El Cabildo de Tenerife trabaja en la recuperación de dos especies vegetales endémicas en peligro de extinción
El Cabildo de Tenerife ha puesto en marcha un proyecto de investigación para contribuir a la mejora del plan de recuperación del Pico de El Sauzal (Lotus maculatus) y del Pico de Paloma (Lotus berthelotii), dos especies vegetales endémicas de la isla declaradas en peligro de extinción.
Los trabajos consistirán en la detección y análisis de la diversidad genética existente en los ejemplares que sobreviven en la actualidad para elaborar propuestas de actuación destinadas a incrementar el tamaño poblacional de este tipo de vegetación.
La propuesta impulsada por el área de Medio Ambiente incluirá cruces controlados de ambas especies y la propagación vegetativa de ejemplares de interés, desde el punto de vista de la genética de la conservación.
También se realizará una labor previa de recolección e identificación de muestras a través de la geolocalización por GPS.
Las muestras vegetales consistirán en brotes internos, de unos tres centímetros de largo, por lo que el daño sufrido por la planta será mínimo en relación al valor informativo que podrá aportar al estudio.
Tras la purificación del ADN aislado de células y tejidos se aplicará una técnica analítica novedosa que ha resultado ser eficaz en la detección de variación genética de estudios similares.
El número de ejemplares de Lotus maculatus ha permanecido bastante estable desde su descubrimiento en 1973, cuando se contabilizaron unos 30.
Hasta el momento no se han detectado clones entre los ejemplares analizados, lo cual indica que todos ellos son resultado de la reproducción sexual. Este hecho contribuirá a las posibilidades de supervivencia de la especie a largo plazo.
En el caso del Lotus berthelotii, los ejemplares cuya composición ha sido determinada por la intervención humana cuentan con una variación genética muy baja y esta situación hace que la población sea especialmente vulnerable y susceptible a la extinción.
No obstante, el Cabildo logró este año trasplantar 18 ejemplares a macetas en el vivero del Centro de Recuperación de La Tahonilla, un avance fundamental para su supervivencia.
