En la muerte de Antoñito Jorge y Gilberto: dos épocas del fútbol canario inolvidables, pero más éxito con el tinerfeño

Rafael González Morera

Las Palmas de Gran Canaria —

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Han muerto Antoñito Jorge y Gilberto I, dos jugadores de la UD de distintas épocas. En el caso de Antonio Jorge Padilla, “Antoñito Jorge”, nació el 9 de octubre de 1926 y fue uno de los primeros jugadores de la Unión Deportiva Las Palmas desde su fundación, jugando la liguilla contra el Marino y el Victoria en la temporada 1949-50 para el ascenso a Segunda División. Y marcó el primer gol de los amarillos en el partido disputado contra el Marino, al que venció Las Palmas por 2-1. Seguidamente Antoñito Jorge jugó la liguilla a Segunda División en la que participaron el Tenerife, Imperial de Murcia, Ceuta, Toledo y Melilla conquistando el ascenso la UD. Y a renglón seguido, en una fase de ascensos fulgurantes, Jorge participó en la que culminó con la victoria de la Unión Deportiva frente al Málaga dirigido por Ricardo Zamora en julio de 1951, y en la que participaron también el Real Murcia, Salamanca, Sabadell y Zaragoza. En la temporada 1950-51, en Segunda División, Antoñito Jorge debutó en categoría nacional frente a la Balompédica Linense a domicilio, ganando los amarillos por 1-3. Antoñito Jorge marcó dos goles y el otro lo hizo Peña. En esa ocasión también jugaron con Antoñito su hermano Ignacio, Montes, Beltrán, Juanono, Yayo, Peña, Vieira, Tatono, Cedrés y Tacoronte. En la temporada 1951-52 fue traspasado al Córdoba, en donde jugó dos temporadas, para luego fichar por el Artesano de su barrio de La Isleta, en el que estuvo militando hasta los 33 años. Antoñito y su hermano Ignacio eran dos “isleteros” amantes de su barrio y muy queridos por sus vecinos, y muy integrados luego en el Artesano, que desgraciadamente ha desaparecido.

Gilberto Rodríguez Pérez “Gilberto I” nació en Los Silos, Tenerife, el 4 de diciembre de 1941. Estaba jugando en el Silense de su pueblo cuando a Jesús García Panasco le informaron de la calidad de este jugador tinerfeño. Pero Gilberto I era tan tímido que no se quería venir a Las Palmas. García Panasco tuvo que viajar a Tenerife para convencerle y, en 1962, fichó con los amarillos. Debutó el 30 de septiembre de 1962 frente al Real Jaén, en el Estadio Insular, venciendo la Unión Deportiva por 1-0, con gol del debutante Gilberto I en el minuto 24 del primer tiempo. Ese día le acompañaron Oregui, Aparicio, Collar, Nelli, Tonono, Daniel Tacoronte, Juan Luis, Guedes, Vegazo y Germán, estando de entrenador Rosendo Hernández.

En la temporada 1963-64 participó en el tercer ascenso de la UD a Primera División, y en la brillante y decisiva victoria final sobre el Abarán en la cual venció el equipo amarillo por 0-3, con goles de Gilberto I, Guedes y Vegazo, siendo entrenador Vicente Dauder. En la temporada siguiente 1964-65 ya jugó en Primera División desde el primer partido de Liga, frente al Barcelona al que se venció por 2-1, con el inolvidable marcaje de Paco Castellano al húngaro Kocsis “cabeza de oro”, que apenas tocó un balón. Los dos goles amarillos en esa ocasión los consiguió Germán Dévora, hoy día flamante Presidente de Honor de la Unión Deportiva Las Palmas. En esa ocasión contra los azulgranas acompañaron a Gilberto I, Ulacia en la portería, Aparicio, Castellano, Tonono, José Luis, Correa, Guedes, Germán, Lizani y Vegazo. Gilberto I jugó en la Unión Deportiva hasta la temporada 1972-73, jugando hasta su retirada final dos años con el Tenerife. De Gilberto I, que evidentemente traté más que Antoñito Jorge, recuerdo su proverbial timidez, y en las ocasiones que le hice entrevistas había que sacarle las palabras con sacacorchos, y siempre me decía “pon lo que quieras, que vamos a ganar, y los detalles que te parezcan”. Tenía un tiro tan potente que en una ocasión marcó un gol en Córdoba rompiendo la red, y cómo no había VAR hubo poco menos que recurrir a “testigos presenciales” y al convencimiento final del árbitro Álvarez Martínez, y de la caballerosidad y deportividad del portero cordobés, García, que reconoció que el balón había entrado en la portería y se rompió la red, hechos que contaba mi compañero y jefe Antonio Lemus el 20 de octubre de 1968 en La Provincia, temporada en la que la UD se quedó en el tercer puesto tras Real Madrid y Barcelona. Al año siguiente Gilberto I y sus compañeros consiguieron ser subcampeones de la Liga española con Luis Molowny de entrenador.

Descansen en paz Antoñito Jorge y Gilberto I, y mi más sentido pésame a sus familias, amigos y jugadores amarillos.

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