Astou Ndour: Un diamante bien pulido (2014-)

España celebra en el podio la medalla de plata lograda en Río 2016 con Leticia Romero, Laura Nicholls, Silvia Domínguez, Alba Torrens, Laia Palau, Marta Xargay, Leo Rodríguez, Luci Pascua, Anna Cruz, Laura Quevedo, Laura Gil y Astou Ndour.

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Santa Cruz de Tenerife —

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Biografía

BiografíaAstou Ndour Barro (Dakar, Senegal), 22-8-1994

Selección española: 4-9-2014 / en activo (Debut / despedida)

Veces internacional: 38 (34-4 victorias / derrotas)

Puntos: 466

Torneos oficiales:

  • Eurobásket Hungría-Rumanía 15 (Bronce)
  • Juegos Olímpicos Río 16 (Plata)
  • Mundobásket España 18 (Bronce)

Un diamante bien pulido

Un diamante bien pulidoCuando era entrenador de los Utah Jazz, el orondo Frank Layden recibió un aluvión de críticas por elegir a Mark Eaton en la cuarta ronda del draft de 1982. Aquel gigante de 225 centímetros no tenía el aval de los números: en sus dos años en UCLA sólo había jugado once partidos (42 minutos), con promedios de 1,3 puntos y dos rebotes por noche. Todos los analistas lo consideraron “incapaz de jugar en la NBA”. El técnico zanjó el debate con una obviedad: “A Mark le puedo enseñar a jugar al baloncesto, pero no puedo enseñar a ningún jugador a medir siete pies y cuatro pulgadas”.

El tiempo dio la razón a Layden. Eaton acabó su primer curso como titular y estableció un récord de la franquicia con 275 chapas. En su segundo año lideró la liga en tapones y en su tercera temporada fijó el que aún es el mejor registro histórico de la NBA: 5,6 gorros por encuentro. Además, cogió 11,3 rebotes por partido y con Malone y Stockton lideró al que durante sus once años en los Jazz fue uno de los mejores equipos de la liga. Un cuarto de siglo más tarde se repitió una historia similar en Gran Canaria, cuando Domingo Díaz, técnico del CB Islas Canarias, trajo de Senegal a una niña de 14 años incapaz de entrenar diez minutos seguidos.

Con 195 centímetros de altura y 2,05 metros de envergadura, Astou Ndour es hoy una de las líderes de la selección española y puede presumir de haber jugado tres campañas en la WNBA con San Antonio (dos) y Chicago (una). Sobre ella pivotan ahora las esperanzas de medalla de España en el Mundobásket de Tenerife 2018, después de que en su último torneo como internacional, los Juegos Olímpicos de Río, promediara 13,2 puntos y 8,3 rebotes vitales en la obtención de la medalla de plata. Y sobre ella también se asienta la ilusión del Cukurova (Turquía) en la búsqueda de una plaza en la Euroliga en una eliminatoria brutal ante el Nadezhda ruso.

Pero mediado el curso 08-09, Ndour no podía exhibir números que la avalaran. Ni buenos ni malos. Sólo la recomendación de una amiga, Aminata Diop, una joven de la colonia senegalesa de Vecindario que se presentó en La Paterna porque quería jugar al baloncesto. Y que le dijo a Díaz que en su país conocía a tres chicas “muy altas” que practicaban ese deporte. Teniendo en cuenta que Diop mide 1,90 metros, el técnico grancanario se animó a conocer a sus amigas... y a gestionar su traslado a Gran Canaria. Y así fue como Bineta, Rokhaya y Astou llegaron a Gando y fueron acogidas en el hogar de Begoña [Santana] y Domingo, fundadores del CB Islas Canarias.

Conviene aclarar ahora Diop tenía buen ojo, pues Bineta Ndoye ha hecho carrera en el baloncesto y ha jugado media docena de años en Primera División, militando el último curso en el Bembibre. Y también hay que aclarar que el primer entrenamiento de Astou a las órdenes de Santana fue deprimente: incapaz de aguantar más de cinco minutos a buen ritmo, apenas estuvo un cuarto de hora sobre la cancha. Con 58 kilos y un severo proceso de anemia, no era apta para la práctica del deporte, “aunque mis padres también jugaron al baloncesto y desde pequeña, en mi colegio de Dakar, ya jugaba en el patio porque era un deporte que me apasionaba”.

La lógica invitaba a reconocer el error y empaquetar a Astou camino de Senegal, pero algo debieron ver Begoña y Domingo para trabajar con ella. Y trabajar muy duro. “Fueron días duros porque yo llegué muy mal físicamente, pero no sólo se centraron en que mejorara en la pista, sino que me guiaron en otros aspectos para que me encontrara mejor. Desde el primer día, Mingo y Bego no se comportaron sólo como técnicos, sino como padres. Supieron que llegaba en una edad especial y me hicieron trabajar duro, pero con el aliciente de no ponerme límites. Además, para mí todo era nuevo a nivel cultural... pero encontré gente amable y cariñosa”, explica Ndour.

