. Pieza a pieza. Ábalos también en su momento (...). A continuación Salvador Illa”. Y luego, ya lo advierte, Sánchez.
Más ejemplos. Gran exclusiva de El Debate: “Ábalos recibió en su despacho al miembro de la trama que el juez señala nada más ser nombrado ministro”. ¿Y quién este buen señor? Se llama Jacobo Pombo. Y en El País podemos leer su perfil: “Es un coleccionista de imágenes de poder difícil de igualar: el Rey y la Reina, el presidente del Gobierno, el líder de la oposición, ministros de todos los partidos y de varios países centro y latinoamericanos, premios Nobel, comisarios europeos...”. ¿Y de dónde procede Jacobo Pombo? De las Nuevas Generaciones del PP, de la época de Casado e Isabel Díaz-Ayuso, sigue contándonos El País. Un pequeño Nicolás, le llama. ¿Se vio con Ábalos? Y con cualquiera. Con esta crujiente ensaladilla, nada nos extrañarán títulos como los que siguen. Editorial de Libertad Digital. “Ni Ábalos ni Koldo: caso Gómez–Sánchez”. O este otro de Federico Jiménez Losantos en El Mundo: “La Sagrada Familia Sánchez-Gómez”. La basura la pone, directamente, Periodista Digital, de Alfonso Rojo: “¡Feliz cumple, Sánchez! Begoña Gómez también está en el ajo”.
Nos resulta interesante este tipo de periodismo que practican nuestros veteranos medios de prensa, los que presumen de levita y sombrero de copa. Tal que Abc. Título un día de esta semana con el que abrían su página web: “Pedro Sánchez, uno de los líderes del mundo con menos apoyos entre sus ciudadanos”. David Alandete, su corresponsal en Washington, se hace eco de un sesudo informe que recoge ese dato. Claro que si tienen paciencia y leen la información, verán que el citado informe otorga el mayor grado de satisfacción con sus dirigentes a Indonesia, 89, puntos, y le siguen a continuación México, India y Kenia. Allá, lejos, en el puesto 16, EEUU, con 41 puntos, Canadá, 40, Japón, 39, España, 38 y la Francia de Macron, ¡28 puntos! Gran estudio, sí señor, qué rigor.
Volvamos al asunto. Cómo acabar con Sánchez. Propuesta de Pablo Sebastián en Vozpópuli: “Al líder del PP y de la oposición Alberto Núñez Feijóo no le queda más remedio que presentar en el Congreso de los Diputados y con premura una moción de censura contra el Presidente Pedro Sánchez (…) ¿Y cómo podría ganarse esa moción? Se ha llevado Ábalos un escaño que podría ser ‘decisivo’ para la estabilidad de Sánchez si pactara con los cuatro diputados que (tras la marcha de Lilith Vestringe) aún le quedan en el Congreso a Podemos”. Fácil.
Y nunca, nunca, nos sobre Antonio Caño, The Objective: “El PSOE se sitúa contra una mayoría de la población que quiere la unidad y rechaza la idea de España como nación de naciones (…) Dónde acabará todo esto? Quién sabe. Hay quien vaticina en próximas elecciones la candidatura de un Frente Popular. Pero es indudable que se hace en contra de la voluntad de los españoles, de la nación española, que reaccionará en su día contra el PSOE y que está protegida aún por un Estado de Derecho que frenará como corresponde la locura de la disolución de España”.
¿La primera de la lista en los objetivos a cazar era Francina Armengol? Pues sí. Editorial de El Mundo: “La tercera autoridad del Estado no puede estar bajo sospecha”. Okdiario: “Francina Armengol debe dimitir para ir preparando su defensa”. Editorial de El Debate: “Armengol no puede presidir el Congreso ni un minuto más. El Parlamento no debe tener al frente a una dirigente que alimentó la trama corrupta e hizo rodo lo posible por ocultarlo”.
