Alcaraz, el faycanismo y las sensibilidades de la política

Telde, cuarto municipio del archipiélago, centenaria en sus orígenes y cuna de Faycanes, también es famosa por sus peculiaridades socio-políticas. No debemos de olvidar que El Corredera, símbolo para muchos de la lucha contra el franquismo, era hijo de Telde, y también pasó a la historia por ser el último reo ejecutado a garrote vil. De la misma forma, pudiera presumir de tener al vecino que más años ha ocupado el sillón de la alcaldía, desde que la democracia resucitó entre nosotros. Quizás esas peculiaridades pudieran haber generado cierto caldo de cultivo en torno al actual alcalde Francisco Santiago, poniendo a flor de piel sensibilidades que, en la política, no deberían tener cabida; pues unos le idolatran, quizás con sus razones, otros aprovechan cualquier resquicio para sacar “lasca” de las palabras que se puedan pronunciar, y los terceros, querer “pescar” en un hipotético río revuelto que, por contaminado, no desovan las truchas. Por ello, creo oportuno que sean los lectores, ciudadanos anónimos, para que analicen lo que el candidato a la alcaldía dijo en su intervención y que cada uno saque las conclusiones que consideren oportunas.

Decía Alcaraz entre otras cosas: “Telde tiene que dar carpetazo al faycanismo”. Para muchos, las intenciones del candidato del PSC, son las de “enterrar” la causa abierta. Competencia de las que carecen los políticos, a pesar de que por el “paladín” de la lucha contra la corrupción. D. Mariano Rajoy, es el gobierno, y no el Poder Judicial, el que tiene exclusivas competencias en la materia.

Otro significativo número de ciudadanos y ciudadanas ven en sus palabras una sibilina forma de que la trama del faycan siga latente en la memoria de los votantes teldenses. Sorprende que aún queden en el municipio vecinos que hayan olvidado los vergonzosos días que vivieron, con el desagradable espectáculo de ver a hombres y mujeres en los que se había depositado la confianza en las urnas, salir esposados de sus domicilios. Muchos son los que aún claman contra la lentitud de la justicia, a los que personalmente les doy la razón, tanto por el hecho en sí, pero también poniéndome en el lugar de los afectados, que siguen cargando con esa cruz, a pesar que ya sólo quedan imputados, pendientes de enjuiciamiento..

Otro pasaje de la intervención de Alcaraz que también ha herido la sensibilidad de muchos, que ven en sus palabras una “extensión” de los vicios más allá de de la etapa 2003/2007 es: “Enfermedad política muy grave que tiene antecedentes y que ha tenido graves consecuencias. No surgió espontáneamente, no surgió de la nada, surgió de un caldo de cultivo que existía y lo propició”. Voces interesadas ven en sus palabras, una velada insinuación a otros periodos municipales; algo insólito, toda vez que a pesar de que José Alcaraz lleva muchos años en la política activa, tanto en el Parlamento Autonómico como en el Senado, y compaginados con cargos orgánicos dentro del PSC-PSOE, Telde no ha vivido similares escándalos, antes de los que él ha venido en llamar “faycanismo”.

Sin que tenga intención de recordar tristes acontecimientos, no deberíamos olvidar que hubo una etapa en el Cabildo Insular en la que se propició de forma descarada el enchufismo de personal vinculado a nuestro municipio que levantaron muchísimas sospechas y cuyas listas estuvieron circulando por todos los partidos del arco político de Gran Canaria, así como una mala praxis política en los Servicios Socio-Sanitarios, que propiciaron el desvío de alimentos y material higiénico y sanitario de los Centros dependientes de la Corporación Insular y que, por respeto a los ausentes, voy a obviar, y de cuyos episodios sí que tiene referencias el candidato, y a los que probablemente se refería al hablar del pasado reciente.

No está José Alcaraz, por la labor de crispar, no son ni sus modos, ni su forma de practicar la política. Recordemos aquí y ahora, que fue el diputado que defendió ante la Cámara Autonómica a que Telde fuese incluida entre las Grandes Ciudades del Estado Español; a pesar que el documento presentado por el P.P. y conocido por la mayoría de los ciudadanos de Telde, era una auténtica chapuza. Alcaraz le defendió, como sí de una propuesta del PSC fuera.

Para concluir hago un llamamiento a la calma. No elucubremos con los discursos, no saquemos de contexto las palabras. La experiencia nos ha enseñado que no hay campaña electoral que no cree tensiones; pero va siendo hora que la madurez política de unos y otros nos permitan asumir las mismas, como un “juego” más de la contienda política. Aún queda por visualizar lo más interesante: Los programas, las propuestas y observar quienes tienen los pies en el duro suelo y quienes hacen brindis al Sol. El 22 de mayo, los ciudadanos nos darán o quitarán la razón. Esa es la grandeza de la democracia.

Antonio Ortega Santana