La “millonada” que piden las futbolistas

Reunión de la AFE de comienzos de octubre.

ACAN

Santa Cruz de Tenerife —

Las futbolistas españolas iniciarán a mediados de noviembre una huelga indefinida tras el fracaso el lunes pasado del acto de conciliación con la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino. El paro comenzará el fin de semanal del 16 y 17 de noviembre. Quedan al margen los entrenamientos, los encuentros de la Champions y de la selección española.

Y se preguntará usted, ¿qué piden las jugadoras que les ha llevado a convocar una huelga indefinida? Pues, entre otras demandas, una jornada laboral de 35 horas, un salario mínimo de 16.000 euros con una parcialidad laboral del 75%. Además, inclusión del protocolo de embarazo, maternidad y lactancia, más ayuda a la maternidad de 600 euros. Al margen de 30 días de vacaciones naturales, de los cuales 21 serán en verano de forma consecutiva.

Las peticiones también tienen que ver con otros aspectos, como revisión salarial, plus de antigüedad o cobertura en caso de muerte o incapacidad. Se pide lo que recoge en el Estatuto de los Trabajadores.

La AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) lleva 13 meses intentando cerrar un acuerdo con la patronal, pero sin éxito, lo que ha llevado a la huelga.

“El convenio de la igualdad”, como lo ha definido la AFE, es una vía para conseguir unos mínimos y convertir a las jugadoras en profesionales, aunque sea solicitando unas condiciones propias de mileuristas.

Mientras, la patronal oferta 8.000 euros anuales y asegura que llegar a los 16.000 que pide la otra parte haría desaparecer a ocho equipos de la máxima categoría, pues no podrían afrontar tales pagos. Los más afectados, aquellos que no compiten bajo el paraguas de alguna institución masculina que milite en el fútbol profesional.

El fútbol femenino en España no ha parado de crecer en los últimos años, pero esa creciente popularidad no se ha visto refrendada con unas condiciones mínimas de trabajo para sus protagonistas.

Lo del falso apoyo al balompié femenino, vistas las demandas, viene de viejo. En el año 2010, hace ya casi una década, la Real Federación Española de Fútbol creó la denominada Superliga, una competición que tampoco era profesional. Entonces se demandó que se incluyesen partidos de esta liga en la quiniela como fuente de ingresos, pero no se hizo.

Entonces, y ahora también, las jugadoras de la máxima categoría compartían la práctica deportiva con estudios o trabajos. Esta es la realidad que se quiere cambiar en un deporte que practicado por mujeres ya se retransmite por televisión, que llena estadios y que los partidos de su selección se incluyen en los carruseles radiofónicos.

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