Además, la pívot senegalesa dice que recaló “en el club ideal para crecer como jugadora. Habrá sitios con más dinero, pero a trabajo nadie les gana. Y no es sólo lo que hacen en la pista, pues a mí me trataron genial: se preocuparon de mi alimentación y de que estuviera bien en casa [aunque con el tiempo se trasladó con sus amigas a un piso en la zona de Siete Palmas]”. “Son muchas las cosas que influyen para lograr buenos resultados”, agrega Astou. Eso sí, ella ayudó. Y mucho. Más allá de sus 195 centímetros y unos brazos interminables había una notable coordinación, buenos fundamentos técnicos, una correcta mecánica de tiro... y muchas ganas de trabajar y aprender.

En esos años se cansó de ganar títulos nacionales en las categorías inferiores, aunque para el recuerdo queda ¡un mate! que ese mismo curso 08-09 hizo en el Campeonato de Canarias júnior femenino celebrado en Tenerife ante el Puerto Arrecife. Era cadete [de primer año] y competía en una categoría superior, pero robó un balón, no hubo balance defensivo, se fue botando a canasta y machacó a dos manos. No fue un mate de concurso y el balón entró llorando, “pero fue una pequeña revolución”. “Eso sí”, agrega Astou, “lo que más recuerdo de aquellos títulos es la cantidad de talento que tenía el equipo y lo buena gente que eran todas”.

“Fíjate que Leticia [Romero] está en la WNBA y que Yurena [Díaz] y Patricia [Cabrera] juegan en Primera División”, dice con admiración y como si ella se hubiera quedado atrás. “Fuimos una gran generación que además estuvo bien dirigida”, agrega. Y con ese grupo dio el salto a la máxima categoría en la campaña 10-11, en la que también obtuvo la nacionalidad española “como deportista de élite”. ¿Resultado? Un mes después de ser considerada seleccionable llevó a España –con 12,1 puntos y 9,1 rebotes por partido– a la medalla de plata en el Mundial sub 19 de Chile tras caer en la final contra los Estados Unidos de Breanna Stewart, cinco días más joven que ella.

Ese mismo verano de 2011 también logró el bronce en el europeo sub 18 de Rumanía para adquirir luego más presencia en el Gran Canaria, con el que firmó promedios de 9,7 puntos y siete rebotes en 25 minutos en la campaña 11-12. Eso sí, en los veranos defendía a España, a veces en campeonatos sucesivos –al destacar ante rivales uno o dos años mayores– y hasta en citas oficiales de la modalidad 3x3, pero asegura que “no fue tan agotador, porque el estado físico es clave y me cuidaba al máximo. Cuando era más joven, en la Federación Española eran conscientes y me hacían trabajar de manera adecuada, pero yo estoy muy orgullosa de defender esta camiseta”.

En su palmarés también tiene una plata en el europeo sub 20 de Italia, una cuarta plaza en el Mundial sub 19 de Lituania... y un oro en el europeo sub 20 de Turquía 2013 tras ganar en la final anticipada a Turquía (57-51) con 24 puntos y 19 rebotes de Ndour y en la final oficial a Italia (59-53). Con promedios de 17,3 puntos y 9,8 rebotes, fue elegida para el quinteto ideal en un año en el que fue designada Mejor jugadora joven de Europa. “Trabajamos duro, pero éramos un grupo que nos conocíamos y explotábamos esa virtud. La semifinal requirió un esfuerzo extra y en la final anoté poco, pero cogí 17 rebotes y me quedé satisfecha de ayudar en esa faceta”, comenta.

“Para mí es un honor estar a disposición del seleccionador”, agrega Astou, que incrementó su peso en un Gran Canaria del que se despidió en la campaña 13-14 –con Patricia Cabrera, Yurena Díaz y la niña Iris Mbulito ya asentadas en el primer equipo– con una tercera plaza liguera al caer en las semifinales de los playoffs ante el Rivas (1-2), futuro campeón. Con 19 años y promedios de 17,8 puntos, 13,2 rebotes, 1,6 tapones ¡y un triple! por partido, fue elegida mejor jugadora (MVP) de la liga. “Éramos un buen equipo y tuve mi hueco. Con mayor presupuesto y si nos hubiésemos mantenido como grupo, estoy segura de que habríamos logrado algún título”, resume.

