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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Quique Setién: “Las Palmas tiene jugadores que ven la jugada antes de que ocurra”

Quique Setién, entrenador de la UD Las Palmas

Rodrigo García

Las Palmas de Gran Canaria —

El entrenador de la UD Las Palmas, Quique Setién, asegura que en su equipo hay seis o siete futbolistas capaces de ver la jugada antes de que se produzca, y resalta que los buenos resultados obtenidos están reforzando una propuesta de juego que encaja con el perfil del jugador isleño.

En una entrevista concedida a Efe, el técnico cántabro señala, que lo más importante es haber convencido a los jugadores de su filosofía de fútbol, aplicada desde que se hizo cargo en la novena jornada de un equipo que estaba en puestos de descenso y sin rumbo definido y que, tras su reciente racha de resultados positivos, casi ha garantizado la permanencia en Primera.

De discurso pausado pero con un mensaje claro y directo, el preparador montañés, elegido mejor entrenador de la Liga BBVA el pasado mes de marzo, recalca que hay que distinguir siempre entre trabajo y resultados, sin obviar que lo segundo no solo consolida lo primero, sino que condiciona el devenir de los equipos.

¿Qué les dijo a los jugadores en octubre para hacerles cambiar su forma de jugar?

Lo que transmites los primeros días es muy importante para ganar credibilidad. Les dije que íbamos a tratar de jugar de una manera muy definida y que no iba a hacer caso de lo que hubiera pasado hasta entonces, que empezaba de cero con todos, que el que mejor estuviera es el que iba a jugar. Y les pedí el compromiso y la honradez profesional para trabajar al máximo y rendir.

Luego, necesitas tiempo para todo, porque les puedes decir muchas cosas a los jugadores, pero la credibilidad uno se la gana al comparar lo que dice y lo que hace. Yo siempre lo he tenido claro: tengo una propuesta e interpreto el fútbol de esa manera.

Al principio tuvimos alternancia, porque ganábamos, empatábamos, perdíamos... pero el equipo empezó muy pronto a transmitir buenas sensaciones. Luego empiezas a meter goles, a ganar, a defender mejor, hasta que alcanzas una racha como la que llevamos, que es impensable. También cuenta la suerte, que en este deporte muchas veces influye en un porcentaje alto. De otra forma, es imposible que un equipo como Las Palmas gane seis partidos de siete.

Usted debutó en casa contra el Villarreal y entonces confesó que aspiraba a que algún día Las Palmas jugase como el equipo castellonense. ¿Se ha llegado a alcanzar ese nivel?

El Villarreal es muy buen equipo, pero tiene algunas diferencias con respecto a nosotros en cuanto a juego. Pero si hay que jugar como lo hace algún equipo, todos tenemos como referencia al Barcelona. No como ellos, porque nosotros empezamos con dos medios centros, y luego las circunstancias -lesiones- nos obligaron a cambiar, pero sí en cuanto a los conceptos: convencer a los futbolistas de que el balón no se puede rifar, que hay que jugarlo rápido, que no se puede retener en zonas determinadas del campo para evitar el repliegue del rival, o que deben buscar los espacios o tener personalidad en zonas comprometidas.

Dijo en una entrevista que hubiera dado un dedo meñique por jugar en un equipo dirigido por Johan Cruyff.

Sí, la forma de jugar del Barcelona ha ido evolucionando con los sucesivos entrenadores, pero el concepto siempre ha sido el mismo desde entonces. Me hubiera encantado estar en un equipo que jugase al fútbol como los hacía jugar él. Su desaparición nos ha causado una tristeza enorme, es ley de vida, pero nos queda un gran legado. Era un hombre con una personalidad extraordinaria y para mí fue una referencia en todos los sentidos.

También nos ha dejado este año otro entrenador importante para usted, como Nando Yosu.

Sí, era una gran persona y un gran entrenador, a su manera, muy diferente a Cruyff. Fue quien me dio la oportunidad de jugar al fútbol, de hacerme profesional, de meterme en este mundo. Siempre he tenido un balón entre los pies desde pequeño, y haber podido vivir del fútbol es lo máximo para mí. Él me dio ese empujón que todo el mundo necesita en un momento determinado.

De aquel fútbol que se practicaba en los años ochenta cuando usted era jugador, ¿qué ha cambiado al de ahora?

Todo. Para empezar, antes no había un preparación física como la actual. Ahora los futbolistas son robots, están fuertes y se juega a mucha más velocidad. Los conceptos entonces eran totalmente diferentes. La táctica se ha perfeccionado mucho, los jugadores ya no salen al campo a ver qué pasa, hay mucho trabajo detrás, mucho conocimiento previo. El nivel de profesionalismo es tremendo y no tiene nada que ver con el de antes.

