Espacio de opinión de Canarias Ahora
Celadores sanitarios y auxiliares de enfermería
En esta ocasión, dedicaré mi tiempo a los celadores/as y auxiliares de enfermería que trabajan en el Hospital Universitario de la Candelaria, los cuales realizan una labor muy importante para que los pacientes puedan ser atendidos en las mejores condiciones humanas posibles. Ellos/as, esos excelentes profesionales, que al igual que el resto de trabajadores/as de las distintas ramas de la medicina que trabajan en cualquier hospital; realizan un papel ejemplar, digno e importantísimos de cara a la calidad de vida de los pacientes de cualquier hospital del mundo.
En concreto, en el Hospital Universitario de la Candelaria, los celadores/as y auxiliares de enfermería son seres humanos como lo puede ser un médico, enfermera, planchadora, limpieza etc. Todos se necesitan entre ellos, pues no hay que olvidar que en un hospital, como en cualquier empresa pública o privada, el trabajo debe de ser en equipo, sea cual sea el nivel profesional de cada uno y su rango social, pues ello significa la búsqueda de unos resultados positivos para la calidad de vida de los pacientes aquejados de distintas patologías.
Los celadores/as y auxiliares sanitarios son profesionales que hacen casi de todo en las respectivas plantas del complejo hospitalario reseñado. Son personas amables, repartiendo sonrisas y generosidad en los pacientes. Ellos, esos importantes trabajadores/as profesionales de la Sanidad canaria, merecen un reconocimiento, un respeto por parte de los que se creen que están por encima del bien y del mal, especialmente cuando trabajan en el mismo centro hospitalario, al margen de los currículums y especialidades de cada uno de ellos.
Todos somos personas. Todos tenemos derechos y obligaciones. Ellos/as, esos estupendos celadores/as u auxiliares de enfermería del Hospital Universitario de la Candelaria, son por encima de todo personas humanas y sensibles con la realidad de la vida y dignas de admirar por su importante labor profesional realizada cada día. Los estatus, las prepotencias, los orgullos de los profesionales de la misma profesión sanitaria, sólo conducen al complejo y a la inseguridad de ellos mismos. El trabajo, la profesión fuera cual fuera, siendo honrada y efectiva para los intereses del bienestar social, pero sobre todo para mejorar la salud y a largar la vida de las personas, es lo que verdadera importa. Los protagonismos personales poco sirven, máxime si tenemos en cuenta que todos estamos en lista de espera con la muerte, la cual no elige profesiones, estatus y riqueza. Así pues, un reconocimiento justo y merecido para todos los celadores/as y auxiliares de enfermería del Hospital Universitario de la Candelaria y restos de hospitales del mundo.
Rafael Lutzardo
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