¿Y quién es él?

Extraña mucho que un presidente de una comunidad autónoma no conozca al vicesecretario general de Comunicación del PP, uno de los hombres más conocidos del partido conservador al que es fácil ponerle cara por las veces que sale en los periódicos y la televisión.

Claro que también es posible que Rivero no lea la prensa ni vea la tele debido a sus múltiples ocupaciones, pero ya tendrá alguien en su equipo que le diga quien es quien.

No obstante, aunque extraña mucho, más extraña que un reconocido miembro del PP que también fue presidente del Gobierno de Canarias, no sea capaz de ponerle cara a una compañera de partido que ha sido casi todo en él: concejal, consejera, senadora y ahora diputada nacional. Debe ser que para el ex eurodiputado Bruselas está muy lejos de Canarias y, como se sabe, la distancia es el olvido.

Volviendo con Rivero, es evidente que el presidente sabe muy bien quién es González Pons, pero su respuesta a preguntas de los periodistas fue irónica y maliciosa.

Le molestó que el dirigente popular lo ninguneara al declarar en Canarias que Rivero no tiene talla política (se supone que no iba con doble sentido) para presidir una comunidad como la nuestra.

Sorprende que Pons dijera eso de su socio de gobierno en Canarias, poniendo en un brete a Soria, que rápidamente ejerció de bombero para apagar el incendio que su correligionario provocó en el seno del pacto.

Soria, que siempre ha sido un pirómano deslenguado, lleva tiempo actuando como bombero contenido. Ahora con Pons, antes con Pérez-Camacho y mañana con quien sea. Seguro que el hombre, de tanto andar entre el fuego, está muy calentito en la vicepresidencia del Gobierno.