Hay otros ejemplos, pero bastan éstos, muy recientes, para establecer odiosas comparaciones. Porque tiene lo suyo que en energía solar Navarra vaya por delante de Canarias, donde si algo sobra es sol; o que los avances del Sureste grancanario se hayan producido a pesar del Cabildo soriano; por no decir en contra. Es inevitable la referencia a la trama eólica. No para hablar de corrupción; o de las responsabilidades políticas respecto a ella, que ahí están para quien quiera verlas. Lo peor es que el escándalo ha provocado la paralización de una línea de desarrollo tecnológico factible y puesto de manifiesto la incapacidad (o el desinterés) de los mandarines para poner en marcha de nuevo el proceso sobre bases transparentes. Se han limitado los partidos a tirarse los trastos, con episodios tan patéticos como los de Soria para escaquearse; ninguno ha reparado en el tiempo perdido ante la perspectiva de un petróleo con fecha de caducidad y el cambio climático que se nos viene encima. Así cobra significación que los avances del Sureste grancanario se hayan producido gracias a su “independencia” del Cabildo; o que los herreños madruguen, de lo que me alegro. De la “huerta solar” navarra sólo les diré que, de estar en manos de Soria, lo dedicaría a campo de golf con tremendo banderón en el centro listo para ser tragado. Dicen que la tengo cogida con el macho Soria. Pero no es eso, si quieren creerme. Se trata de que, lo miren por donde lo miren, no ofrece en su pobre balance realización alguna que merezca ser celebrada como lo son, todavía hoy, las de muchos de sus antecesores. No aguanta la comparación con la Mancomunidad del Sureste, con el convenio herreño ni con la instalación solar navarra. La buena política es proyección de futuro. Y la energética no puede descuidarse ni es de las que exigen un talento especial de previsión, pues sabemos lo que nos aguarda. Esa es la madre del cordero. Desespera que no exista más proyecto de isla que la especulación. Y que en algo tan esencial como la energía, en la que contamos con recursos renovables, se vaya todo a la porra vía pelotazo; o sea preciso remontar, caso del Sureste, la contracorriente cabildicia que no da para encender un bombillo chiquito ni reforzándola con el autoritarismo del macho; de poderse transformar en energía, claro.Así es si así les parece.