¿Y del fútbol actual de Segunda al de Primera también hay un escalón grande?

Sí, también hay un salto. Con el Lugo estuve en Segunda B, ascendimos a Segunda, y ya había una diferencia considerable, como la hay con respecto a Primera. Aquí los futbolistas tienen otro nivel físico, piensan más rápido y mejor. En nuestro caso, por ejemplo, tenemos seis o siete jugadores que ven la jugada, la ejecutan rápido, tienen una agilidad mental con la que intuyen las cosas, porque antes de que se produzcan ya las han visto, y esto es importante para que un entrenador como yo pueda estar destacando ahora, pero es gracias a ellos.

Sin haber entrenado en Primera, ¿cree que el club arriesgó con su contratación estando Las Palmas en puestos de descenso?

Las categorías son indiferentes, lo único que quizá hay que saber gestionar es el entorno, la presión mediática que pueda haber en unos clubes con respecto a otros, pero cuando un entrenador lo hace bien en Segunda B, seguramente es un buen entrenador, y no por los resultados, sino por el trabajo que puedas desarrollar.

Cuando fui director deportivo del Racing de Santander (2003), la decisión más importante que debí tomar fue la elección de un entrenador, y puse al del filial, Manolo Preciado. Le di la oportunidad de entrenar en Primera y demostró que era muy bueno. Hay que ver el trabajo, no los resultados.

Hablando de resultados, ¿en qué partidos el equipo ha merecido más, y en cuáles menos de lo que ha logrado?

Ha habido partidos muy equilibrados. Por ejemplo, en Valencia en la primera vuelta (1-1) tuvimos que ganar claramente porque generamos muchas ocasiones y jugamos mucho mejor que el rival. Y no ganamos. Fue un reflejo a la inversa de lo que nos ha ocurrido el pasado lunes en La Coruña. El equipo jugó bien la primera parte, mucho mejor que el Deportivo, pero sin crear peligro. En la segunda ellos apretaron, pero el fútbol es caprichoso, porque ese partido era de empate o incluso lo podíamos haber perdido. Y ganamos 1-3.

En el momento actual de sus jugadores, ¿cree que alguno podría ir a la selección española?

Quizá lo que les falte a estos futbolistas es un poco de experiencia en competiciones de alto nivel, como las europeas. Hay jugadores que por su calidad técnica y física podrían compararse con algunos de los que están jugando en la selección. Tana, Jonathan Viera o Momo son muy buenos y no tienen nada que envidiar a los que están ahí, pero no están acostumbrados a competir en partidos con esa responsabilidad y tensión.

El equipo está en el mejor momento de la temporada y va en línea ascendente, pero queda un solo mes de competición. ¿Le gustaría que quedasen más jornadas?

No (sonríe). Ahora todos lo vemos muy bonito, disfrutamos mucho, pero esto ha sido muy duro. Son casi seis meses los que llevo aquí y, para llegar donde estamos, ha habido mucho trabajo detrás y muchas noches en vela. Lo das todo por bien empleado porque sabíamos que esto no iba a ser fácil. Lo importante ahora es conseguir el objetivo, terminar bien y tomarnos unas vacaciones.

Tiene la renovación pactada en el contrato si el equipo logra la permanencia en Primera. ¿Seguirá la próxima temporada?

Mi intención es quedarme, estoy muy a gusto aquí, pero necesitamos mantener unas conversaciones porque tengo mi manera de ver las cosas y el club, también, aunque creo que no habrá ningún problema para entendernos y que pueda continuar un año más. Estuve seis años en Lugo y cada año tuve la oportunidad de marcharme a equipos mejores, y no lo hice.

Lo que para algunos es importante, para mí no. Los resortes que mueven mi vida son diferentes. Ya tengo un coche que me lleva y me trae y no necesito otro, ni vivir en una casa más grande. Quiero ser feliz, estar a gusto, no es una cuestión de dinero, ni de poder. Mi idea es llegar a un acuerdo con el club en todo, pero hay muchas cosas que hay que planificar, para anticiparnos al futuro.

¿Sigue manteniendo la idea de trabajar con una plantilla corta?

Sí, hasta 22 jugadores está bien, dos por puesto, y con la idea de promocionar a la gente joven. Esta tierra tiene una cantera de futbolistas extraordinaria, queremos darles paso para que se integren en el primer equipo. Van a tener que salir algunos jugadores de los que ahora están aquí y en pretemporada también veremos a los cedidos que volverán.

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