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El Tenerife pierde la pegada y solo empata frente al Huesca

El banquillo del Tenerife se lamenta por una ocasión fallada

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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De vuelta a la Liga contra los equipos bien armados, el Tenerife no tuvo frescura ni pegada para imponerse al Huesca. Sacó otro empate insípido en el Heliodoro después de un ejercicio noble en el que sobró fe y faltó épica cuando más lo reclamaba. Ordenado, pero igual de estéril, el 0-0 de este viernes tampoco sirvió al Huesca, salvado virtualmente semanas atrás y sin otro objetivo que guardar el decoro y hacer penitencia por una mala elección veraniega de técnico hasta que acabe mayo.

El equipo de Ramis se guardó una hora de perder el sitio, corrió y corrió obligado por la basculación de su rival hasta agotarse sus medios, no encontró fútbol por los pasillos interiores, se fio a lo que dieran las llegadas por los flancos de los laterales y por esa vía no generó un remate limpio –o una vuelta a campo abierto– para Enric Gallego. Y cuando se encontró con las contras, asomó el sinsentido de que las condujera Mario, las frenara Elady o mal definiera la mejor Andrés, lejos de la chispa mostrada en febrero. Se intuía un partido espeso y acabó por ser una noche empecinada en que nadie marcara.

El resultado solo tiene de positivo el punto –si es que se ve el vaso medio lleno–, pero arroja otra vez la duda de la verdadera capacidad del Tenerife para manejarse como local en citas donde la trascendencia de lo que se pone en juego –o las condiciones del visitante– le generan una presión añadida. El caso práctico de hoy era la séptima oportunidad del curso para enlazar tres victorias consecutivas y a estas alturas, tiene poco de casual que no alcanzara esta meta parcial. Imaginarse un play-off a todo o nada con este balance comienza a preocupar.

El primer acto del Tenerife se describe con un empeño mal entendido de no arriesgar lo mínimo a perder el sitio cuando tenía la pelota, demasiado previsibles los volantes –cuando no incapaces de ocupar espacios–, demasiado lejos Corredera de la zona de producción… casi todo se redujo hasta la pausa en la poca agitación que supuso que los centrales caminaran –así le dicen ahora– para conducirla jugada quince metros y generar superioridad con un pase largo al lateral adelantado.

Con algo tan simple, y tan mal visto en este fútbol en el que el riesgo está definitivamente proscrito, generó el Tenerife alguna caída de Mellot y Álex Muñoz para que se entendieran con Bermejo o Mollejo. Lo demás fue pelota larga para los delanteros para explorar la segunda jugada. El conjunto, media parte insulsa a la vista y especialmente cómoda para el Huesca, mejor proyectado cuando se desplegaba a la búsqueda de lo que pudieran darle Marc Mateu o Seoane, aunque lo único citable fuera un tiro lejano de Timor (m.33) rechazado por Soriano y un pase de Andrei al área chica que no cazó Escriche, libre de marca.

De regreso de la pausa, Pomares suplió a Álex Muñoz por las molestias del lateral alicantino y el Tenerife firmó un cuarto de hora inicial en el que encerró al Huesca sin más premio que un tiro libre cerquita de la frontal (m.47) en el que Elady probó a Andrés Fernández. Luego, un centro al área para una volea de Sergio que sí obligó al portero (m.63). Y en la puerta de Herradura, otro golpe franco, ahora obra de Timor (m.89), fácil para Soriano.

Para entonces, el Tenerife había renunciado a otro plan que no fuera coger al Huesca a la contra, pero cuando se fabricó una espléndida (m.78) a partir de un robo y mejor control de Pomares, la condujo Mario y asistió a Andrés para que resolviera con un remate impropio.    

Para entonces, también, había vuelto a la actividad –es un decir– Michel, que en este tramo del curso está, a lo que se va, para calentar y no devolver un mal aplauso al público. En cinco minutos, le dio para sacar dos faltas laterales –es otro decir– que con una mejor actitud igual habrían dado para un remate a la épica. Antes, estas crisis sanaban en la grada. Ahora, o no se reconoce la patología o estamos ante un tratamiento de rehabilitación experimental no explicado.

Michel jugó porque andaba Larrea sancionado y porque no conviene comprometer a Javi Alonso para una misión de riesgo como contribuir a defender durante cinco minutos finales un 0-0. Siendo cierto que tanto espíritu precavido ha llevado a este Tenerife –junto a otras virtudes mayores– a ser un candidato a la promoción, casa mal con su condición tanta aversión mal entendida al riesgo.

(0) CD TENERIFE: Soriano; Mellot (Moore, m.89), Sergio, José León, Álex Muñoz (Pomares, m.46); Mollejo, Corredera (Míchel, m.89), Aitor Sanz, Bermejo (Mario González, m.76); Elady (Andrés, m.76) y Enric Gallego.

(0) SD HUESCA: Andrés; Andrei, Pablo Insua (Pulido, m.46), Miquel, Florian Miguel; Seoane, Timor, Mosquera (Mikel Rico, m.74); Gerard Valentín (Joaquín, m.64), Escriche (Gaich, m.64) y Marc Mateu (Martínez, m.85).

ÁRBITRO: Víctor García Verdura (Comité catalán). Amonestó a Aitor Sanz (m.65), Mollejo (m.88) y Pomares (m.88) y a los visitantes Pulido (m.46), Antonio Calle (segundo entrenador, m.47), Marc Mateu (m.77), Andrei (m.81), Miquel (m.89) y Florian Miguel (m.90+2).

INCIDENCIAS: Partido de la 37ª jornada de LaLiga SmartBank 21-22, jugado en el Heliodoro Rodríguez López. 11.970 espectadores. 

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