Las entidades protectoras y quienes se dedican de forma organizada o individual a proteger a los animales llevan años reclamando una ley estatal de protección animal que siente unas bases mínimas exigibles en todo el Estado y ponga fin a las desigualdades existentes entre las diferentes comunidades autónomas. Es, sin duda, una de las reivincidaciones más repetidas por parte del activismo al poder político. Pero de momento, nada.
Coincidiendo con los datos que demuestran el colapso de los centros de protección animal, la Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal de la Comunidad de Madrid (FAPAM) ha iniciado una campaña para pedir a todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados que se pronuncien sobre esa demanda.
Lo ha hecho a través de una pregunta formulada a través de la plataforma OsOigo, en la que ciudadanos, asociaciones y políticos pueden interactuar de forma directa. Los políticos dados de alta en ella se comprometen a responder las cuestiones que llegan a través de la web por parte de las personas y organizaciones registradas. Entre ellos hay diputados de casi todos los Grupos del Congreso. Entre otros: Leopoldo Barreda y Eloy Suárez (PP); Susana Sumelzo y Odón Elorza (PSOE); Ramón Espinar y Nagua Alba (Unidos Podemos); Marta Martín e Ignacio Prendes (Ciudadanos); Joseba Agirretxea (PNV); y también del Grupo Mixto.
La FAPAM ya dirigió una pregunta a los grupos de la Asamblea de Madrid para saber si están a favor de un plan integral de esterilización de animales para controlar la superpoblación que hay en la Comunidad. La iniciativa consiguió los apoyos necesarios y está a la espera de respuesta de los diputados regionales.
Una vez constatado el fracaso de la ley que pretendía ser de “sacrificio cero” en la Comunidad de Madrid, la FAPAM sigue reclamando la esterilización generalizada como medida imprescindible para permitir que ese objetivo, el de no matar animales sanos o con tratamiento por el mero hecho de no poder atenderlos, sea una realidad. Sin embargo, tras aquel pomposo titular cuando se aprobó la norma, la realidad es que los centros de acogida están saturados porque no se han tomado medidas efectivas para combatir el abandono de animales. A día de hoy, la Comunidad de Madrid prefiere preservar el negocio con los animales a combatir de forma efectiva su abandono y maltrato, y la exigencia de las protectoras para prohibir la cría, salvo para criadores lagalmente establecidos con unos requisitos regulados, sigue sin ser estimada.
Mientras eso ocurra, tendremos que seguir repitiendo que no hay “sacrifio cero” por mucho que la ley lo enuncie. Siguen naciendo más animales de los que se pueden atender, se abandonan más de los que son adoptados, y ante la saturación de los centros de acogida decenas, cientos, miles de animales siguen muriendo en calles, plazas, campos, carreteras... de forma horrible y sin ningún tipo de atención. Ni siquiera sabemos cuántos son. No están en ninguna estadística. En el caso de los que pueden ser rescatados, la saturación de algunos de esos centros los aboca a un maltrato evidente por hacinamiento y por imposibilidad de atender a sus necesidades más básicas.
La FAPAM alerta de que la situación de los animales en España es insostenible, impropia de un país avanzado. Cualquiera puede criar cuando y como quiera, denuncia, y no hay control alguno sobre esas camadas, que se pueden regalar, vender, o hacer desaparecer sin ningún tipo de control y prácticamente sin penas porque, incluso cuando hay capacidad de investigar y de encontrar a la persona o entidad responsable, las leyes se quedan muy cojas.
A ello se une la desigualdad en las normas contra el maltrato animal que rigen en las diferentes comunidades autónomas. Hay centros municipales de recogida de animales con auténticos corredores de la muerte donde los perros, gatos y demás acogidos ni siquiera son atendidos por personal veterinario porque van a ser “sacrificados”, y en muchos casos esos métodos de sacrificio no son indoloros para los animales. En España, dicen desde FAPAM, torturar y matar animales sigue saliendo muy barato desde el punto de vista penal.
Mientras no hay apenas espacio ni ayudas públicas para atender a los animales que agonizan en las calles, las páginas de compra y venta en Internet y las redes sociales están inundadas de anuncios para vender o regalar animales, sobre todo perros y gatos pero también conejos y otros roedores, pájaros o reptiles. Muchos de ellos son cachorros que se dan incluso antes de poder ser vacunados, cuando aún necesitan a su camada para seguir aprendiendo todo lo imprescindible. Y se dan sin ningún tipo de requisito previo ni seguimiento posterior. No sabemos de dónde han salido esos cachorros, en qué condiciones están los progenitores, cuál es su estado de salud real... Pero sí sabemos en qué condiciones tienen algunos “criadores” a los animales. Y las camadas “indeseadas” siguen apareciendo en contenedores de basura, cajas de cartón en plena calle o, en el mejor de los casos, a las puertas de protectoras y refugios. Y esos, los que vemos y a los que se puede rescatar y ayudar, son solo una parte, tememos que muy pequeña.
Después de años reclamando ser escuchadas, las organizaciones que forman parte de la FAPAM han dejado que el nuevo Gobierno “aterrice” y buscarán un contacto directo a la vuelta de vacaciones para trasladar personalmente esta situciación y proponer soluciones. Mientras, buscan que los grupos parlamentarios se retraten sobre su apoyo a una ley estatal de protección animal que tenga la esterilización de animales de familia como uno de los principales pilares para poder combatir de verdad la raíz del abandono.
Sobre este blog
El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.
Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).