A ver, un poco de mogollón. Emilia Landaluce, El Mundo: “Claro, pensarán algunos, es el PSOE de las putas y... tiene cierto sentido. La versión del clásico en neolengua inclusiva: ‘Que viene la coca’ (en vez del coco). Y lógicamente, los socialistas en vez de huir salen a recibirla. Y además, desde que, gracias a la canción de Eurovisión, ‘puta’ como ‘zorra’ es un halago, ¿cómo no va ir el PSOE con ellas? ¿Zorras y coca? A mucha honra. ¡Hay que poner una cuota!”. El Confidencial, José Antonio Zarzalejos: “Solo a un político de la factura de Sánchez se le ocurre resolver la crisis del caso Koldo por un procedimiento neroniano como es apartar al guardián de sus secretos de la vida política al modo de los señores de horca y cuchillo”; Antonio Casado: “No es mayor el pecado de Ábalos por no haber vigilado a Koldo que el de Sánchez por no haber vigilado a Ábalos”. Okdiario. Eduardo Inda: “Si el PSOE no es una organización criminal, desde luego lo parece”; “Al PSOE sólo le falta enviarle a Ábalos la cabeza de un caballo”.
Y luego está la brigada de los visionarios desmesurados. Libertad Digital. Jesús Fernández Úbeda: “Sánchez ya es un chiste malo. Durante la sesión de control al Gobierno, el presidente ejerció de Jaimito, del tomellosero tonto, de un gangoso de Arévalo –en paz descanse. Tenía este miércoles el androide monclovita un aire como de niño ridiculizado que, ebrio de frustración, intenta devolver el golpe sin éxito”. Mismo medio, Carmelo Jordá: “Un verdadero desastre, en suma, que además han manejado con las torpísimas manos de la actual cúpula socialista, una pandilla de tuercebotas, pensando que la baraka de Sánchez le va a proteger contra todo y contra todos y que eran capaces de acojonar a cualquiera, incluso a Ábalos. Pero ahí han dado en hueso porque el ya diputado del grupo mixto siempre ha sido y sigue siendo mucho más chulo, incluso, que el propio Sánchez. ¿Y ahora quién tiene miedo?”.
Hay más, hay más. Vozpópuli. Juan Abreu: “El talento de Sánchez para emporcar (ideologizar) todo lo que toca es enorme. Eso sí, apoyado por ocho millones de votantes crecidos en el pudridero rojo español. La llamada Izquierda (…) Se entiende mejor el sanchismo si tenemos presente que la Izquierda es uno de los mayores estercoleros morales e ideológicos que ha producido la Humanidad (…) lo cierto es que la Izquierda procede del pozo de violencia y barbarie de la Revolución Francesa, y encontró continuidad y rango en las infectas religiones comunista y socialista”. En El Debate, Antonio Naranjo. Título: “Sánchez, el mayor corrupto de la historia”. Texto: “El líder del PSOE es la corrupción personificada: no es un caso, es un sistema. Que ahora además le pillen con el maletero lleno de billetes y mascarillas, Ábalos al volante y Koldo de copiloto con gafas negras, es perfectamente coherente con el inicio de su ruta y las paradas intermedias (…) él se cree Adenauer y Kennedy juntos, pero siempre le pillan con un voto, un decreto, y una mascarilla escondida en el recto, como un vulgar traficante de apaños y trampas”. Y en Vozpópuli, otra vez, Miquel Giménez. Es incansable: “Y a qué huele el sanchismo, se preguntarán ustedes? (…) Esa casta política instalada en el rencor, el odio, la venganza retrospectiva, la envidia, el chanchullo, ese olor nauseabundo, el olor a la traición, a doble rasero, a egoísmo y obscenidad huele como el de la axila del ladrón cuando ve acercarse a la Guardia Civil y él lleva debajo del brazo una gallina, es el olor de la turba desenfrenada que incendiaba iglesias, el de todas las revoluciones enarboladas por trapos rojos”.
Acabo con una curiosidad. Tengo para mí que les resultará interesante, si no lo han leído, un artículo de Fernando Savater en The Objective, su actual casa, en la que arrebatado, nos desvela su alma desnuda. “Ante la proximidad del final del sanchismo, además de contribuir cuanto podamos a acelerarlo, creo que debemos consolidar desde ya su necesaria alternativa. Sí, hay que olvidar tiquismiquis y filigranas y cerrar filas en torno al PP de Feijóo, que es el que hay, sin olvidar el de Ayuso, que es el que algunos quisiéramos que llegara a haber. Y sin renunciar al apoyo de Vox”.
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