Las presiones canarias no surten efecto y toda la cuota restante de atún blanco de 2018 se consumirá en el Cantábrico

Descarga de atunes en la dársena pesquera del puerto de Santa Cruz

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

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Se acabó. Las esperanzas ya eran pocas la semana pasada, pero, a día de hoy, son nulas, inexistentes. Canarias, pese a intentarlo a la desesperada ante Madrid y solicitarlo por varias vías oficiales, no dispondrá de más opciones para la pesca de atún blanco (o bonito del norte, la especie Thunnus alalunga) en lo que queda de año.

La cuota nacional para las capturas de ese túnido este 2018 (con 15.015 toneladas al año no regionalizadas, lo que sí ocurre con el atún rojo, la otra especie que se pesca con limitaciones) se terminará de consumir en el mar Cantábrico, con la costera del bonito (gallegos, asturianos, cántabros y vascos), y ello ya solo posibilitará que la flota artesanal canaria vea pasar ese cardumen a su regreso hacia los trópicos. Y lo peor: esto lo hará sin poder realizar capturas, porque entonces ya no habrá derechos para hacerlas. Sin duda, un enorme problema que agrava las pérdidas de la campaña en curso.

La cuota de bonito del norte estará finiquitada este jueves a las 24.00, tras el Ministerio de Luis Planas (con competencia en pesca) descartar el cierre de precaución avisado para el sábado pasado y solo plantear ahora una clausura definitiva el citado día.

Tras esta decisión, sí o sí, Canarias se queda sin más atún blanco, no sin nada en el balance del año, sino sin capturar más, pues en el proceso migratorio de esta especie ya algo se pescó cuando se dirigían los atunes blancos hacia el norte de España. La flota isleña se queda sin las capturas de vuelta, que mucha falta hacían para salvar la zafra de este año y para lo que se había pedido una subcuota de 1.600 toneladas (en torno al 10% del total año).

Así están las cosas en la actualidad, además en una campaña que es ruinosa por la caída en las capturas de la otra especie que más se descarga, de las que tienen alto valor, en las islas por los artesanales: la tuna, bigeye o Thunnus obesus. Esta pesquería se ha visto dañada en las islas por la acción de cerqueros industriales al sur de Canarias, donde han bloqueado el paso de ese atún hacia el norte.

Tal y como han confirmado los pescadores locales, las capturas de tunas son algo más intensas en estos días, pero en ningún caso se parecen a los niveles logrados en años muy buenos, como fueron 2017 y 2016.

Tras confirmarse el cierre de la pesquería del atún blanco este año durante la costera del bonito, a Canarias solo le queda una opción muy difícil para poder llevar a las bodegas de sus bermeanos algún bonito del norte más.

Posible intercambio de derechos con Portugal

Esta opción consiste en que España negocie con algún estado miembro, y se ha hablado de Portugal, un intercambio de peces; esto es, España concede derechos para que un país pueda capturar especies que le sobran y Portugal, o bien otro país, traspasa toneladas de atún blanco no capturadas dentro de su cuota nacional.

Esta posibilidad ya se ha planteado, pero hay dudas de que, si se consumara, no solo fuera para que la flota del norte siga pescando en aguas del Cantábrico el nuevo atún blanco.

En relación con esta misma cuestión, el viceconsejero del Sector Primario canario, Abel Morales, dio por hecha esa solución y confió en que en ese intercambio, que reconoció con Portugal, Canarias acceda a nuevos derechos para la captura atún blanco en lo que resta de ejercicio. Así lo aseguró en una intervención realizada en una radio local.

En 2018, el ICCAT aprobó una tasa admisible de capturas (TAE) para la Unión Europea (UE) de 33.600 toneladas, de las que prácticamente el 50% se convirtieron en cuota española, con 15.015 toneladas. En una campaña como la de 2017 o 2016, las islas capturan, más o menos, entre 3.000 y 4.500 toneladas de esa especie de túnidos. Este año, ese nivel está muy pero muy lejos lo logrado por ahora.

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