Antonio Morales y la autocrítica en Nueva Canarias

Viendo los resultados electorales por municipios de Nueva Canarias se puede comprobar que los datos más positivos están en Agüimes y Santa Lucía donde mantienen la mayoría absoluta aunque con bajada de votos después de dos décadas en el poder municipal, y en Valsequillo recuperaron la mayoría absoluta. En Las Palmas de Gran Canaria lograron entrar, pero apenas incrementaron 2000 votos a pesar de que fueron con diferencia la fuerza política que más dinero derrochó en propaganda electoral. Con una ola antipsoe y una gestión de Saavedra que espantó a 36.000 electores que habían votado al psoe en 2007, Nueva Canarias no supo recoger en voto de izquierdas en la ciudad.

En Gran Canaria el PSOE perdió en el cabildo 54.414 electores, a pesar del protagonismo mediático de Román Rodríguez los últimos años, que parecía el auténtico presidente del cabildo, su candidatura sólo subió 6.000 votos. En la campaña electoral Rodríguez eludió criticar al PP y centró sus ataques en la malvada ATI-CC que solo quería trenes para Tenerife, la candidatura de Bañolas (CC) subió en el cabildo 14.000 votos, aunque en este dato hay que tener en cuenta que en esta ocasión fueron en coalición con el CCN que había obtenido 14.000 votos en 2007.

Creo que Antonio Morales debió abrir ese debate interno ( y presentar una batalla una batalla si era necesario) hace ya algunos años. Después de anunciar que no quería repetir en la candidatura municipal, debió de buscar apoyos internos y diálogo con la dirección de Nueva Canarias para definir qué candidatura era mejor para su fuerza política, si la del cabildo o la del Parlamento. Además el discurso de Antonio Morales hubiera sido más coherente sino hubiera repetido en la candidatura de Agüimes. Las prisas de los romanistas por pactar con el PIL apartaron a Morales de la opción del Parlamento, y Román Rodríguez no estaba dispuesto a renunciar a liderar la candidatura del cabildo.

Creo que la mejor opción para Nueva Canarias hubiera sido mantener a Román Rodríguez en el cabildo y poner a Antonio Morales en la candidatura al Parlamento sin el PIL. Pero el supuesto pragmatismo y los intereses de Caco Becerra provocaron que al final las siglas de Nueva Canarias hayan servido para que el hijo de Dimas Martín esté hoy en el Parlamento y muchos votos de izquierda se hayan espantado ante la candidatura de NC.

Los análisis en artículos periodistiscos realizados por personas de la ejecutiva de Nueva Canarias tras las elecciones señalan al sistema electoral, a la crisis económica, al control de los medios por parte de Coalición Canaria (como si Román Rodríguez fuese ignorado por los grandes medios), a los partidos pequeños (como si presentarse a las elecciones fuera sólo un derecho de los partidos que consiguen grandes patrocinadores), o al movimiento de los indignados. El síndrome saavedriano de disparar para cualquier sitio se pega muy fácil cuando se renuncia a la autocrítica.

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Juan García Luján