Los demócratas empiezan con muchos gastos en publicidad dirigida a estimular en los afiliados simpatías más personales que políticas por unos u otros. Varios precandidatos clásicos, es decir blancos y anglosajones, una mujer (Hillary Clinton), un latino (Bill Richardson) y un negro (Barack Obama). Si cualquiera de estos tres últimos ganara el apoyo del partido, Estados Unidos podría llevar hasta la Casa Blanca a una persona cuyas características de raza, origen hispano o sexo, constituirían una novedad. La gran novedad. De ahí que el entretenimiento esté asegurado, pasando a un segundo plano si Hillary Clinton está a favor de continuar de alguna manera en Irak o si Obama o Richardson insisten en el retiro inmediato de las tropas. En ese mismo plano quedarán casi ocultas las diferencias programáticas y, si las hubiera, las nuevas ideas.Los aparatos propagandísticos de cada candidato están engrasados. Una encuesta de entrada, realizada por The Washington Post, concede un 41% a Hillary frente a otros 12 aspirantes demócratas, seguida de Obama con un 17%. Pero The New York Times avisa que el multimillonario George Soros envió un cheque a Obama, un verdadero síntoma sobre sus posibilidades. Y al revés, quien más dinero coseche, más opciones tendrá de ganar. De Hillary Clinton destacan su disposición a la lucha a pesar de los sufrimientos personales. ¿Y qué hará Bill Clinton? Ejercerá como cerebro de la campaña, especialmente para encontrar dinero. Ella pone el énfasis en su mejor cualidad reconocida, una voluntad de hierro: “Estoy aquí para ganar”, anunció. Obama nació en Honolulu, Hawai, hijo de un economista de Kenia y de Shirley Ana Dunham, una mujer blanca de Kansas. Señalan su graduación “cum laude” en Harvard, además del mérito de ser el único afroamericano miembro del Senado. “El entusiasmo por este joven político de 45 años -escribe uno de sus biógrafos- se ha convertido en todo un fenómeno debido a un carisma similar al de JF Kennedy”. Bill Richardson, gobernador del Estado de Nuevo México, nació en Pasadena, California, de madre mexicana y padre estadounidense. Resaltan sus conocimientos de las relaciones internacionales. Cuenta con una amplia carrera política. Entre otros cargos, representó a su país en la ONU y fue secretario de Energía. “Está claro que soy hispano y orgulloso de serlo, pero mi programa de acción no es exclusivamente de la comunidad hispana”, declaró Richardson. Vale.Algunos hispanos de España decidieron sumarse al circo desde el primer día. Uno de nuestros progresistas, por ejemplo, muestra preocupación porque Obama y Hillary competirán por el mismo espacio político. ¿Y qué tal si uno va de presidente y el otro de vicepresidente? Arreglado. El toque sublime corresponde, sin embargo, a Pilar Rahola: “Ahora nos llegan Hillary y Obama. El horizonte vislumbra a Condoleezza Rice en el lado republicano. Si fuera el caso, esta joven democracia, alegremente vilipendiada por Europa, situaría a dos mujeres y dos negros en la carrera presidencial. Es decir, revolucionaría nuevamente al mundo.” Nada menos. Con idéntico fundamento, llevando el argumento de Rahola hasta sus lógicas consecuencias, podría recomendar directamente el voto por Condoleezza Rice, una belicista republicana y neoconservadora del sector petrolero que arrasó Irak. La nueva revolución mundial de Rahola progresará mucho mejor si la encarna una sola persona con capacidad probada de liderazgo. ¡Qué cosas! Rafael Morales