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El Equipo Español de Alpinismo cierra su ciclo de tres años en Nepal

Equipo Español Masculino Alpinismo.

FEDME

El Equipo masculino de Alpinismo FEDME pone punto final al periodo 2015-2017 con una fantástica concentración en Nepal que les ha tenido bien entretenidos del 10 de octubre al 15 de noviembre.

El resultado fue la apertura de cuatro vías, tres de ellas en cumbres de 6.000 metros, y la cuarta en una cumbre de 5.700 metros y una primera repetición muy notable a una cumbre de 6.000 metros, son el estupendo balance de la expedición a Nepal bajo la atenta y experta dirección de Mikel Zabalza.

La concentración se puso rumbo al Valle del Rolwaling, situado en la frontera tibetana en la parte norte oriental del Nepal, entre las regiones del Khumbu Himal y del Langtang Himal. Actualmente todavía conserva mucha personalidad original, dado que no acostumbra a frecuentarse por turistas, es decir carece de infraestructuras para el turismo y al tiempo, y posee auténticas joyas naturales que la hacen de gran interés para el alpinismo moderno.

Los miembros del equipo supieron aprovechar las condiciones que les ofrecieron las diferentes laderas de las montañas del Rolwaling y pusieron en práctica todo lo aprendido y tecnificado en el periodo de 2015 a 2017, especialmente el “espíritu de equipo”, algo fundamental para la práctica del alpinismo desde el punto de vista de la FEDME.

La expedición partió en autobús de Katmandú hasta el pueblo Gongur Kola, y desde allí a pie, en cuatro días de marcha, el grupo llegó a la aldea de Na-Gom, a 4.180 metros de altitud, donde se instaló el campo base que gozó de un paraje magnífico, cómodo y con el servicio de cocina contratado a una empresa de trekking nepalí.

Como primera actividad de aclimatación el grupo ascendió el “Yalung-Ri”, una cumbre de 5.650 metros por su ruta normal y, para rematar la misma, se ascendió a un pico sin nombre de 5.740 metros por dos itinerarios distintos. Parte del grupo lo hizo por una ruta glaciar sencilla y el resto trazaron la primera apertura a este pico, bautizando la vía como “The Moon” (400 m V+/65º M).

Tras este periodo de aclimatación y, atentos a la previsión del tiempo, el grupo miró hacia objetivos de mayor entidad. Se realizó una ascensión a un pico sin nombre de 5.950 metros por una ruta glaciar sencilla con el objeto de estudiar bien la arista sur del Chuki-mago, de 6.250 metros. Al día siguiente se ascendió esta difícil arista, justo dos días después que una cordada americana estableciera la primera ascensión. Llegaron a la cumbre a las 12:30 del mediodía y al poco de comenzar el descenso de desató una fuerte tormenta que les puso a prueba en un expuesto y complejo descenso. Fueron casi 20 horas sin parar después de salir de la tienda y regresaron al campo base exhaustos y sin nada de visibilidad. Se puso a prueba la habilidad, la estrategia, los nervios y la capacidad de reacción de la cordada, algo fundamental en alpinismo.

El resto del grupo puso las miras en la cara oeste del Chekigo Oeste con dos días de aproximación, y un día de exploración para dar con el mejor acceso y plantarse a 5.100 metros en la base de esta magnífica pared. La ruta se encontró en excelentes condiciones y se escaló del tirón llegando a la cumbre a las 16:00 horas. La vía quedó bautizada como “Danebat” (gracias en nepalí), sintetizando el sentir del grupo por tan extraordinaria ascensión y con todo de cara, aquellas ascensiones que se recordaran en el tiempo por haber tenido todo a favor. El descenso se realizó por la misma ruta en unos 20 rápeles. Fueron 18 horas seguidas de actividad para ascenso y descenso y pareció ser, con la información que contrastaron, que esta cumbre de 6.190 metros no contaba con ascensiones previas.

Tras unos días de descanso, parte del grupo regresó a la cumbre oeste del Chekigo, pero por la vertiente opuesta (cara este) y trazó un nuevo itinerario que fue difícil y variado en el que se escaló en todos los terrenos, roca, hielo y mixto. El descenso se realizó por la misma vía en unos 15 rápeles y algunos destrepes.

Otros miembros del grupo pusieron los ojos en la cara sur del Bamongo (6.400 metros) y al segundo intento consiguieron culminar con éxito la primera vía en esta magnífica pared. Se escalaron los 1.200 metros de desnivel de esta pared del tirón en una maratoniana jornada de 24 horas ininterrumpidas de campo base a campo base. Para que sirviera de referencia la ruta abierta se considera técnicamente más compleja que la clásica de los Alpes en las Grandes Jorasses denominada McIntyre-Colton. Fue del todo un extraordinario broche dorado para esta promoción del EEA que dejó su sello en estos magníficos parajes del Himalaya Nepalí.

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