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GET 2015: al Balmhorn con Edurne Pasaban

(© joachimstark.de / Gore-Tex).

A pesar de ser junio, el tiempo es desapacible: llueve y hace un frío inusual. No obstante, los 22 entusiastas de la montaña procedentes de EE.UU y once países europeos ya están calentando motores para iniciar la ascensión al Balmhorn, un imponente pico de 3.698 metros situado en Bernese, los Alpes suizos. El equipo cuenta con la presencia de Edurne Pasaban, una de las primeras mujeres del mundo en coronar los catorce ochomiles. La alpinista de GORE-TEX® acompaña a los 22 participantes del GET 2015 en esta escalada, cuyo objetivo es seguir los pasos de la montañera británica Lucy Walker, famosa por protagonizar el primer ascenso al Balmhorn hace 150 años.

Al igual que ella, el grupo partirá del histórico hotel de montaña Berghotel Schwarenbach y cruzará el glaciar “Schwarzgletscher” hasta llegar a la cresta sudoeste (Zackengrat) para pasar a continuación por el pico anterior y alcanzar, finalmente, el pico principal. Sin embargo, a diferencia de Lucy, que calzaba botas de piel con suelas tachonadas y vestía falda y sombrero en sus expediciones, las doce mujeres y los diez hombres del grupo GET 2015 y sus guías están equipados con las más avanzadas prendas técnicas y el calzado con crampones GORE-TEX®.

Con una distancia total de 15 kilómetros y un desnivel de 1.700 metros, el pico presenta numerosos retos. La jornada quedará impresa en la memoria del equipo para siempre.

Anticipación e incertidumbre

Una semana antes, la previsión del tiempo no era muy alentadora y era imposible determinar con exactitud las condiciones meteorológicas a las que se enfrentarían. ¿Llovería? ¿Quizá nevaría? De todos modos, parecía que el día señalado para la ascensión haría buen tiempo. En cualquier caso, ni los organizadores, ni los guías ni los participantes pierden un ápice de su buen humor. El día antes de la gran expedición, se reúnen todos en el hotel. Fuera, un espeso banco de nubes cubre las montañas. A las 16:00h comienza a llover, pero eso no impide a los guías proseguir con sus explicaciones sobre el manejo de las cuerdas y las tácticas de rescate. De hecho, el mal tiempo les brinda la oportunidad de comprobar la resistencia a la lluvia de los equipos y los participantes.

18:00h. Llueve. Los participantes pasan el rato jugando a dados y a cartas en el hotel. Edurne, Camille, Dennis, Lars, Alessia y Fred se divierten con el UNO.

20:00 h. Sigue lloviendo. Los guías, pertrechados con sus mapas, GPS y previsiones meteorológicas, organizan la jornada siguiente.

22:00 h. Hora de dormir. El despertador sonará en cinco horas.

La ascensión

A las 3.30h de la madrugada un grupo de montañeros somnolientos abandona el hotel en plena oscuridad. Hay niebla y humedad, pero no llueve. Algunos comienzan a buscar los frontales en sus mochilas. Suena el tintineo metálico de los piolets y los crampones. Las linternas iluminan la neblina que todo lo envuelve. El equipo se divide en grupos formados por un guía y tres participantes. El equipo GET 2015 se pone en marcha. Apenas hablan. Muy pronto, el camino se estrecha y se vuelve más pedregoso. Caminar por piedras resbaladizas en la oscuridad requiere mucha concentración. ¿Qué tiempo hará ese día? ¿Qué se encontrarán en el glaciar y en la cresta a más de 3.000 metros de altura? ¿Desparecerá la niebla?

5:00 h Al amanecer se hace visible el empinado sendero. El ascenso al glaciar es casi vertical. Pueden oír el hielo, pero no verlo: la niebla es demasiado espesa. Se distingue el eco distante de piedras rondando sobre piedras.

6:00 h. El glaciar. Los guías sacan las cuerdas mientras contemplan la avalancha que ha provocado una enorme roca del tamaño de un coche posada al pie de la cuesta. “Menudo pedrusco”, comenta Mark, uno de los guías, con su fuerte acento escocés. Todos se ponen los cascos para protegerse y los grupos empiezan a cruzar el glaciar. La nieve es vieja, así que el agarre es seguro. Se puede caminar bien por encima. No ven nieve virgen y eso les anima.

7.30 am. Los escaladores avanzan en cordadas, sus figuras son apenas visibles en la niebla. Se levanta un viento ligero y las gotas de agua se hielan en las rocas, el pelo y la ropa. La cresta se halla al final de una subida empinada. Están a más de 3.000 metros. Ya han completado los primeros 1.000 metros.

8.00 am. ¿Qué es eso azul a lo lejos? ¿Acaso el cielo se está abriendo paso entre la niebla? La luz empieza a cambiar, aunque es más una sensación que un hecho.

8.10 am. ¡Sale el sol! A 3.150 metros, la vista de los picos occidentales es magnífica: Eiger, Aletschhorn, Bietschhorn, Monte Rosa, Dom, Weisshorn, Matterhorn, Dent Blanche, Mont Blanc y todos los demás. Es una visión increíble.

Este es el momento para el que viven los montañeros. Es indescriptible. Todas las emociones se agolpan en tu interior en un instante: esfuerzo, incertidumbre, anticipación. Es una sensación única. Te llena de energía. Son momentos adictivos que te enganchan a la montaña.

Más abajo, el valle sigue cubierto por un manto neblinoso. Dentro, se estará caliente, pero fuera el cielo es gris y, el ambiente, húmedo. Para ver el sol en un día así, hay que subir a la cima, como Becky, Ivan, Brijesh, Helene, Michi, Louise, Marion, Kirsten, Antonio, Mattia, Gerlinde y Håkan, así como Petra y Janne, que han tenido que realizar un esfuerzo adicional porque están rodando, y los estadounidenses Lloyd, Alison y Maggie, que descubren los Alpes de la mejor de las maneras.

9.00 am. El tramo final. Quedan 300 metros para la cima: primero la cresta hacia la cabeza del glaciar y, finalmente, el pico principal del Balmhorn. Los participantes empiezan a notar los efectos de la altura (3.400 metros) y las cinco horas de camino. Para algunos es muy duro, pero nadie se rinde. La adrenalina les ayuda a vencer la fatiga.

10.00 am. En la cima. 3.698 metros. Es tan hermoso. ¡Qué felicidad! Edurne Pasaban ha hecho innumerables picos (algunos 5.000 metros más altos que el Balmhorn), pero sigue impresionándose. Desde la cima del Balmhorn se goza de una de las mejores vistas de Suiza. Esto es, literalmente, el cénit del GORE-TEX® Experience Tour 2015. Los participantes sonríen de pura alegría. Hasta los guías, que nunca habían subido al Balmhorn, están impresionados con la montaña, la vista y los participantes, que han demostrado estar en plena forma. También están impresionados con el grupo: no ha habido lesiones ni abandonos ni malas palabras.

2.00 pm. El primero de los equipos ya está de vuelta en Schwarenbach celebrando la hazaña.

8.00 pm. El Hotel Victoria, un establecimiento tradicional de Kandersteg, es el lugar ideal para la última cena juntos. Los participantes brindan con champán por el éxito del Experience Tour, por la vuelta a casa y por Lucy Walker, una de las grandes figuras del alpinismo y la mujer que ha inspirado este GORE-TEX® Experience Tour 2015.

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