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“Salimos a por esa pared”

Desnivel de 1.800 metros de pedrera hasta el campo 1.

Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, los tres alpinistas que, como los tres inseparables mosqueteros, abordan juntos en cordada desde hace 6 años cualquier proyecto alpinístico que encienda su interés por lo desconocido, partieron este sábado al mediodía a por el objetivo que les ha llevado de nuevo al Karakórum. El Paiju Peak, el Pico de la Sal, es un coloso de 6.610 metros que en su cara Sur exhibe un magnífico pilar de 1.000 metros, muy vertical y defendido por continuas avalanchas que son la purga natural de la montaña. En 2013, Zabalza lo definió como un Capitán metido en el Karakorum, una escalada artificial de Big Wall mezclada con escalada libre. Escalada muy técnica, por encima de los 5.000 metros, donde el aire empieza a escasear, el corazón se dispara por la altitud y cada movimiento ha de ser calculado, acertando en el itinerario para resolver con éxito la ascensión, que hasta los 6.000 será un verdadero ejercicio acrobático, por lo vertical y a veces desplomado del gigantesco pilar. “Será nuestro momento para disfrutar”.

Para moverse por la pared utilizarán el estilo “cápsula”, término que describe la instalación del campamento colgante que se traslada a medida que se progresa en altura. Dormirán en hamacas que cuelgan en el vacío, que situarán cerca de neveros para poder abastecerse de agua, y, a diferencia del intento del año pasado, 300 metros más de cuerda fija les servirán, estiman, “para retirarnos hasta el primer campo en caso de mal tiempo y regresar con rapidez hasta el punto más alto alcanzado cuando escampe”. Iñurrategi, Vallejo y Zabalza irán arrastrando unos 80 kilos en su avance por la cara sur del Paiju Peak.

Una vez superado el pilar, les espera un final de unos 600 metros hasta la cima por terreno mixto de roca, hielo y nieve, donde los pies de gato serán sustituidos por botas y crampones.

Calculan que toda la operación puede llevarles unos 12 días. “Por lo menos habrá que hacer 40 largos de escalada. Y luego la incógnita de esos 600 metros hasta la cumbre, que, me da la sensación de que no van a ser nada fáciles. No tenemos ni una imagen de lo que se esconde ahí”.

La expedición WOPEAK que partía el 23 de junio del aeropuerto madrileño de Barajas y en 7 días llegaba al Campamento Base del Paiju Peak, a 3.400 metros de altitud, sale con un parte meteorológico que les pronostica buen tiempo para los próximos días. (“A partir del lunes se establece una ventana de buen tiempo que podría persistir hasta el viernes, con temperaturas en la cima, poco más bajas de -5ºC”).En el Karakórum, donde el cielo cambia en minutos, hay que aprovechar el momento. Atrás quedan los interminables días de espera en el CB esperando a que amaine y que la pared se descargue de hielo y nieve; los porteos de todos los kilos de material hasta el Campo 2, a unos 5.500 metros, cerca del segundo nevero y la aclimatación pernoctando en altura.

El sábado les espera de nuevo la pedrera de 1800 metros de desnivel hasta la base de la pared, 5.200 metros, campo 1. Por primera vez desde que formaron equipo, los tres alpinistas van acompañados de un cámara que filmará la escalada, gracias a un acuerdo con la productora audiovisual Bideografik Ekoizpenak, con sede en Durango. David Maeztu, director de fotografía y operador de cámara, es el encargado de registrar la ascensión, en lo que será la primera filmación de los tres alpinistas juntos en una expedición.

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