Es oportuno un recordatorio pedagógico. El capítulo que acabamos de cerrar arranca de 1999. Existía el compromiso de que don Olarte fuera candidato de CC en las elecciones de ese año. Pero lo impidió el conchabo de Mauricio y los áticos. Para éstos, anacrónicos como ellos solos, don Olarte encarnaba al peligroso enemigo canarión en la estela de Matías Vega y Mauricio quería destruir el centrismo para controlar CC Gran Canaria. Así que apuñalaron a don Olarte proponiendo la candidatura de Adán con el propio Mauricio. Don Olarte maniobró a la contra y acabó Román de presidente.Mauricio no perdonó a Román. Lo hostigó durante su mandato a favor de la opción ática de Adán: así comenzó a fraguarse la ruptura de CC de la que salió Nueva Canarias (NC). Este sector le había dado a Mauricio los votos al Congreso; pero no le importaba perderlos pues pensaba sustituirlos con los procedentes del PP en la rumoreada upenización: debía quitarse ya la careta y sabía que los hoy de NC no aceptarían la vinculación de la política y los grandes negocios que caracterizó la legislatura adánica y que entusiasmaba al ex macho. Los resultados de tan enriquecedora experiencia a la vista están.Mauricio y Soria planearon dominar Gran Canaria, con la anuencia de Adán, mediante el control del Puerto, de la Caja, de la Cámara de Comercio, etcétera, el apoyo de los grandes empresarios y unas relaciones con los medios que les evitaran las pedradas. Por eso la feroz persecución a CANARIAS AHORA.El tándem iba lanzado cuando ocurrió lo inesperado: Zapatero ganó las elecciones de 2004 y Soria se quedó sin el respaldo de Madrid, su principal aportación al conchabo. Lo que siguió es de ayer mismo.Ahora ATI-CC aparece atrincherada en el Ayuntamiento santacrucero, en el Cabildo tinerfeño y en La Laguna. Y necesita lo que hemos dado por muy probable desde hace meses: que Paulino sea presidente con el apoyo de Soria para parar a López Aguilar, la nueva bicha del insularismo ático. En ésas estamos.