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Compasión por los gays
Dice el diccionario que la compasión es el sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades y desgracias. La iglesia católica debe creer que ser homosexual es una desgracia y por eso uno debe compadecerse de los gays. Hay que decir que la FERE es la organización católica que ha actuado de forma más moderada frente a la nueva asignatura Educación para la Ciudadanía. No existe una razón para explicar que la patronal católica no se haya enfrentado directamente a la asignatura de Educación para la Ciudadanía como sí han hecho otras organizaciones de su misma ideología. No hay una sola razón, hay 3.200 millones de razones, que son los euros que recibe la FERE del Gobierno estatal por los conciertos que mantienen sus 2.000 centros con el Ministerio de Educación.
La jerarquía católica no se mueve por el misterio de la Santísima Trinidad que tanto predica. El Papa y los obispos sólo viven con un misterio: si hay dinero detrás, no hay problema, todo se acepta y vale. El ejemplo más claro es la COPE y sus estrellas. Los insultos que diariamente escupe Federico Jiménez Losantos sobre los que no son de su cuerda no son nada cristianos. Pero Losantos y las otras estrellas de la divina emisora son rentables para la cadena, por eso lo mantienen ahí. Si Federico pide la abdicación del Rey y provoca más de un dolor de cabeza al Jefe del Estado, no pasa nada, ni el monarca le dirá “¿por qué no te callas Federico?”, ni los obispos se enfadarán con el locutor aragonés. Lo más que harán los obispos es rezar por el Rey. Lo malo es que las plegarias no las escucha Dios, sino el fiscal de la Audiencia Nacional, tan valiente con los humoristas de El Jueves o con un cantante canario de rap y tan cobarde y tan sordo con los insultos de la estrella de la COPE.
Pero bueno, estábamos hablando de la compasión por los gays, no tenemos espacio en este artículo para citar a la cantidad de gente que merece compasión por las penalidades que pasan. Sería bueno que en esa guía que impartirán en los colegios católicos cuenten cuáles son esas penalidades. Yo les voy a hacer una relación: los homosexuales han aguantado una horrible represión, con penas de cárcel, tortura y malos tratos durante el régimen del militar del que fue Caudillo de España por la gracia de Dios y el apoyo de la iglesia. También han debido soportar que los obispos que no han salido a la calle en las manifestaciones contra la pobreza, sí se hayan movilizado para que los homosexuales no tengan derecho a formar su propia familia. Los gays también han tenido que aguantar el rechazo social y muchas veces familiar, porque buena parte de la población que fue educada en colegios religiosos o que escuchan misa cada siete días, se han creído los discursos homófobos que han predicado los curas católicos.
Esta compasión de la jerarquía católica hacia los homosexuales me recuerda aquella frase que se recogía en un cartel feminista de los años noventa y que estaba dirigida a los machistas: “no me eches una mano, quítamela de encima”. Sólo que en el caso de los señores de la sotana, recordando el tema de los curas pederastas que se ha dado en muchos colegios católicos, los niños también han tenido que decirles: quítenme la mano de abajo. Y todo esto ocurría cuando la iglesia católica tenía el monopolio de la educación y no había Educación para la Ciudadanía.
Juan GarcÃa Luján
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