Como ya se ha comentado hasta la saciedad, una de las asignaturas pendientes en Canarias es la aplicación lógica y certera de la Ley de Sedes. Y por mucho que el inventario diga lo que dice, El Día se empeña en clamar por lo contrario. Nunca es más cierto aquello de que nada es verdad ni mentira sino que depende del color del periódico que se mira. Lo malo no es que haya libertad de pensamiento, sino que algunos políticos se sientan presionados en exceso por esas opiniones. Este es un asunto que sigue alimentando continuamente el desequilibrio insular y generando un desasosiego sordo en los ciudadanos de ambas orillas, esos mismos que los partidos llaman electores en semejanza a los que las empresas llaman clientes.Para muestra, un botón. Hace unos días en la prensa apareció un anuncio oficial, insertado por Promotur, Turismo de Canarias, la pretendida sustituta de Saturno, en el se convocaba un concurso para la cobertura de un puesto de trabajo de Técnico de Estudios y Análisis en esa nueva empresa pública dependiente de la Consejería de Turismo.En una primera lectura de las bases del concurso, sorprende enormemente una serie de requisitos que se exigen a los candidatos que, como mínimo, pueden inducir a sospechar que la citada convocatoria tiene ya nombre y apellidos preelectorales, presuntamente por supuesto. De entrada, en el punto sexto de los requisitos generales, se exige que el aspirante tenga formación de Licenciatura en Ciencias Económicas o Empresariales o Ingeniería Industrial. Sin tener en cuenta que el verbo “aspirar”, aplicado a este caso, puede tener diversos significados que van desde el “pretender o desear un empleo, una dignidad u otra cosa” al de “succionar [por ejemplo, fondos públicos]”, sorprende la nula valoración que le merece a Pilar Parejo, como Consejera Delegada de Promotur, la Licenciatura en Turismo ofertada por las dos Universidades canarias, la ULPGC y la ULL, cuando ni se cita entre las posibilidades.Cuando define la documentación a aportar, el punto 5 del apartado 4 dice que el candidato puede “añadir un grupo de hojas encuadernadas, de cómo máximo TRES folios, con un historial profesional detallado”. Sin lugar a dudas, con la aportación de ese espléndido libro de tres folios máximo, el candidato demostrará su capacidad para pormenorizar su vida sintetizándola a la vez, y de su habilidad en el manejo de tipos de letras reducidas para que quepa en ese portento de libro su amplio y detallado historial, sobre todo si el candidato tiene en su haber una dilatada experiencia profesional. Aunque las bases no lo exigen, se supone que el aspirante puede aportar una lupa para facilitar la lectura.Este mismo apartado cinco culmina diciendo: “Promotur se reserva la capacidad de realizar cualquier otra actuación dentro del proceso de selección encaminada a determinar con garantías la mayor adecuación de los seleccionados”. Sin de momento prejuzgar intenciones ¿no le suena fatal, paciente lector, la redacción de este párrafo? Si es verdad que las palabras las carga el diablo y que hay mucho malpensado suelto, poner juntas en una misma frase “garantías” y “adecuación” sin explicar qué se quiere garantizar y a qué o a quién se espera adecuar, no ayuda a la transparencia ni al principio de mérito y capacidad. Pero tal vez la guinda del pastel está en que la localización habitual de trabajo será Santa Cruz de Tenerife y dependiendo de la Directora de Promoción, Elena González, residente también allí, señora que por cierto fue contratada sin mediar concurso público al igual que las nuevas ocho personas de esa isla que han sustituido a igual número de despedidos de Saturno, casualmente residentes en Gran Canaria. También eso debería aclararse o desmentirse.Si la sede de Promotur está en Gran Canaria, por aplicación de la Ley de Sedes, ¿cómo se explica que el centro neurálgico de esa empresa pública de la Consejería de Turismo esté ahora en Tenerife? Hago notar que se está hablando de los servicios de estudio, información, planificación y ejecución de la promoción, la base del negocio turístico. Ese era el trabajo que antes hacía el Observatorio Turístico ya suprimido. El exquisito equilibrio gubernamental parece estar en que en Gran Canaria se reciba el correo y en Tenerife se tomen las decisiones que afectan al futuro turístico de Canarias. Al margen de “ruindades” pasadas, si las acciones que se planifican son como la ya vista en la Feria IMEX de Alemania, donde se promueve el Palacio de Congresos de Maspalomas, que está cerrado, y si eso lo impulsan unas mentes pensantes de un partido político insularista, ya se sabe a quienes y a qué cómplices actuales habrá que pedirles cuentas en mayo por este nuevo despropósito. José Fco. Fernández Belda