Patricia Cantero: “Espero que más pronto que tarde podamos salir a navegar”

Cantero y Mas luciendo su medalla de oro lograda en el Mundial del pasado verano.

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

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La regatista canaria Patricia Cantero que, junto a Silvia Mas, formará el dúo del 470 español en los Juegos de Tokio, considera, en declaraciones a EFE, que “es una buena noticia que el sábado se pueda salir a hacer deporte al aire libre” y espera que, “más pronto que tarde, también a navegar porque si hay un deporte con menos riesgo y más distancia presencial es la vela”.

Estuvo en el CEAR de Santander con el resto del equipo olímpico hasta el pasado 8 de abril cuando se les ordenó volver a sus casas y hoy lleva confinada ya 43 días. “Mis padres viven en Lanzarote y me hubiese ido con ellos, pero mi madre padece asma y, además, llegar allí en esos momentos era muy complicado. Además, podía contagiarme o contagiarlos. Mi compañera Silvia me dio la posibilidad de poder quedarme en Barcelona”, explica.

Estar en Tokio ha sido un premio para esta regatista de 30 años y 1,78 metros después de estar siete años luchando por ese objetivo. En la anterior campaña olímpica de Río 2016, junto a su compañera, la campeona olímpica de la clase Elliot en Londres 2012, la asturiana Ángela Pumariega, tuvieron que confeccionar y vender pulseras (más de 1.000) para sufragar su preparación.

“Eso nos ayudó mucho, pero ahora ha cambiado porque con mi compañera de equipo Silvia Mas hemos conseguido buenos resultados y la Federación nos ha apoyado totalmente y, además, tenemos beca ADO y estamos más cubiertas”, reconoce la grancanaria.

A principios de 2013, se unió a Pumariega para afrontar la campaña de Río y dejó la carrera de Ingeniería Industrial estando en cuarto curso. Finalmente, el equipo español que fue a Río lo formaron Bárbara Cornudella y Silvia López y ella se planteó dejar la vela.

“Dejé de navegar y volví a los estudios, aunque no a la ingeniería porque no me convencía mucho y quería estudiar algo que me motivase y empecé Ciencias del Mar, que no tenía nada que ver con lo otro y, además, me convalidaba asignaturas y empecé en segundo”.

Eso duró poco. “Enseguida me llamó Silvía Mas para que me uniera a ella y comencé a viajar de nuevo y esa carrera era imposible hacerla si es de manera presencial”, apunta.

“Sin embargo, cuando empecé a navegar con Silvia, conseguimos como patrocinador a la UNIR (Universidad Internacional de La Rioja) y decidí terminar ingeniería porque esa universidad permite estudiar a distancia. Terminé las asignaturas que me quedaban y solo me queda el trabajo de fin de grado (TFG) que estoy adelantando todo lo que puedo durante el confinamiento”.

Reconoce que le faltan horas y que los días le pasan volando entre el trabajo de fin de grado, las vídeoconferencias de reglamento, meteorología, con los análisis de regatas, de entrenamientos, sesiones diarias con la psicóloga, además de todo el entrenamiento físico que realiza en el garaje que tiene donde se ha montado una estructura, “que es casi como un gimnasio de verdad”, explica.

Desde que empezó a competir junto a Silvia Mas en marzo de 2017 han estado en el Top10 en 23 de las 25 pruebas que han disputado, logrando la medalla de plata en el Mundial 2018 de Aarhus (Dinamarca) clasificando a España para Tokio 2020.

El quinto puesto en el Mundial de 2019 en Enoshima (Japón) y la medalla de oro en la Copa del Mundo de ese mismo año les dio a finales de marzo pasado la plaza por equipo.

Actualmente son las número dos del ranking mundial de la clase y el aplazamiento de los Juegos a 2021 les da más margen de preparación ante rivales de la talla de las actuales campeonas del mundo y olímpicas, las británicas Hanna Mills/Eilidh McIntyre, “sin olvidar a las francesas y japonesas; entre ellas y nosotras estarán las medallas”, advierte Cantero.

En París 2024 el 470 será mixto y el catalán Jordi Xammar, uno de los favoritos en el 470 en Tokio confesaba que, en caso de seguir en el 470 mixto, la elegiría a ella como tripulante.

La regatista canaria opina: “No pienso aún más allá de Tokio porque todo depende de lo que pase allí. Por supuesto que me gustaría seguir navegando. Después de los Juegos de Tokio tendré 32 años y navegar con Jordi podría llevar a buenos resultados y mantener las becas, sería una buena opción, por supuesto”.

“La vela es mi pasión y también me gustaría probar en otras clases como el Nacra17 o el 49er.FX. La velocidad me encanta y solo me decidiría si tuviese un proyecto con futuro; repito que todo depende de lo que pase en Tokio..., y quedan quince meses”, concluye.

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