Alarma por el empleo en el turismo por Rosa Marrero Rodríguez

Según la Estadística de Empleo Registrado que publica regularmente el Instituto de Estadística del Gobierno de Canarias, había en marzo 102.437 puestos de trabajo en el sector de hostelería. Se distribuyen de forma irregular según islas, con un 11% en Lanzarote, el 9% en Fuerteventura, el 36% en Gran Canaria y el 41% en Tenerife, quedando el resto para las tres islas más occidentales. Si se perdieran 50.000 puestos de trabajo, el verano habría acabado con aproximadamente la mitad del empleo que hay en la actualidad en este sector. No es creíble. Es como si Gran Canaria o Tenerife perdieran todo el empleo de hostelería en un verano.

Siendo muy preocupante la actual situación, quizá deberían realizarse declaraciones más acordes con el transcurrir real de los acontecimientos. Es cierto que el nivel de ocupación de los hoteles y apartamentos era menor en mayo de este año que en el mismo mes de 2008 (el grado de ocupación hotelera fue en mayo de 2008 del 59% y 51% en 2009; y en apartamentos se ha pasado del 36% al 28% - el último dato que publica el Instituto Nacional de Estadística es de ese mes-). Pero un descenso del 8% en la ocupación media creo que no permite aventurar un descenso del empleo del 50%. Así mismo, hay que considerar que se ha producido desde mayo de 2008 a mayo de este año un descenso del 26% en la entrada de pasajeros procedentes de aeropuertos nacionales (no residentes canarios); dicho descenso ha sido del 18% para el caso de los turistas extranjeros.

Un descenso medio en la ocupación del 8% y de la entrada de turistas de un 22% aproximadamente no justifica las declaraciones que afirman tan alta destrucción de empleo. Y esto me lleva a subrayar la frecuencia con que algunos actores sociales (pero también los periodistas) suelen magnificar los problemas, más que molestarse en presentar una visión objetiva de los mismos; esto conduce a titulares sensacionalistas, y no a una aproximación contrastada y razonada de los hechos. Quizá, sólo quizá, pudiera darse el caso de que los empresarios estén aprovechando esta difícil coyuntura para apretarle más las clavijas a los trabajadores y realizar más exigencias en horas de trabajo, implicación laboral y rebajas salariales?

Profesora del Departamento de Sociología Universidad de La Laguna.

Rosa Marrero Rodríguez *