El consumidor pagó en marzo casi el doble de lo que recibió el agricultor por productos frescos en Canarias

Mercado de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Los datos del mes de marzo recogidos por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Canarias muestran que el consumidor pagó por frutas y hortalizas frescas casi el doble de lo que recibió el agricultor, es decir, lo que el profesional del campo de las islas comercializó a un euro por kilo se terminó comprando por el cliente final a un valor de 1,91 en los supermercados o las tiendas.

La cifra la extrae COAG de su Índice de Precios de Origen y Destino (IPOD) correspondiente a marzo, donde refleja el valor de 17 frutas y hortalizas tomando como referencia el precio fijado en Mercalaspalmas y Mercatenerife o en las grandes superficies y que suele recopilar durante la tercera semana de cada mes. Aunque el último panel elaborado no ha incluido a la ganadería, ante “las excepcionales circunstancias” generadas por la crisis derivada de la COVID-19, que “han imposibilitado la recogida de datos fiables de las carnes en destino”.

Sin embargo, el diferencial promedio es bajo en correlación a la serie histórica. De hecho, la tendencia es a la baja desde octubre de 2019, cuando fue de 2,74 puntos porcentuales de media y, en comparación al mismo mes de 2019, el descenso es de 0, 90. Esto se explica, según el técnico de COAG, Miguel López, por dos motivos: uno es por el descenso de la demanda debido a la “situación atípica” que llevó al cierre de hoteles y zonas de restauración y otro es por el “factor estacional”.

En comparación al mes de enero, el precio ha descendido en 11 de los 17 productos analizados por COAG, entre los que destacan el calabacín (que bajó de 2,69 a 1,29 euros); el puerro (-0,74) o el plátano (-0,58). Por contra, los consumidores pagaron más por la judía verde (que casi ha doblado su valor hasta los 2,28 el kilo), la acelga (1,97 euros más) o la zanahoria (de 2,65 a 3,34), tres de los seis productos que han incrementado su precio.   

Por su parte, el profesional del campo pasó de recibir un poco más de dinero en 13 de las 17  frutas y hortalizas analizadas por la organización de enero a marzo: el plátano (de 0,58 por kilo a 0,70); la cebolla (de 0,79 a 1,21) o la papa (0,92 a 1,16) -un producto que en los lineales subió a 1,50- fueron los más significativos. Y aquellos dedicados al cultivo de calabacín (-1,98), judía verde (-0,51), tomate (-0,10) o berenjena (-0,08) han cobrado menos al comercializar su producto respecto al primer mes de 2020.

Así, las frutas y hortalizas que mayor diferencia de valor porcentual entre origen y destino experimentaron en marzo fueron la acelga, con un pago al agricultor de 0,88 euros el kilo, mientras que para los consumidores estaba en los lineales a 2,38, y la judía verde, multiplicó por tres su precio en su paso del campo local (2,31 euros) a las estanterías de los supermercados (6,98 euros). El tercer producto agrícola con mayor diferencial, de 2,87, fue el calabacín, por el que los clientes pagaron 1,29 euros, mientras que los productores hortícolas de las islas solo ingresaron 0,45 euros el kilo.

Sin embargo, lo que muestran los datos de COAG en conjunto es un un menor diferencial entre los precios en origen y de destino respecto a otros meses, según López, quien añade que otra causa de este escenario es el factor estacional: “La serie histórica del IPOD indica que esto suele darse de octubre a marzo, durante el otoño y el invierno, porque los días son más cortos, las producciones tardan más tiempo en salir y, por ello, hay menos frutas y hortalizas de las Islas en el mercado en comparación a primavera o verano”.

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