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Boateng da la permanencia matemática a Las Palmas

Los jugadores de la UD Las Palmas, el delantero ghanés Kevin-Prince Boateng (i) y el centrocampista Roque Mesa, en el estadio de Gran Canaria. EFE/Elvira Urquijo A.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

La UD Las Palmas ya puede decir que estará otra año más en Primera de forma matemática, ya que hagan lo que hagan los rivales de abajo los amarillos no podrán estar en puestos de descenso en las cinco jornadas que quedan.

Los amarillos lo han conseguido ante 16.007 espectadores, una de las peores entradas de la temporada en el Estadio de Gran Canaria. Y con dos partidos de antelación más que en la pasada campaña, cuando hicieron efectiva la permanencia tras vencer en casa al Espanyol por 4-0 en la 35.

Kevin Prince-Boateng, con su décimo gol esta temporada, adelantó a los suyos en el minuto 44, tras recoger un gran pase en largo de Tana desde campo propio cuando el Alavés estaba en fase de ataque. El delantero germano-ghanés, con un ligero toque, superó de vaselina a Pacheco, que tocó la pelota con la punta de los dedos sin poder hacer nada para que acabase entrando en la red.

Hasta ese momento el partido había tenido poco que ofrecer al espectador. Las Palmas manejaba el balón la mayor parte del tiempo, con posesiones largas que llegaron a superar el 70%, ante un rival que en defensa juntaba mucho las líneas.

La pelota pasaba por los pies de los de amarillos por todo el campo, pero al llegar a la última línea de pase se frenaba y volvía atrás. La falta de Jonathan Viera, especialista en inventar en los metros finales, se notaba en un equipo que carecía de movilidad en el área contraria.

Sólo Jesé, con jugadas individuales, buscó la portería. Dos disparos desde dentro del área de Pacheco se le marcharon por ambos postes cada uno.

El Alavés utlizaba las bandas, sobre todo a través del físico de Theo Hernández, para buscar la contra rápida. O trataba de propiciar el error en la zaga amarilla con tímidas presiones altas. David García y Lizoain, que fallaron en alguna ocasión, no tuvieron que lamentarse demasiado.

Tras el descanso, los visitantes cambiaron la dinámica. Adelantaron la línea defensiva y aumentaron la presión, dándole otro ritmo al partido. Reviviéndolo del sopor de la primera mitad.

En una jugada por la banda de Macedo, con Halilovic en el suelo tras recibir un golpe en la cara, Ibai disparaba desde fuera del área y el balón acababa en el fondo de la portería de Lizoain ante la pasividad de todos. El árbitro, tras momentos de duda, al final acabo dando el gol del empate al Alavés, ya que Deyverson, en posición de fuera de juego en el momento del remate, interviene en la jugada molestando al guardameta amarillo.

La polémica despertó a la afición grancanaria y metió intensidad al duelo. Pero Las Palmas no supo sacar fruto en varias llegadas con ventaja, y el Alavés tampoco pudo obtener el segundo porque aunque dio sensación de peligro en todas sus maniobras.

Lizoain salvó una llegada de Romero en el minuto 84 metiendo una mano a ras de césped, y poco después Livaja, reincidente en su comportamiento y tras tres minutos en el terreno de juego, se autoexpulsó con una dura entrada a Marcos Llorente.

El Alavés no aprovechó la superioridad numérica y el partido acabó con protestas al árbitro por una caída de Jesé ante Ely en la última jugada del choque, en un posible penalti.

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