Somos agua

Antes que nosotros nació el planeta tierra, formado por un 75% de agua. Y toda la vida nació en el mar. Cuentan los científicos que una de las primeras especies de animales invertebrados que nació en el mar y sigue existiendo se llama “aguaviva”, con ese nombre sobrevivió 500 millones de años a la evolución de las especies que nos contó Charles Darwin.Dentro de la misma especie también hay otras guerras de las que no habló Darwin. La última guerra entre Israel y el Líbano escondía la pretensión del gobierno judío de controlar el agua, también en Palestina se disfraza de religioso un conflicto por el agua.

En Canarias Fray Juan de Abreu Galindo dejó escrito que la población prehispánica agitaba sus ramas implorando a los dioses que mandaran agua para sus cultivos. Cinco siglos después en Las Palmas de Gran Canaria la última etapa democrática nació en la calle cuando los vecinos reclamaron su derecho al agua. Después de esa lucha que se llamó “la guerra del agua” llegó la vergonzosa privatización del agua realizada por el gobierno municipal. El último capítulo de esta guerra en la ciudad fue la corrupción por el agua, hablo del caso que tiene como nombre Isolux pero no diré el apellido porque no tengo ganas de sentarme en el banquillo de los acusados para escuchar al señorito denunciador llorando lágrimas de cocodrilo mientras le cuenta al juez que pierde mucho dinero por trabajar para todos nosotros. Esa desagradable experiencia la dejo para mi jefe. Lo siento, Carlos.

La batalla del Ebro fue uno de los momentos más duros de la guerra civil española, las tropas republicanas de Juan Modesto y los soldados del bando fascista del general Yagüe tiñeron de sangre el río. Hoy sigue la batalla por el agua del Ebro y otros ríos, Cataluña, Valencia y Aragón se pelean por el agua, aunque sin sangre. Junto al río Ebro nació y se desarrolló la ciudad de Zaragoza. Su ayuntamiento decidió montar la Exposición Universal “Agua y desarrollo sostenible”. Aquí todos vienen a presumir de su agua, aunque algunos utilizan el agua como excusas y venden sus paisajes y atractivos turísticos como en FITUR. De todas formas prefiero una exposición que una guerra. Cuentan en esta Expo Internacional que el problema del agua no es su escasez, sino cómo se gobierna, se malgasta en los países ricos y se malreparte este recurso natural. Lo mismo que ocurre con el hambre, sobran alimentos y recursos, pero los gobiernos de los poderosos prefieren distribuir armas que alimentos, la industria de la guerra cotiza en bolsa. Sabíamos que no hay razones para que muera la gente de hambre, en esta exposición comprobamos que tampoco hay motivos para que nadie muera de sed. Este lunes El Correíllo navega por las aguas de El Ebro y atraca en la Exposición de Zaragoza para hablar del agua. Este artículo es sólo el principio de nuestro viaje?

Juan García Luján