“Domingo me dio confianza de manera progresiva; y aunque al principio estaba nerviosa cuando jugaba con el primer equipo, fui cumpliendo lo que me pedía”, agrega Ndour, quien vivió un verano de 2014 lleno de cambios: dejó Gran Canaria para irse al Fenerbahce (Turquía) –donde coincidió con dos monstruos como Tina Charles y Angel McCoughtry, campeonas olímpicas– para jugar la Euroliga, debutó en la WNBA con las San Antonio Stars y alcanzó la internacionalidad absoluta con España, que preparaba su presencia en el Mundobásket 2014... aunque finalmente tuvo dejó su plaza a Sancho Lyttle, al poder jugar sólo una nacionalizada en cada selección.

“Para mí es un honor vestir la camiseta de España aunque sea en un entrenamiento. Quiero jugar y lucharé por ello, pero no quiero pensar más allá del día a día y en aquello que no puedo controlar. Seguiré trabajando duro en espera de mi oportunidad, siendo consciente de que Sancho es una pívot descomunal, una de las mejores interiores del mundo y una figura de la WNBA. Y aunque tiene 35 años, muchas jugadoras de esa edad están en el mejor momento de su carrera. No obstante, trabajo cada día para estar siempre al 200% por si me llama el seleccionador”, explica Astou, que en el Eurobásket de 2015 por fin pudo debutar con España en un partido oficial.

Ndour coincidió en el Eurobásket de Hungría-Rumanía con las canarias Leticia Romero y Laura Herrera, firmando un torneo sobresaliente: 12,7 puntos, 7,9 rebotes y un tapón en 27 minutos por partido. Nueve victorias y una derrota en semifinales ante Francia dejaron a España con una medalla de bronce en una cita que Astou define como “un sueño, porque tampoco habían pasado tantos años desde que salí de Dakar. De llegar a Canarias con 58 kilos y casi sin saber jugar al baloncesto pasé a disputar un campeonato con uno de los mejores equipos del mundo como es España y eso hizo que estuviera nerviosa al principio, pero en cuanto empezamos a jugar me encontré mejor”.

Un año más tarde, la paradoja Ndour-Lyttle cambió de dirección. Tras ganar la liga española con el Perfumertías Avenida, la pívot canaria se fue a las San Antonio Stars de la WNBA y se olvidó de la selección española... hasta que días antes del inicio de los Juegos de Río recibió la noticia de la lesión de Sancho. Y se presentó en Brasil para llevar a España a la plata olímpica con una actuación sobresaliente: 13,2 puntos, 8,3 rebotes y dos tapones por partido, pese a sus problemas con las faltas personales todo el torneo. “Unos Juegos son lo máximo; y además me encantó ir a por todas; no a participar, sino a ganar”, resume.

“Eso sí, admito que ya era un premio estar allí. El ambiente es una barbaridad y no se me borran de la cabeza las imágenes de la ceremonia de inauguración con los mejores atletas del mundo. Es algo indescriptible... y espero que no sea la última vez que lo viva”, agrega Astou, quien cree que la selección “dio la talla en la final ante un Estados Unidos que va a pasar a la historia como uno de los mejores equipos de siempre”. Pese a esa presencia constante de España en la élite, Ndour es prudente al analizar el papel que puede desarrollar el grupo que dirige Lucas Mondelo en el Mundobásket de Tenerife 2018: “El objetivo es ganar el primer partido”.

“Hay que centrarse en ganar a Japón en el debut y luego pensaremos en el segundo partido. Podemos competir con todo el mundo y lo hemos demostrado, pero sería un error hacer ya pronósticos triunfalistas”, agrega Ndour, fija en la selección tras sufrir Sancho Lyttle una grave lesión. “La ambición y la buena onda de este grupo es la clave de sus resultados”, añade una pívot que confía que la ilusión que genera el Mundobásket se transforme en “más apoyo para devolver a algún equipo canario a la élite, pues para las niñas es muy importante poder competir con las mejores y eso genera una inercia que sirve para enganchar a más gente”.

“Debemos aprovechar toda la energía positiva que desprende jugar con la afición a favor para sacar resultados positivos y, personalmente, me hace feliz que mucha gente que me quiere y vive cerca pueda venir a vernos”, explica una Astou que tras los Juegos de Río fichó por el Virtus Eirene (Italia), donde estuvo dos campañas a gran nivel. Y aunque el próximo curso jugará en Turquía, no descartar volver “algún día” a la liga española. Mientras, este verano repitió aventura WNBA, esta vez en las Chicago Sky, por lo que hace “un balance genial” de sus tres campañas en Estados Unidos. “Es la mejor liga del mundo y se nota en muchas cosas”, sentencia.

“Si ya me pareció una opción única jugar allí, sumar tres temporadas [60 partidos y 298 puntos en la liga regular] es maravilloso”, agrega un diamante que hace menos de diez años llegó a Canarias con 58 kilos y sin apenas saber jugar al baloncesto.

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